Los profesionales técnicos vinculados a la asociación ‘últimes vesprades a Mestalla’ han elaborado un análisis de la auditoría sobre el Proyecto Básico Modificado y de Ejecución del Nou Mestalla en el que señalan una serie de deficiencias, así como varios «incumplimientos» de los convenios y de los condicionantes de la licencia de obra concedida al club en julio de 2024, que el auditor, según denuncia úvaM, ha pasado por alto. Por ejemplo, la presentación de un proyecto que no es de ejecución, la inexistencia de un cronograma detallado de las obras reiniciadas, un aforo neto inferior al acordado de 70000 personas, la indefinición técnica de la pista de atletismo, la pérdida casi total de la superficie fotovoltaica en la cubierta y su eficiencia energética, la no consideración de las butacas en el presupuesto, la profundidad de filas y la anchura de paso, que incumplen la normativa vigente o, como desveló SUPER el 11 de abril, el cálculo a la baja -sin ninguna justificación- de las unidades detectadas no contempladas en el proyecto por apenas un millón de euros.
Los trabajos de auditoría, adjudicados por el Consistorio en diciembre a la empresa Vielca mediante contrato menor, tenían fijados los siguientes tres objetivos: «corroborar la adecuación a lo establecido en los convenios suscritos entre la entidad deportiva y el Ayuntamiento de València» con «las características técnicas incluidas en el proyecto», «el estudio del presupuesto detallado incluido en el proyecto de ejecución para determinar si con él se pueden desarrollar el proyecto completo, con las calidades pretendidas, y si su cuantificación se corresponde con precios de mercado» y analizar «los riesgos que podrían afectar a la viabilidad de la finalización de la ejecución del proyecto».
En este «análisis de la auditoría», la asociación valencianista, apoyada en arquitectos e ingenieros de reconocido prestigio en las esferas académica y profesional, recuerda que la licencia de obra, otorgada el 12 de julio de 2024, estaba condicionada entre una serie de obligaciones a la de presentar un proyecto de ejecución antes del pasado 12 de octubre. Como hizo en la ponencia del 2 de diciembre, úvaM enumera las causas por las que asegura que lo presentado el 11 de octubre no fue un proyecto de ejecución, sino una «edición preliminar», tal y como describía el propio proyecto en sus portadas y preámbulo. Por su «provisionalidad», «indefiniciones», el «incumplimiento de la normativa técnica», la «falta de unidades básicas indispensables» -marcadores, tornos, césped, porterías, escaleras mecánicas, etc.-, «del proyecto de infraestructuras comunes de telecomunicación (ICT)», «de un Anejo de rehabilitación de la estructura existente y un informe de su estado» y «de la valoración en el presupuesto de estas actividades de rehabilitación».
A todas estas razones, en el escrito úvaM añade declaraciones públicas del responsable de Vielca en la prensa en las que reconocía las deficiencias del texto adjuntado por la entidad de Mestalla en octubre. «Esto es un proyecto para solicitar licencia de obras, no es el proyecto de construcción… El problema es que queremos tener unas garantías y seguridades sobre un documento que en sí mismo no las aporta. El proyecto de construcción no lo tiene el Ayuntamiento. Es de suponer que el Valencia sí lo tiene. A un constructor se le pregunta siempre, dígame lo que cuesta y en cuánto tiempo», declaraba Vicente Candela a ‘Las Provincias’ en marzo. Precisamente, el constructor, FCC, dio a conocer el miércoles el presupuesto restante para finalizar la obra en 24 meses, 194,6 millones a falta del cómputo de los gastos generales y el beneficio industrial, y del IVA. Estos 194 millones suponen un PEM 55 millones superior al PEM considerado en el proyecto (139,7), y 20,5 más a lo indicado por la auditoría (174,1).
Exigencias no incluidas
En el apartado de «estudio y análisis de los convenios», según describe úvaM, sobre las exigencias, resulta «sorprendente» que en la auditoría «no se incluyan las propias de la licencia, como la obligatoriedad» de presentar el proyecto de ejecución en tres meses y el calendario de ejecución de las obras, ni «tampoco la comprobación relativa a la obligatoriedad de la ejecución de una cubierta fotovoltaica, la cual parece que se ha eliminado de la solución que finalmente se construirá».
Posteriormente, en lo relativo al aforo, la crítica hecha es que «lo que realmente debería haber comprobado la auditoría es si dicho aforo neto supera el mínimo de 70000, exigido por el convenio». De hecho, el club, en la Memoria del proyecto reconoce que la cifra de 70044 espectadores se refiere al aforo bruto, «que puede ser reducido» por exigencias de la Liga, la UEFA o la FIFA en reserva de plazas VIP, patrocinadores, prensa o cámaras.
Reunión de Vielca con los técnicos de úvaM
Según indica el documento, de acceso público en el blog de ‘últimes vesprades a Mestalla’, los técnicos de la asociación se reunieron con Vielca, a petición de la empresa auditora, en la que esta «deseaba conocer las objeciones e irregularidades» que desde úvaM denuncian desde hace meses. «Al mencionarles, el tema de unidades básicas, como, por ejemplo, las butacas, el responsable de Vielca sostuvo que no era necesario que viniesen recogidas en el proyecto de ejecución y que eran, textualmente, «como el mobiliario de un bar», que ya se colocarían a posteriori».
En su análisis, los ingenieros mencionan el incumplimiento del Reglamento General de Policía de Espectáculos y Actividades Recreativas y la Ley de espectáculos de la Comunitat. Dichas normas exigen que las filas tengan una profundidad mínima de 85 centímetros, con un ancho de paso, al menos, de 45 cm. La interpretación hecha en el proyecto -advierten- «es errónea» al realizar las mediciones con la butaca plegada. Considerando la profundidad de la butaca propuesta (54 cm.), según la asociación, el 88,5 % de las localidades, en especial en la grada alta, no cumplirían con lo exigido y «en muchas zonas los asientos ofrecerían menos espacio y comodidad que el actual Mestalla».
Finalmente, úvaM incide en la gravedad de que la auditoría «no recoja como riesgo técnico y de diseño el incumplimiento de la normativa estructural. Ni mencione la incorrecta consideración de una vida útil para el cálculo de la cubierta», que, como edificio «monumental», debería ser de 100 años, y no de 50 años. Además, conforme a las últimas imágenes publicadas por el club, añade que la cubierta textil más ligera «sería incapaz de soportar placas solares», lo que imposibilitaría el requisito de contar con un Nou Mestalla sostenible y energéticamente eficiente.