No podemos acostumbrarnos al desastre, ni al sectarismo, ni a la mentira

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha centrado parte de su discurso con motivo del Dos de Mayo en lanzar críticas al Gobierno central por la gestión del apagón que sumió a España en la oscuridad el pasado lunes, y del que todavía no se han explicado las causas por parte de las autoridades nacionales.

Sobre el «bochornoso apagón que dejó a España a oscuras«, Ayuso ha querido agradecer la labor del pueblo de Madrid y sus trabajadores públicos sin dejar de insistir en que «la fabulosa solidaridad, o la alegría de vivir que asombra y contagia a los que nos visitan» no debe «hacernos olvidar la gravedad de lo ocurrido».

«No podemos acostumbrarnos al desastre, ni al sectarismo, ni a la mentira», ha apostillado.

Sobre la jornada del lunes que pocos madrileños podrán olvidar, Ayuso ha recordado a varios anónimos que durante el apagón fueron «héroes». Como Josué, un gerocultor que caminó durante horas hasta Plaza Elíptica para coger un autobús «y así llegar a su turno de tarde en la residencia pública de Getafe para personas con Alzheimer». 

También a Milagros, vecina de Torrelaguna, que necesitaba oxígeno urgente tras fallarle la máquina que tenía en su casa, «y fue acogida en la residencia pública del municipio, donde recibió atención inmediata y pasó la noche».

Soberanía nacional

En un mensaje velado al Ejecutivo de Pedro Sánchez, Ayuso ha incidido en que nadie puede tomar por tontos a los madrileños y ha pedido que no se acabe con «nuestro buen nombre en el mundo». «Porque nos costó casi dos siglos recuperarlo».

Como tiene acostumbrados durante sus tradicionales discursos del Día de la Comunidad de Madrid, la presidenta regional ha usado el ejemplo de los héroes del 2 de Mayo para recordar a quienes fueron «el motor de España y de Europa».

«Lucharon por la soberanía nacional, por la unidad y la integridad de la Patria. Por la libertad de todos»

Desde una abarrotada Puerta del Sol, en la que la lluvia no ha podido deslucir el acto, Ayuso ha reclamado para sí el orgullo de ser española. «orque esta plaza lo ha visto todo: a quienes lucharon por la libertad, a genios universales y a miles de valientes anónimos».

Así ha vuelto a presentar a Madrid como símbolo de unidad de España en un momento en el que el Gobierno central ha decidido sacar la tradicional parada cívico-militar de este evento (y que Ayuso ha sustituido por un desfile de todos los trabajadores de la administración regional a quiénes homenajeaba por su labor en la dana de Valencia).

El hecho ha tenido una gran repercusión en los días previos a la celebración. La Comunidad sacó la entrega de medallas a la calle, por primera vez en su historia, y rehusó invitar a nadie del Ejecutivo central. En respuesta, el PSOE montó un acto paralelo.

Homenaje a los caídos

El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha organizado un acompañamiento musical a una parte del discurso de la presidenta (en el momento que hablaba de España y el Ejército) y que se ha interpretado como un homenaje a los caídos.

A piano y violín sonaba La Muerte no es el Final y en la pantalla trasera a la presidenta se veían imágenes de anteriores ediciones de la parada cívico militar. En ese momento, todo el público ha ovacionado a la Isabel Díaz Ayuso, cuyas palabras casi quedaban opacadas por los aplausos de la Puerta del Sol.

«Madrid sigue aquí, al servicio de toda España. De la España real, la fiel«, ha dejado caer. En este sentido, ya al final de su intervención, ha asegurado que el «pueblo de Madrid está dolido y echa de menos sus Fuerzas Armadas».

«Los madrileños quieren y admiran a su Ejército. Siempre con ellos, en los malos y en los buenos momentos. Un cuerpo de élite, querido y admirado en todo el mundo. Hombres y mujeres que dan su vida por la nuestra, sin importar momento o circunstancia», ha resaltado.

Homenaje durante la entrega de la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo a los profesionales.


Homenaje durante la entrega de la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo a los profesionales.

CAM

Por eso, ha puesto en valor como en, cualquier momento, «los madrileños se echan masivamente a las calles para verlos desfilar». «Sin fallarles nunca». Una falta que, este año, ha plagado de polémica esta celebración.

En este sentido, Ayuso ha concretado que, desde 1811, las Cortes de Cádiz ordenaron que se celebrara «de forma perpetua», «con formación de tropas y salvas militares», la muerte de los sacrificados en Madrid el 2 de mayo de 1808 en defensa de España. Una forma de organizar una «jornada de horror y gloria para la Nación española» que este año, el Ministerio de Defensa, ha decido obviar tras 30 años realizándose este desfile de forma casi ininterrumpida.

El orgullo de ser españoles

La presidenta regional también ha vuelto a asemejar a Madrid y sus vecinos con un ariete frente a las políticas de Sánchez. Al igual que lo fueron los héroes de aquel 1808 que se levantaron contra la invasión francesa.

«A nosotros nadie nos encierra, nos apaga, ni nos deja en evidencia ante el mundo. Y jamás seremos crueles, ni egoístas, ni indiferentes, ni cobardes. Somos trabajadores como el que más, pero sin olvidar jamás la alegría de vivir, a los que nos rodean y a los que vendrán: que la vida significa siempre algo más».

Por todo ello, ha subrayado que España es una «gran Nación», «imposible de entender sin su papel en la Historia de la humanidad», y que ha construido una obra única: la de la Hispanidad. En ella, el español «es la lengua viva más importante del mundo, con un patrimonio de mil años de cultura, que permite la comunicación de casi 600 millones de personas a ambos lados del Atlántico».

«Si alguien duda de que España es así, que se venga a Madrid, y escuche por sus calles esta misma forma de ver la vida, en todas sus formas», ha invitado la lideresa regional desde una Puerta del Sol abarrotada de público a pesar de la lluvia.

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