Ante la subida de aranceles de Trump, «¿en qué medida estaría usted dispuesto a comprar otros productos en lugar de los estadounidenses?». «¿Cuál sería el principal motivo que le impulsaría a comprar productos no estadounidenses en caso de un arancel comercial?»
Estas dos preguntas fueron formuladas por el Banco Central Europeo (BCE) a consumidores de todos los países de la zona euro el pasado mes de marzo, dentro del cuestionario de la habitual Encuesta de Expectativas del Consumidor (CES, por su sigla en inglés). El BCE quería saber cuál era la probabilidad de abandonar el consumo de productos estadounidenses ante posibles aranceles estadounidenses y represalias de la UE. También quería saber cuál sería el motivo de su respuesta: ¿Los precios?, ¿la preferencia por productos de otros países?, ¿la falta de alternativas?
Y el resultado fue rotundo: los consumidores europeos se mostraron dispuestos a reducir en un 80% el consumo de productos y marcas de EEUU. Además, la principal razón aducida para ello no fue el posible aumento de los precios, sino una mayor animadversión hacia productos ‘made in USA’.
A las puertas de un posible cambio estructural
El análisis de estos datos ha sido expuesto ahora a través de una entrada en el blog oficial del BCE publicada el 30 de abril bajo el título ‘¿Cómo reaccionarán los consumidores europeos a los aranceles estadounidenses?’. La entrada está firmada por los economistas Adam Baumann, Luca Caprari, Maarten Dossche, Georgi Kocharkov y Omiros Kouvavas, adscritos por diferentes vías al BCE.
Una cazadora de la marca estadounidense Levi’s en un establecimiento. / Angus Mordant
«Los recientes aranceles estadounidenses podrían provocar un cambio más amplio en las preferencias, provocando que los europeos abandonen por completo los productos y marcas estadounidenses, independientemente de las variaciones de precios» anticipan los autores.
Además, los economistas concluyen que «de cara al futuro, las respuestas del CES indican que los actuales acontecimientos geopolíticos y comerciales podrían provocar cambios significativos en el gasto de los consumidores, especialmente en lo que respecta a los productos estadounidenses. Nuestros hallazgos indican que, en el contexto actual, las reacciones de los consumidores podrían, por lo tanto, desviarse considerablemente de los patrones de consumo habituales en respuesta al aumento de aranceles».
La reacción que anticipan los consumidores europeos es bien diferente de la que muestran los de EEUU. En una encuesta similar realizada entre ellos entre diciembre y enero, en la que se les preguntaba sobre la reacción de sus economías domésticas ante los aumentos de aranceles anunciados por Trump, la mayor parte de los consumidores respondió que aumentarían sus compras de productos extranjeros, intentando acapararlos en previsión de precios futuros más altos. También respondieron que intentarían ahorrar más.
A mayor nivel de ingresos, mayor aversión
Los encuestados europeos, para responder a la pregunta del BCE sobre la disposición a abandonar los productos estadounidenses, podían elegir una puntuación de 0 a 100, donde 0 indicaba que no existía disposición a comprar alternativas a los productos estadounidenses y 100 significaba una fuerte disposición a hacerlo. Dentro de esta escala, la mediana de la puntuación de sustitución fue de 80 puntos. «Los resultados muestran que los consumidores están muy dispuestos a abandonar activamente los productos y servicios estadounidenses», se concluye en el blog.

El presidente de EEUU, Donald Trump, durante el anuncio de los nuevos aranceles, el 2 de abril. / KENT NISHIMURA / POOL
Y a la pregunta de ¿por qué?, alrededor del 44% de los encuestados expresó su disposición a reducir su gasto en productos estadounidenses, independientemente del una subida mayor o menor del tipo arancelario y principalmente debido a la preferencia por cambiar de producto. Otro 38% justificó su respuesta por razón de los precios, mientras que el 9% tuvo en cuenta la falta de alternativas y el resto adujo otro tipo de argumentos.
Una curiosidad más: a mayor nivel de ingresos de los encuestados, mayor disposición a ‘castigar’ el ‘made in USA’. «Aunque podrían permitirse productos y servicios estadounidenses más caros, eligen alternativas conscientemente», apuntan los economistas. En definitiva, «los consumidores que destinan una mayor proporción de su gasto a artículos discrecionales, como multimedia o entretenimiento, tienen una mayor puntuación de sustitución que los consumidores que gastan más en necesidades básicas como alimentación o electricidad», según el análisis de los datos.
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