El salto de Andrés García al Aston Villa de la Premier League refleja que en el fútbol, al igual que en la vida, si persigues tus sueños con ilusión e insistencia se pueden conseguir. Su curso 2024/25 arrancó en Orriols, pero acabará en Villa Park, después de definirse en el Levante como uno de los laterales derechos del futuro, para dar continuidad a la que espera que sea una carrera fructífera y llena de grandes momentos como ‘villano’.
El canterano levantinista no oculta la alegría que siente al militar en la mejor liga del mundo, la que sigue desde pequeño después de idolatrar a grandes leyendas de la competición como Henry, Drogba o Rooney, y la que soñó con poder vivir desde dentro en algún día de su vida.
Sin embargo, el ‘16’ aceptó el ilusionante reto de aterrizar en el conjunto dirigido por Unai Emery con ciertos tintes de tristeza, siendo consciente de que tenía que renunciar no solo a la lucha por el ascenso, la que se convirtió en su mayor ilusión, sino también a seguir disfrutando de su Levante: el club de su vida, el que le dio la oportunidad de ser profesional y el que siempre tendrá en su corazón.
Andrés García se marchó del cuadro granota siendo el futbolista más diferencial de la plantilla de Julián Calero, pero está convencido de que lograrán el objetivo de volver a Primera División y de que, en un futuro, volverá a defender el carril derecho del Ciutat de València para devolverle a sus aficionados todo el cariño que recibió durante su estancia en el club.
Andrés García en la entrevista para SUPER / NEVILLE WILLIAMS – ASTON VILLA
PREGUNTA: ¿Qué tal se encuentra en su nueva aventura?
RESPUESTA: Muy contento y adaptado al cien por cien. La gente me lo ha puesto muy fácil. Durante los primeros días ya me di cuenta de cómo me iba a ir por la amabilidad de la gente y la ilusión con la que van a trabajar en cada una de sus áreas. Parece que no, pero te da más seguridad ya que sientes que estás rodeado de personas que te pueden ayudar en cualquier momento y en cualquier situación. Provoca que los días no sean pesados. Me gusta mucho el fútbol inglés, que es mucho más directo y acorde a mi estilo de juego, así que siento que es todo perfecto: jugando contra los mejores y en la mejor liga del mundo. Pese a ello, el nivel de vida es el de tener un partido cada tres días. No tienes tiempo para descansar ni para relajarte un momento. Entras en la vorágine y no te detienes a pensar en lo que me está pasando o en lo que me dejé en España. La Ciudad Deportiva está adaptada para que hagas mucha vida allí. Soy de los primeros en llegar y, casi siempre, el último en marcharme. Entré en la corriente, me adapté a ella y ella es la que me va llevando. Pero, después de casi cuatro meses, puedo decir que estoy muy contento e ilusionado.
¿Es seguidor habitual de la Premier League?
Sí, bastante. Me acuerdo de ver a Henry en el Arsenal, a Cristiano en el United, a Drogba en el Chelsea… Siempre me ha llamado muchísimo la atención la Premier League porque la veía muy física, de mucho correcalles y poca posesión, pero con jugadores muy regateadores. Es el fútbol que me gusta, con el que más me identifico. Por eso siento que estoy viviendo un sueño. Encima, pocos días después de firmar por el Aston Villa, vi con mi padre el partido contra el Celtic de Champions League y, cuando escuché el himno, me vinieron a la cabeza los momentos en los que jugaba al PES 2011, imaginándome oír el himno de la Champions desde dentro. A mi padre le dije: “si esto lo vivo algún día será una pasada”. Están siendo meses muy emocionantes.

Andrés García celebrando con Iván Romero / SD
¿Echa de menos València? ¿O el torbellino del fútbol inglés no se lo permite?
Sí, por supuesto que la echo de menos. Hay muchas cosas que echo de menos: mi casa, mi familia, mi rutina, mis amigos, mis compañeros del Levante, cuyo vestuario es un espectáculo por la calidad humana que tiene… También, aunque sea para ver a un amigo una tarde o para estar con mis padres, los momentos de desconexión cuando el fútbol me daba un respiro, ya que es muy importante saber cuándo desconectar en el deporte y, sobre todo, en el fútbol por la presión que existe. Son situaciones que damos por hechas y a las que les damos normalidad, pero tienen mucho valor. Incluso echo de menos pasear por mi barrio.
¿Cómo está viendo al Levante? ¿Está pendiente de su temporada?
Sin duda, sigo al Levante desde la distancia. Siempre hablo con algún compañero para preguntar cómo van los ánimos y cómo está el vestuario. Siempre que lo puedo ver lo hago. Estoy muy pendiente de ellos. Ahora mismo hay mucha ilusión y espero que se consiga el objetivo.
¿Pensó en algún momento del curso que finalizaría el año lejos de Orriols?
Para nada. Era mi temporada de consolidación en el primer equipo, siendo lateral y con un nuevo entrenador. La afronté desde la adaptación y el ir disfrutando tanto del trayecto como del propio Levante. Pese a ello, estaba muy centrado en conseguir el objetivo, que ojalá se dé, pero nunca me planteé un futuro lejos del Levante. De hecho, esa es mi forma de ser. No me gusta visualizar el futuro. Siento que se pierde mucha energía en ello y, muchas veces, la mente tiende a imaginar cosas malas en vez de visualizar situaciones positivas. Como siempre me he puesto en lo negativo, ahora soy una persona que solo se centra en el presente y eso fue lo que hice con el Levante. La primera vuelta la disfruté como nunca. No obstante, cuando empezó el mercado de invierno, no paraban de llegarme rumores, pero entendí que el hecho de que que se agitara el avispero era propio de la época, por lo que me aparté del ruido. Las cosas salieron así y no le doy más vueltas. Ahora estoy agradecidísimo por la oportunidad y con muchísimas ganas de seguir viviendo esto.
Fue una operación que se cerró rápido, ¿no?
Sí, en una semana más o menos. Mis agentes me comunicaron que había un interés del Aston Villa, pero sin ir más allá. No obstante, poco después, el Sporting de Portugal le presentó una oferta al Levante y comenzó lo que fueron unos días caóticos. Me apartaron de los entrenamientos porque lo querían cerrar y ahí fue cuando empecé a prepararme para lo que estaba por venir. Sobre todo, a nivel mental, porque eran días de muchos nervios y de no saber qué iba a pasar con mi vida. Fue una semana de estar con mis padres, con mi familia y con mi gente más cercana. Por suerte, ahora las cosas van bien. Sin embargo, cuando aceptaron la oferta del Aston Villa sentí una liberación tremenda. Todas las partes estuvimos de acuerdo en que era la mejor opción y la decisión que se tenía que tomar. También, la directiva del Levante y Danvila consideraron que era lo más idóneo al ser cifras beneficiosas para su economía. Quisieron que me quedara cedido, pero las cosas al final se dieron así.

Andrés García en el Ciutat / LUD
Sin embargo, ¿le dolió no seguir en el Levante?
Me dolió no continuar por sentir que me podía perder algo con lo que había soñado desde el día que arrancó la pretemporada. Después de la primera vuelta, viendo cuál era la dinámica del equipo, lo único que se me pasaba por la cabeza era lograr el ascenso con el Levante y disfrutarlo. Ojalá estar viviéndolo, pero, según mi filosofía de vida, las cosas pasan por algo. Se decidió entre clubes, cada uno velando por sus intereses, y todos terminaron contentos. Me dio muchísima pena marcharme, aunque fue a cambio de conseguir un sueño por el que he luchado mucho tiempo. No obstante, fueron muchos sentimientos encontrados. El Levante es mi casa. Siempre lo he sentido cerca al vivir por los alrededores del estadio. Fue el club que me dio la oportunidad fichándome en Juveniles, el que me permitió crecer dándome oportunidades, el que me dio la posibilidad de conocer gente espectacular, el que me transmitió sus valores desde dentro y en un ambiente de trabajo increíble. Todos los años que estuve allí siempre me sentí muy a gusto, nunca perdí las ganas de ir a entrenar ni de dejarme la piel por el Levante. Pocas horas antes de volar a Birmingham, estuve en el estadio y se me pasó por la cabeza todo lo que he vivido en el Levante: mi debut, mi lesión, mi vuelta… También, muchos partidos de mucha tensión y que al final ganamos, en ese Ciutat tan brillante, tan mágico y tan eufórico. Me emocioné porque es el club que me ha dado la oportunidad de ser profesional y eso lo voy a valorar durante toda mi vida.
Justo voló a Inglaterra el día del Levante-Granada. ¿Tiene clavada la espina de no haberse despedido de su afición?
Me hubiese gustado muchísimo despedirme de la afición. Por parte del levantinismo, desde el primer momento, me he sentido muy apoyado. El día de mi debut hubo muchísima gente que me felicitó. Me alentaban a que lo siguiera intentando y no perdiera mi personalidad. La gente me decía: “siendo canterano, déjatelo todo en el campo. Atrévete más porque la afición siempre te va a apoyar y te lo va a agradecer”. Son consejos que me fui guardando y que intenté plasmar siempre. El mayor activo del club es lo que representa su afición, la gente del ‘Llevant’. Que me aconsejase el máximo exponente del club y me diese tanto cariño es algo que valoré mucho y, sobre todo, que me hizo darlo todo en cada partido. Por eso me quería despedir de ellos, porque siempre me he sentido arropado. Les debía una despedida.
En el vídeo de su despedida aseguró que el Levante de Julián Calero iba a dar mucho de qué hablar. Ahora se encuentra en segunda posición, quedando cinco partidos por disputarse.
Desde el momento en el que Julián Calero cogió los mandos del Levante tuve claro que daríamos de qué hablar. Me acuerdo de su intensidad, su garra y de las ‘palizas’ físicas que nos metía. Cualquier partido para él era vital, había que lucharlo al máximo. Nos pedía mucha competitividad y, sobre todo, no dar ni un balón por perdido. Sin embargo, el mérito no es solo de Calero. Las ganas que tienen los jugadores de ganar y de jugar bien son brutales. En todos los entrenamientos había un ambiente diferente y especial. Cada acción se peleaba. Si había un rondo, o algún ejercicio por equipos, había mucha competitividad y hambre de ganar aun siendo un entrenamiento. Justo me fui y mira cómo están en la clasificación (ríe). El equipo está peleando sin descanso por conseguir el sueño que todos queremos.
Este fin de semana partido contra el Tenerife: club contra el que regresó la temporada pasada tras su grave lesión, debido a un edema óseo en el tarso del pie izquierdo.
Así es. Entre mi vuelta y mi salida al Aston Villa hubo casi un año de diferencia, es casualidad. Ese partido supuso sentirme nuevamente futbolista. Recuerdo que estaba muy nervioso por volver a jugar y a pisar el Ciutat de València. Cuando estás mucho tiempo sin competir son sensaciones que echas de menos. Pese a ello, tengo mejor recuerdo del Tenerife porque ante ellos fue mi último gol con el Levante. Fue fuera de casa, pero lo recuerdo con mucho cariño.
Antes de marcharse aseguró, en los canales oficiales del Levante, que estaba seguro de que iba a volver al club granota. ¿Sigue pensando lo mismo?
Un futbolista nunca se olvidará del club que le dio la oportunidad de ser profesional. Ojalá mi trayectoria dure mucho tiempo, pero tengo claro que en algún momento de mi carrera volveré. El Levante es un club que he vivido, que me ha transmitido mucho y que me ha hecho crecer como persona. No sé cuándo será, ahora los futbolistas somos más atletas y duramos más tiempo, pero, algún día, espero que se pueda dar.

Andrés García / SD
No obstante, si el calendario lo permite y el destino le da la posibilidad al Levante de ascender a final de curso, ¿le gustaría vivirlo in situ?
Sin duda. De hecho, lo hablé con mis padres. No sé cómo se dará porque en el mundo del fútbol tienes una cosa cada semana, pero si tengo disponibilidad por supuesto que iré. Ojalá pueda ir y, sobre todo, que se cumpla el objetivo. Hay muchísima gente detrás peleando por un mismo objetivo que, si se da, va a ser muy bonito y, sobre todo, muy merecido. Ojalá se dé y yo lo pueda presenciar.
Si tuviera delante a sus excompañeros, ¿qué les transmitiría de cara al tramo final de curso?
Sé el hambre que tienen. Sienten mucho los colores y hay gente en el vestuario que se encarga de recordar en el día a día lo que es el Levante. Podría decir muchos nombres. Les recordaría que si están donde están es por algo, porque se lo han merecido y lo han peleado como leones. Un ascenso tiene que ser algo que no se te olvida en la vida, por lo que esa motivación ya tiene que ser más que suficiente para que en estos cinco partidos salgan a morder.
¿Y a la afición que tanto cariño le ha transmitido?
Decirles que vivan esto con mucha ilusión. Siempre se dice que tienes que vivir más el recorrido que el propio final. Entiendo los nervios que estará sintiendo la afición porque la Segunda División da muchas vueltas, pero quiero que sepan que hay un equipo que lo está dando todo cada día por el objetivo. Saben la ilusión que hay detrás y lo bonito que puede ser. La afición está muy bien representada por todo lo que es la institución: jugadores, trabajadores, Danvila, que tiene hambre y muchas ganas de dirigir bien el club, Calero… Van todos en la misma dirección. Pero, sobre todo, les animo a que lo vivan sin miedo a ilusionarse porque merecerá la pena.
Volviendo al presente, y tras firmar cuatro años con el Aston Villa, ¿qué espera de su etapa en Inglaterra?
Iba a decir que lo espero, pero sé que se va a dar. Es un club que está en constante crecimiento desde la llegada de Monchi, Damián Vidagany, Unai Emery y su cuerpo técnico. Se ha visto una evolución muy rápida entrando primero en Conference y después en Champions. El objetivo es no dejar de crecer, asentarse como un grande de Inglaterra y que se hable de nosotros en todo el país. A nivel europeo, si puede ser, volver a Champions, pero, como mínimo, no dejar de estar en Europa. Siento que esa es la perspectiva del club y yo la quiero vivir desde dentro. Estoy en uno de los equipos con mayor historia de la Premier League y a día de hoy tiene muchísimo potencial.
En conclusión, desafiar el ‘Big Six’ de la Premier. ¿Cierto?
Exacto. Y, sobre todo, que se hable del Aston Villa. Ya es un equipo mediático, pero que lo sea más aún a través de su rendimiento deportivo. En el fútbol inglés hay mucha competitividad, pero queremos estar entre los grandes y, por qué no, ganar algún título. Por ejemplo, a la FA Cup se le da muchísima importancia, la ponen casi al mismo nivel que la Premier League. Es una copa que se vive mucho. La semifinal en Wembley fue una pasada. Y aunque no pudimos pasar a la final, estar en ese escenario fue un síntoma de todo el trabajo que hay detrás del Aston Villa. Ojalá siga así durante muchísimo tiempo.
¿Cómo es la Premier League desde el césped?
La competitividad que hay en la Premier es enorme, cada partido se te puede complicar. Te hace estar muy concentrado y con un nivel de exigencia y de intensidad muy alto. Los encuentros son muy rápidos, pueden cambiar de un momento a otro. Hay mucho contragolpe, mucha intensidad y mucha emoción. Recuerdo mi primer encuentro en Premier League, que fue ante el Wolves fuera de casa, y sentí cómo lo vive la gente. Cualquier estadio aprieta. Aunque sea una acción defensiva, el público ya lo grita como si fuese a ser gol. El futbolista lo siente y le produce emociones inexplicables. Ese el valor de la Premier: la intensidad con la que lo vive la gente. Cada partido está marcado en el calendario. Esperan el día de partido para hacerle ver a cada equipo que están con ellos. Cualquier recibimiento en el Villa Park es una locura. Transmiten una energía que te permite desarollarla en el campo y competir al cien por cien.

ANDRÉS GARCÍA CON EL ASTON VILLA / REUTERS
¿Y Unai Emery? ¿Qué tal es tenerlo como entrenador?
Viendo su trayectoria, sus logros y sus actuaciones, entiendes por qué ha cambiado tanto el Aston Villa desde su llegada. La mano de Unai Emery se nota. El día a día con él es de mucho trabajo y de mucha exigencia. Te hace ver muy fácil lo que quiere que hagas. Hay mucho vídeo, trabajo táctico e individual, pero te lo simplifica para que te puedas adaptar rápido al equipo. Es un lujo tenerlo como entrenador, tanto a él como a su cuerpo técnico. Están para hacerme mejor, ver el fútbol más fácil y poder incrementar mi nivel.
El Director de Operaciones Deportivas del Aston Villa es Damián Vidagany, procedente de Llíria. ¿Tiene relación con él?
Por supuesto. Damián es muy cercano. Está todos los días preguntándome cómo estoy. Tenemos el vínculo de que somos valencianos y hace que nuestra relación sea especial. Encima, yo veraneo en un pueblo cercano a Llíria, de donde es él. Está muy pendiente de mí y se lo agradezco muchísimo. Tener una figura como Damián ayuda mucho. Además, junto a Unai Emery y Monchi, es el primer implicado y el que más quiere que salgan las cosas. Es muy currante. En días libres, donde yo he ido a la Ciudad Deportiva a trabajar, siempre lo he visto trabajando.
¿Y cómo llevan sus padres el hecho de no tenerle cerca de casa?
Mi madre, al principio, me preguntaba cómo estaba cada dos horas, como es lógico. Tengo una unión muy grande con mi madre, así que entiendo que eso fuera lo más normal. Todas las noches hablo por videollamada con mis padres. Tenía que vivir esto así y ellos están orgullosos de mí. Siempre me lo transmiten. Al final, la distancia hace que, cuando los vuelves a ver, la explosión de emociones sea diferente. Cuando pueden vienen a los partidos del Aston Villa. Es un amor que siempre les voy a tener. Son las figuras principales de mi vida y a los que siempre les voy a estar agradecido por todo.