El Real Madrid se quedó a un paso, a un tiro de ganar el cuarto partido y forzar el quinto ante un Olympiacos que jugará la Final Four de Abu Dhabi, donde no estarán los blancos pese a no bajar nunca los brazos. Sabía Chus Mateo que la victoria pasaba por ser agresivos en las dos zonas y la profundidad de banquillo. Necesitaba el Madrid cuidar su aro y castigar el contrario, poniéndose a ello desde el inicio. Los blancos atacaban cada cambio defensivo de Olympiacos, con Hezonja lanzando mucho (ocho veces en el primer cuarto) y Abalde eligiendo bien (5 puntos y 4 asistencias). Esto le permitió estabilizar la renta en cinco puntos durante el primer cuarto (21-16).
Extrapass contra tiros libres
Hugo González recogió el testigo de la intensidad de Abalde, mientras los griegos paliaban su opacidad ofensiva a base de tiros libres (17 en la primera mitad por tres del Madrid), entradas de Fournier y las canastas de Peters. En el bando local funcionaba la rotación y la paciencia en ataque (14 asistencias) buscando al compañero abierto, lo que generó triples de Abalde, Llull, Hugo González, Campazzo, Hezonja… La mala noticia, una vez más, es que Tavares se marchaba al banco con tres faltas a mitad del segundo cuarto. Pero los de Mateo mantenían la renta al descanso (47-42).
Un minuto y medio tardó en caerle la cuarta a Tavares, en la jugada que adelantó a un Olympiacos mucho más agresivo ofensivamente que disparaba su producción sumando de tres en tres por medio de Fournier, Williams-Goss, Papanikolaou… Además, Fall se hacía grande en las zonas, especialmente en la del Madrid, regalando segundos ataques a los suyos. Mateo lo paró con (51-58) y emergió el carácter de Andrés Feliz para enganchar a los blancos de nuevo. La fluidez que echaba en falta el Madrid la encontraba un Olympiacos en el que despertaba también Vezenkov. Y todo ello con los árbitros pitando cada contacto, lo que llevaba el partido a los tiros libres con demasiada frecuencia. El Real Madrid sobrevivía a un tercer cuatro realmente complicado (65-68).
Sin embargo, los griegos volvieron a salir agresivos en ataque con dos triples que volvieron a abrir la hemorragia (65-74). Nueve puntos abajo y nueve minutos por jugar. Papanikolaou clavaba su tercer triple con Abalde y Hugo González sentados en el banquillo. Sin referentes defensivos y espesos en ataque (cuatro puntos anotados en el ecuador del último cuarto), el Madrid se desangraba ante un rival con un enorme catálogo ofensivo (65-79). 14 puntos abajo y menos de siete minutos. La puntilla parecía ponerla Papanikolaou con otro triple, y adicional, que colocaba a los griegos a 15. Pero ahí emergió el genio de los madridistas encadenando un (11-0) ante unos griegos que lo vieron resuelto. Los blancos pudieron ganar el partido con un triple final de Abalde que no entró, sentenciando a un Real Madrid que se despedía de una Final Four de la que en realidad ha estado lejos toda la temporada. A nadie puede extrañar.