Abascal atribuye la multa del Tribunal de Cuentas a Vox a una motivación «política» que persigue su «ilegalización»

En paralelo a la marcha de los sindicatos UGT y CC.OO. por el centro de Madrid por el Día Internacional de los Trabajadores, el líder de Vox, Santiago Abascal, participó en el acto que Solidaridad, el sindicato de su partido, celebró este jueves al mediodía en Fuenlabrada. Allí valoró la multa de 862.496,72 euros que el Tribunal de Cuentas impuso el miércoles al partido por infracción «muy grave» al recibir donaciones sin respetar los requisitos de legalidad. Cree que existe detrás una motivación «política». «Buscan hacer inviable a Vox. No se atreven todavía con la ilegalización pero van dando pasos», denunció.

En declaraciones a los medios, el líder de Vox, presentó al partido como «víctima de una persecución sin precedentes» por haber sido objeto de una sanción «sin precedentes» y «absolutamente injusta». Preguntado si considera que el fiscalizado ha prevaricado con esta decisión, Abascal señaló que los servicios jurídicos de partido tienen que analizar ese extremo, pero se ha mostrado convencido de que se trata de una sanción «políticamente orientada».

«No tiene parangón que a un partido político, por vender pulseras en las carpas en las que nuestros militantes se juegan la integridad física, se le diga que se está financiando ilegalmente por donaciones anónimas. Es algo francamente acojonante», enfatizó. En todo caso, destacó que lejos de afectar negativamente a la credibilidad de su organización, que, desde su punto de vista, «está intacta». Además, dio por hecho que ganarán el recurso que van a presentar ante el Tribunal Supremo contra esta sanción.

No afecta a su «credibilidad»

Para Abascal, quien tiene un problema de «credibilidad» es el Gobierno y las instituciones que han «asaltado» con «ayuda del PP», como sucede, en su opinión, con el propio tribunal que preside Enriqueta Chicano. Así, insistió en que «es acojonante» porque, a su juicio, la multa viene impuesta por «unas instituciones, un Gobierno y un PSOE «que se ha gastado el dinero público en prostitución y en cocaína y cuyos ministros toman las decisiones, rodeado de señoritas en paradores nacionales».

«Me parece que es un insulto a la inteligencia. Pero a nosotros no nos va a asustar, no nos va a mover de nuestro sitio ni vamos a dar un paso atrás. Estamos muy tranquilos con lo que hemos hecho y vamos a seguir adelante», zanjó.



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