Los planes para que la multinacional española de defensa Indra compre el taller de calderería pesada de la ingeniería asturiana Duro Felguera (el popularmente conocido como Tallerón, en Gijón) no están tan cerrados como el presidente de la primera, Ángel Escribano, dio a entender en su comparecencia en el Congreso de los Diputados el pasado 13 de marzo. La compañía tiene claro que va a implantar una fábrica de vehículos blindados en Asturias, pero explora más localizaciones además de la nave gijonesa de Duro.
El propio Escribano ha afirmado que el Tallerón es «una de las opciones que se barajan, pero no la única». Así lo ha señalado el presidente de Indra en una entrevista con «ABC», en la que sí ha admitido que su previsión es «comprar un activo próximo» a la fábrica de General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas en Trubia (Oviedo), donde el consorcio empresarial Tess Defence (del que Indra es el accionista mayoritario) fabrica los vehículos 8×8 para el Ejército de Tierra español.
Respecto al programa 8×8, Escribano también apuntó en la entrevista que se trata de un proyecto «a muy largo plazo», de unos «diez o doce años vista». «Al ritmo que se mueven las cosas, tenemos garantizados al menos otros cinco años por delante de trabajo, si bien pensamos que saldrán nuevos proyectos a futuro», afirmó el directivo madrileño.
Es decir, Indra prevé compatibilizar su implicación en el consorcio Tess Defence, donde está aliada con Santa Bárbara para producir los carros 8×8, con su propia factoría en Asturias, en la que competirá con la planta trubieca de la compañía propiedad de General Dynamics. De hecho, el propio consorcio Tess Defence también está sondeando terrenos en la región para otra planta.
Esto es algo que ya había pronosticado el propio Ángel Escribano en su comparecencia parlamentaria: «Tendremos que competir con nosotros mismos». De momento, como avanzó este diario, la filial constituida por Indra para la fabricación de blindados en Asturias, Indra Land Vehicles, ya ha comenzado a ofrecer puestos de trabajo cualificados, sobre todo para ingeniería.
Menos claro se presenta el intento de Indra para integrar Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), la antigua empresa de Ángel Escribano, actualmente presidida por su hermano Javier. El consejo de administración de Indra se reunió ayer para abordar esta cuestión, entre otras. Según afirman fuentes conocedoras, uno de sus miembros, Jokin Aperribay, consejero delegado de la vasca Sapa Placencia (que tiene el 7,94% del capital de Indra y también forma parte de Tess Defence), expresó su oposición a una fusión con EM&E, al considerar que «no generaría valor».
En el momento de tratar este punto, los hermanos Escribano abandonaron la reunión, para así despejar sospechas de conflictos de intereses. «Toda operación de Indra relacionada con EM&E está siendo asumida por su consejero delegado, José Vicente de los Mozos«, señalan las fuentes.
Respecto a otros hipotéticos conflictos de intereses, fuentes del sector indican que «es probable que Sapa tenga que abordar pronto esa cuestión como accionista y miembro del consejo de Indra». La razón es que la compañía vasca está cooperando con General Dynamics para posicionarse de cara a contratos de blindados con el Ejército de Estados Unidos, lo cual chocaría con los intereses de Indra, que aspira a competir con la empresa estadounidense en el sector de la defensa terrestre.
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