Nuevo ‘volantazo’ de la Administración Trump. El presidente republicano cerró un pacto con fabricantes de automóviles en Estados Unidos para reducir el impacto de los aranceles impuesto por su propio Gobierno sobre las importaciones de vehículos.
El republicano consideró que el acuerdo con los fabricantes automovilísticos para aliviarles los aranceles es una ayuda a corto plazo al sector durante este periodo de transición.
«Solo queríamos ayudarlos durante esta pequeña transición, a corto plazo. Si no consiguen piezas, no queríamos penalizarlos», dijo a la prensa camino de Míchigan, donde va a celebrar los primeros 100 días de su segundo mandato.
El primer año se ofrecerá un reembolso del 15 % a quienes fabriquen sus vehículos en el país para compensar el coste de los aranceles, han precisado miembros de la Administración a la prensa.
Ese reembolso sería del 10% el segundo año, dando a los fabricantes tiempo para trasladar la producción de partes a Estados Unidos. Esas rebajas se aplicarían tanto a empresas nacionales como extranjeras con fábricas de automóviles en EEUU.
Los gravámenes actuales del 25 % sobre los autos importados a Estados Unidos se mantienen, pero la medida anunciada ahora alivia su impacto.
La confirmación de esa ayuda llega después de que el secretario de Comercio, Howard Lutnick, afirmara al canal CNN que el pacto negociado con los fabricantes representa «una gran victoria» para la política comercial de Trump, «ya que recompensa a las empresas que fabrican en el país y, al mismo tiempo, da vía libre a los fabricantes que han expresado su compromiso de invertir en EEUU y expandir su producción nacional».
Entre los países más afectados por los aranceles en el sector automovilístico están Alemania y Japón, junto a México y Canadá, aunque en el caso de estos dos últimos las partes de automóviles fabricadas en esas naciones están exentas temporalmente de los gravámenes.