Cuando a las 12.33 horas del lunes 28 de abril cayó la red eléctrica en la gran mayoría del territorio español, los ciudadanos se quedaron a oscuras, pero los medios de comunicación continuaron con sus emisiones. Merece la pena reflexionar sobre este punto. ¿Qué hubiera sucedido si los ciudadanos no hubieran encontrado a ninguna voz al otro lado del transistor durante el período de tiempo que fue necesario para recuperar la normalidad?
Los españoles no son novatos en sucesos imprevistos. Hace cinco años, cuando la pandemia de covid-19 obligó a declarar el estado de alarma, los sistemas de comunicación no sufrieron cortes. Todo lo contrario, dado que la ausencia de cercanía fue compensada con videoconferencias; y el confinamiento, con el hilo constante de la televisión lineal y los contenidos de las plataformas en streaming, cuyo número de abonados creció de forma considerable.
Pero el lunes, se fue la luz en cinco segundos y eso dejó a los españoles sin electricidad en sus casas, sin cobertura de teléfono móvil, sin banca digital, sin datáfonos y, en definitiva, con todo lo que requería conexión a las redes. Fue una crisis corta, pero la radio volvió a convertirse en un producto -y servicio- de primera necesidad para los ciudadanos. Durante ese primer rato, monopolizó la inmediatez.
La televisión siguió
Una vez que las diferentes zonas de España recuperaron la normalidad, los ciudadanos pudieron conectar el televisor y comprobar que las emisiones se mantenían con total normalidad. Desde Atresmedia, enviaban este martes una captura de pantalla de Espejo Público en la que se observa a Susanna Griso anunciar que los trenes estaban parados y los semáforos desconectados como consecuencia de un apagón masivo.
Fuentes del grupo de medios de comunicación aseguran que, a las 12.33 horas, se activaron en su sede de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes siete grupos electrógenos de gasoil que están preparados para que la emisión se mantenga en caso de emergencia. Durante el día, contrataron algunos más, móviles, que en algunos casos enviaron a las productoras que prestan servicio a sus cadenas para que pudieran continuar con la programación.
Desde el grupo apuntan a que disponen de varios acuerdos con proveedores de internet para que, en caso de que falle alguno -como sucedió ayer-, no se pierdan las comunicaciones. Dada la incertidumbre que existía acerca de la duración de esta circunstancia, aplicaron algunas medidas de prevención, como la de dejar a oscuras todas las dependencias que no fuera fundamental mantener en activo; o la de apagar determinados equipos.
Recordaba este martes uno de sus directivos lo que sucedió durante las horas posteriores al paso del temporal Filomena, cuando movilizaron diferentes automóviles 4×4 para que sus equipos pudieran desplazarse por toda la ciudad. Ayer, lo relevante era encontrar taxis para desplazar a trabajadores y a contertulios; e incluso para que la caída general de los datáfonos no generara ningún problema.
La prensa llegó a los quioscos
En Unidad Editorial, Prisa y Vocento también afrontaron esta circunstancia con equipos de respaldo en sus instalaciones. Dentro de la editora de El Mundo apuntan a que sus electrógenos hubieran permitido continuar con la actividad, sin recargarse, hasta bien entrada la mañana del martes, aunque alrededor de las 20.00 horas, como medida de previsión, un camión recargó su combustible.
Sobre esa hora, las telecomunicaciones sufrieron una caída que se prolongó durante algo más de una hora, lo que dificultó la actualización de la edición digital desde Madrid durante ese tiempo. Pese a todo, fue un período relativamente breve que no paralizó las ediciones en digital y en papel. De hecho, los principales periódicos españoles han sido distribuidos con normalidad, pese a la coyuntura.
«Se ha trabajado con muchas complicaciones por apagones parciales. La situación ha ido por barrios. Cada periódico ha sido reflejo de la situación en su región, pero ha salido todo», apuntaba un directivo de Vocento.
El director técnico de la Cadena SER, Augusto Molina, apunta a que los sistemas de respaldo se activaron de forma automática tras el apagón. «Tenemos dos alimentaciones de red eléctrica diferenciadas. Cada una está soportada con un grupo electrógeno de emergencia y además con varios sistemas de alimentación UPS que mantienen la emisión sin ningún tipo de interrupción».
A este respecto, añade: «Durante toda la jornada, se mantuvo la emisión gracias a que tenemos grupos electrógenos de soporte que consumen gasoil. Teníamos que repostar, pero no había forma de circular, las gasolineras no tenían electricidad para los surtidores… Así que estuvimos recorriéndonos Madrid y, finalmente, encontramos una en Alcobendas que tenía. Llenamos unas garrafas y fue lo que nos sirvió para repostar los grupos electrógenos. Así pudimos aguantar hasta las 23.30 horas, cuando ya volvió la luz a la sede central de Gran Vía».
Cristina Delgado, subdirectora responsable de la edición digital de El País, explica que todos los medios de Prisa mantuvieron su actividad durante la jornada; y enfatiza sobre la circunstancia de algunos de sus periodistas. «Se organizaron equipos entre los periodistas que habían podido llegar a la redacción o aparecían tras largas caminatas y aquellos que estaban por las calles de toda España».
También se organizó un «equipo de relevo de emergencia» que, en caso de que la incidencia se alargara durante varios días en España, tomaría el mando desde las redacciones de México y Estados Unidos.
Televisión y radio
En el Grupo COPE también lograron mantener las emisiones en activo con dos generadores que dan respaldo a la radio y a la televisión, que podrían haber aguantado hasta 72 horas a través de los depósitos que tienen disponibles, explican sus fuentes oficiales.
Desde Madrid, se emitió la señal de COPE a otros centros de distribución que tenían sus propios generadores; y en lugares como Valencia, Barcelona o Sevilla mantuvieron la programación local, con los técnicos de zona movilizados por si surgía alguna incidencia.
Como hecho anecdótico, citan lo que le sucedió a Manolo Lama, que se desplazó desde su casa hasta la sede de la empresa en el coche de limpieza de un oyente. En estos días, les han llegado testimonios de transistores que sirvieron de punto de comunicación comunitario con la señal de COPE. En corros, en la calle, los ciudadanos se informaron de la última hora.

Pese al súbito apagón y a la desconexión que sufrieron las telecomunicaciones españolas durante toda la tarde del lunes, el diario El Independiente mantuvo su actividad y reflejó la última hora que difundían las fuentes oficiales, así como diferentes artículos de campo sobre lo que sucedía en diferentes puntos de interés.
Se recordaba este martes entre sus mesas que sus periodistas, iluminados con luz natural, con un transistor recién adquirido y haciendo uso del único teléfono que podía conectarse a internet, transmitieron la información que poco a poco trascendía. Fue fundamental, en este sentido, la labor periodística realizada por sus periodistas desde Canarias y desde País Vasco.