La sorpresa de José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, fue mayúscula cuando fue a coger el coche para asistir a la comida del Hércules en Torre de Reixes y no lo encontró.
La grúa se llevó el coche del religioso al no tener ninguna acreditación de su condición en las inmediaciones del monasterio de la Santa Faz. Munilla pasó la mañana en el monasterio dando charlas a los niños y niñas de los colegios que acudieron con la Peregrina.
Cuando salió para desplazarse a la multitudinaria comida organizada por el Hércules se llevó una gran sorpresa. Con unos minutos de retraso llegó al restaurante donde bromeó con los presentes con la inesperada anécdota.