Esta vez la lejanía de la Península y la insularidad nos ha beneficiado y han evitado que el apagón llegara a Canarias ¿no?
Efectivamente, lo que a veces supone una debilidad para Canarias en este tipo de incidentes masivos y concatenados estamos aislados, lo que es un punto fuerte en el sistema eléctrico canario. Esta situación de aislamiento también provoca que en los casos de ceros energéticos en algunas islas hayamos sabido responder para garantizar los servicios básicos de hospitales, seguridad y emergencias y contacto con la ciudadanía con grupos electrógenos y otros recursos. No obstante, este cero total en la Península ha tenido un impacto muy notable en las telecomunicaciones en Canarias porque los hardware de distintas plataformas están ubicados en la Península y con la caída del fluido eléctrico estuvieron inoperativos. Lo que más nos ha afectado en la gestión de las emergencias es la capacidad del sistema para que entraran las llamadas al 112, lo que supuso una caída total durante tres horas –entre 20.30 y 23.30 horas– que nos obligó a subir el nivel de alerta.
¿En algún momento de esta crisis temieron por alguno de los servicios que se prestan a la ciudadanía?
Fundamentalmente no saber si alguien tenía necesidad de algún servicio de emergencia y no podía contactar con nosotros, esa fue la principal preocupación. Por eso la coordinación se realizó a través de los contactos con los cuerpos y fuerzas de seguridad o yendo a los centros de salud con urgencias, a la vez que también solicitamos a la población que se intentara racionalizar el uso de las llamadas y los datos de los teléfonos para no agravar el atasco de los servicios de telecomunicaciones.
¿Este colapso del 112 y también del 012 es inédito en Canarias?
El problema no fue de colapso sino que no entraban las llamadas. Es verdad que el 012 tuvo problemas antes que el 112 durante la tarde, de hecho han seguido los fallos puntuales. Efectivamente para nosotros esta situación ha sido inédita, por eso es importante contar con sistemas que nos permitan, al menos si no se reciben las llamadas a través de los operadores privados que suministran el servicio de línea, sí fortalecer aquellas herramientas para consolidar la coordinación interna en el Gobierno. Este es el caso de la red Rescan de Canarias a través del sistema Tetra, que es con el que nos hemos comunicado durante este tiempo y que está al margen de la telefonía porque es una red interna del Gobierno para la actividad de los distintos servicios de emergencia.
¿Qué medidas se van a adoptar para futuras contingencias?
Debemos tomar medidas tanto desde los equipos de emergencias de las administraciones públicas como desde la ciudadanía, porque es imprescindible la participación ciudadana cuando suceden este tipo de situaciones. Se trata de intentar ser racionales en el uso de las líneas telefónicas con los consejos de autoprotección para estar preparados con una mochila de contingencia donde se disponga, por ejemplo, de radios a pilas para recibir los avisos de los medios de comunicación y discriminar las fuentes de los mensajes para evitar los bulos, que lo único que hacen es entorpecer la gestión de las emergencias. La población es un elemento esencial en estos casos.
¿El hecho de que las operadoras tengan sus equipos en la Península no plantea la necesidad de que Canarias también cuente con algunos para evitar estos cortes en las comunicaciones?
Las capacidades de comunicación a las que accede la sociedad, que es quién demanda el servicio del 112, es algo que no se ofrece al ciudadano sino que lo tiene porque tiene acceso a alguna compañía suministradora de comunicación. La evolución de las empresas va hacia el sistema de voz y datos y ello conlleva a tener estas debilidades, a la vez que también podemos disfrutar de otras posibilidades que nos ofrece la tecnología.
¿Los poderes públicos utilizan sus recursos y el interés general para tener sus propias redes a la hora de afrontar una emergencia de este calibre para no depender solo de los operadores privados?
Por supuesto, de hecho la propia red que tiene el Gobierno debe servir para que nos podamos poner en contacto con los operadores si falla una compañía, como ha sucedido en esta ocasión. Es importante que las compañías se puedan comunicar también con la red propia del Gobierno en casos de emergencia o de elementos críticos y para eso se utiliza la base Tetra.
Además de las comunicaciones no han habido incidencias alarmantes en Canarias ¿no?
No, han habido retrasos en algunos aeropuertos como es el caso de Tenerife Norte, en el que se vieron obligados a pernoctar unas 100 personas porque no había capacidad para alojarlos en ese momento. La caída de los sistemas de facturación ha provocado también demoras, así como los pagos en las terminales de las entidades bancarias que están vinculadas a sistemas alojados en la Península y la caída del fluido eléctrico. La situación se ha ido restableciendo, aunque todavía hay vaivenes los operadores han garantizado que se ha dado prioridad a las llamadas destinadas al 112.
¿Por parte de la ciudadanía el comportamiento ha estado dentro de la normalidad?
En líneas generales sí, hay ciudadanos que han tenido el impulso de realizar compras para afrontar una situación como esta pero nada que haya supuesto riesgos en la seguridad pública, pese a los inconvenientes que ha supuesto las caída de los sistemas de pago por TPV o la incomunicación de las redes de telefonía y el uso de internet durante varias horas.
¿Qué lecciones pueden sacar los servicios de emergencia de este tipo de crisis?
Desde los servicios de emergencia debemos intentar tener redundancia en las capacidades que tenemos para poder coordinarnos y que en la comunicación no nos la juguemos solo a una única compañía, sino poder tener la posibilidad de contar con distintas opciones en la recepción de llamadas al 112 y fortalecer la red propia Rescan para poder gestionar las emergencias de manera más eficaz y conveniente.
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