Centenares de personas que tenían billete de tren para viajar este lunes y no pudieron hacerlo por el apagón que ha colapsado la Península se vieron obligados a pasar la noche en el vestíbulo de la estación de Atocha después de que haya sido habilitado. Ninguno sabe si podrá seguir viaje mañana pero pasarán la noche bajo techo tras no haber encontrado otra alternativa.
En los dos pisos de la estación se puede ver a gente junto a sus equipajes y gestos resignados en medio de un amplio despliegue de policía y personal de seguridad de Renfe. La mayoría han accedido después de pasar horas en las inmediaciones. Poco después del mediodía, cuando quedó claro que no se reanudaría el tráfico ferroviario en las siguientes horas, la estación fue desalojada.
Entre los que han pasado toda la tarde esperando información en las inmediaciones de la estación está José Béjar, de 67 años. Había venido a Madrid a pasar el fin de semana y tenia su tren de vuelta a las 14.30 horas pero se había acercado a la estación con tiempo, sobre las 13 horas. Ante la situación de emergencia le obligaron a salir y ha estado junto a la puerta más de seis horas.
“Durante todo ese tiempo ni un empleado de Renfe, ni de seguridad ni la policía han sido capaces de salir a decir nada o repartir un botellín de agua a niños o personas mayores”, lamenta. “No he comido más que una bolsa de patatas porque en la zona ya no se podía encontrar ni pan”. Con una lesión en la espalda, se pregunta dónde dormirá. A su alrededor algunos ya han buscado acomodo en el suelo. “No creo que vuelva a venir a Madrid”, asegura entre el enfado y la pena.
En la estación hay también personas en silla de ruedas y familias con niños como Sergio y Mari Carmen, con una niña de dos años en un carrito. Su tren de vuelta a Sevilla salía a las 19.00 horas. Han buscado un hotel e intentado encontrar un coche de alquiler, pero no ha habido forma.
“Es lo peor de lo peor, un desinterés total”, protesta Jorge Diez, turista argentino de 75 años que ha venido por primera vez a España. Sentado en su maleta, relata que tenía billete para las 13 horas a Sevilla. Estaba a punto de embarcar cuando se fue la luz. Al volver le dijeron que había que desalojar. “Mire que yo vengo de un país donde no funcionan muy bien las cosas, no esperaba que aquí fuera igual…”
Hacia las 23.10 se han encendido todas las luces del vestíbulo, hasta entonces solo funcionaba la mitad, una situación que se ha recibido con gran regocijo y un aplauso. No había información, no obstante de reanudación del tráfico ferroviario.
