Lo anunció la presidenta Isabel Díaz Ayuso durante la tarde del apagón: el Movistar Arena, pabellón en el que disputa los partidos el Real Madrid de Baloncesto, abrió sus puertas para acoger a parte de los afectados por los problemas de movilidad que se produjeron por toda España la tarde del lunes 28.
Poco más de una treintena de personas acudieron a pernoctar en el antiguo Wizink. Un despliegue colosal de personal (más agentes de policía y sanitarios que afectados) acompañó a la iniciativa. Personas de todas partes de España durmieron en las gradas del pabellón. La Cruz Roja dispuso camillas para todos: «Hemos colocado treinta, pero hay capacidad para desplegar 130», le contaba uno de los efectivos a El Periódico de Catalunya.
La gente que acudió a dormir al pabellón dispuso de agua y un ligero refrigerio, además de ayuda para personas con movilidad reducida. Parejas, familias con niños y hasta los animadores de un equipo de League of Legends (LOL) que disputaba su encuentro durante el fin de semana en Madrid: «Entre el torneo, la fiesta y el apagón de hoy, apenas hemos dormido nada», explicaba una de las afectadas que reside en Málaga. Junto a ella pasaron la noche otros aficionados del equipo, de diferentes partes de España.
Sillas y camillas
A los asistentes se les entregaba el refrigerio tal y como iban llegando y se les hacía pasar al palco de honor del Movistar Arena. Hubo cierto desconcierto inicial entre algunos asistentes porque algunos pensaban que tendrían que pasar la noche en las sillas. Pero las camillas estaban siendo desplegadas en un espacio anexo.
Algunos de los que pasaron la noche en el pabellón ya lo conocían bien. Una pareja de San Sebastián había estado allí justo unas horas antes. Habían venido desde Guipúzcoa para asistir al concierto del rapero argentino Paulo Londra: «Tendríamos que haber salido de vuelta a las 12:30. Primero nos dijeron que eran 10 minutos de retraso, luego 30 y al final hemos pasado toda la tarde en Atocha».
Para algunos, no obstante, la espera dio para socializar: un hombre con problemas de movilidad reducida, que viajaba él solo desde León hasta Jaén, se ganó a un grupo de jóvenes que también perdieron su tren y acabaron montando una auténtica timba de cartas con trucos de magia para amenizar al personal.
El centro permaneció abierto toda la noche. «Ahora viene la otra parte», advertía una de las afectadas: la reclamación, la devolución del precio del billete y la adquisición de un nuevo pasaje para la vuelta se puede eternizar. Se prevén colas en Atocha durante todo el martes para resolver centenares de casos de personas que siguen varadas en Madrid.