El apagón total, sin precedentes en la península, dejó a millones de personas sin electricidad durante más de 12 horas. Mientras la ciudadanía trataba de adaptarse a la falta de suministro, la empresa coruñesa Genesal Energy, situada en Bergondo, se convirtió en un bastión energético. Sus grupos electrógenos mantuvieron en pie infraestructuras críticas, desde hospitales hasta gasolineras, en una movilización sin descanso que aún continuó al día siguiente.
«La jornada empezó como cualquier otra», relata Ángeles Santos, directora de Recursos Humanos de Genesal. «Teníamos auditoría y todo transcurría con normalidad, hasta que se fue la luz. Al ver que era un apagón generalizado, activamos de inmediato nuestro protocolo de emergencia», apunta.
Genesal Energy, que acaba de cumplir 30 años, fabrica unos mil generadores al año y es uno de los referentes internacionales en sistemas de alimentación de emergencia. Pero en una crisis como esta, su papel va mucho más allá de la producción. «Desde el covid tenemos un protocolo de actuación de emergencia, que no habíamos tenido que activar. En este protocolo tenemos un gabinete de crisis en el que se reúnen todos los departamentos para analizar cómo canalizar todo lo que vamos a necesitar», relata Ángeles Santos.
Su equipo asumió el mantenimiento de los grupos electrógenos en hospitales como el Chuac, el Materno Infantil Teresa Herrera y el Abente y Lago en A Coruña; el Álvaro Cunqueiro de Vigo; el 12 de Octubre y el Isabel Zendal en Madrid o el hospital de Toledo.
«En primer lugar, nuestra primera prioridad fue la atención a familias oxigeno dependientes», explica Santos. «Aunque no suministramos ese tipo de equipos, nos ofrecimos como punto seguro. Teníamos nuestro propio generador en marcha, por lo que podíamos garantizar suministro eléctrico a quien lo necesitase. No hizo falta, pero las familias estaban tranquilas en sus casas porque sabían que en cualquier momento podían venir a la empresa y tener aquí electricidad», explica.
Además, dotaron de un grupo electrógeno a la gasolinera del polígono de Bergondo, cuyo generador había fallado. «Les pedimos que, además de atender al público, priorizasen el suministro de combustible a Protección Civil, Policía Local y al centro de personas con discapacidad. También aseguramos combustible para los grupos electrógenos que tenemos en los hospitales», recuerda.
A medida que caían las redes de comunicación, la situación se complicó. «No podíamos contactar con nuestros técnicos desplazados. Tuvimos que ir haciendo rondas por los hospitales para saber que nuestros equipos estaban funcionando. Yo misma tuve que subir a la Costa da Tapia para conseguir cobertura y coordinar los equipos. Desde Bergondo salieron unidades de emergencia hacia Madrid en plena madrugada como apoyo», relata la directora de Recursos Humanos.
Genesal también aportó un generador de alquiler al Chuac para respaldar los propios, por si alguno fallaba. «En un apagón así, no puedes dejar ningún cabo suelto. Lo esencial era garantizar la salud pública», reconoce. «Después ya pensamos en la parte económica, pero lo primero son las vidas», insiste.
«Nuestro equipo no paró en toda la noche. Tengo a toda la gente sin dormir. Somos una empresa silenciosa, pero estamos contentos porque conseguimos mantener activos los servicios esenciales, que eran nuestra prioridad», finaliza Ángeles Santos.
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