El Real Madrid forzó el cuarto partido de la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga contra el Olympiacos griego tras imponerse por 80-72 en el primero que jugó como local gracias, entre otras cosas, a las buenas prestaciones de sus ‘hombres de refresco’ en el arranque del último acto.
Finiquitados con triunfo del cuadro griego como local los dos primeros enfrentamientos de la serie, esta viajó a la pista del conjunto blanco, que sin tener la fama de ‘infernal’ de otras es aquella en la que mejor porcentaje de triunfos tiene el Real Madrid entre aquellos clubes que han jugado más de 300 partidos en la máxima competición europea.
Ese dato no es casualidad, porque en la capital española el público aprieta cuando hace falta. Esta vez desde el principio, consciente de que para el ‘milagro’ de la remontada se contaba con él. Y ese buen ambiente contagió al anfitrión, que salió entonado con Dzanan Musa al frente.
El alero bosnio, intermitente durante el curso, ofreció esta vez la cara buena con siete puntos de los diez primeros de los suyos y cinco más a los diez minutos. Esa inspiración la heredó el pívot caboverdiano Walter Tavares con otros seis que mantuvieron a distancia a un rival mermado por la lesión en el tobillo del talentoso escolta Evan Fournier. Sin él uno de los que dio un paso al frente fue el base Nigel Williams-Goss, que sostuvo al bando griego gracias a su intensidad en todo el campo.
Al final del primer acto la sensación era que el Olympiacos sobrevivía ante un Real Madrid que, al margen de su insostenible cuatro de cuatro en triples, era mejor y había sido capaz de dejar de lado algunos pecados que le habían penalizado hasta ese momento en la eliminatoria, como su baja producción en el rebote ofensivo y las pérdidas recurrentes.
Sin embargo la sensación pasó a ser engañosa cuando el partido se enfangó en el segundo cuarto. Al aparecer los parones, se apagó el Real Madrid y se enganchó su oponente. Así, a base de tiros libres, logró ponerse este por delante. Arregló el roto el elenco de Chus Mateo, a esas alturas ya atacado por el fantasma de las pérdidas, con seis puntos de los diez que metió en todo el cuarto. Un bagaje en ataque demasiado pobre que acabaron castigando los visitantes mediante un parcial de 0-13 sin triples (38-44, m.20).
El descanso sentó bien a los locales, que aclararon sus ideas y asomaron por el túnel de vestuarios con ganas de marcha. Su 8-2 de puesta en escena les permitió igualar el tanteo y calentar el pabellón durante algunos instantes, los que pasaron hasta que el vídeo volvió a entrar en acción con frecuencia para determinar el desenlace de acciones aisladas y aminorar las pulsaciones. Aun así, esta vez no se descentraron y consiguieron pisar por delante la media hora, dejando en sólo doce puntos en ese tramo al campeón de la fase regular (58-56, m.30).
Lo que parecía abierto empezó a cerrarse en el retorno al parqué. Impreciso el Olympiacos y encendido el Real Madrid con los gigavatios que le dio su rotación, el equilibrio se deshizo. Un parcial de 14-4 firmado en la conversión por Usman Garuba, Serge Ibaka y Alberto Abalde situó al equipo diez arriba con tres minutos y medio por jugarse.
Sin embargo aún tenía cosas que decir el atómico Sasha Vezenkov, ‘gota china’ durante toda la cita que transformó cinco puntos en línea para que los suyos enseñasen de nuevo la zarpa. No fue suficiente para intimidar a los de blanco que, acertados en los tiros libres, mantuvieron hasta el final la ventaja que les permite disfrutar, al menos, de una noche más de Euroliga.
FICHA DEL PARTIDO:
80 – Real Madrid (28+10+20+22): Campazzo (9), Abalde (9), Musa (14), Hezonja (14), Tavares (15) -cinco inicial-, Deck (2), Llull (4), Garuba (5), Feliz (4) e Ibaka (4).
72 – Olympiacos (21+23+12+16): Williams-Goss (17), Vildoza (5), Papanikolau (2), Vezenkov (21), Fall (-) -equipo inicial-, McKissic (-), Peters (3), Milutinov (4), Lee (11), Walkup (5), Wright (4).
Árbitros: Ilija Belosevic (Serbia), Mehdi Difallah (Francia) y Luka Kardum (Croacia). Eliminaron por faltas personales a Williams-Goss (m.39).
Incidencias: Tercer partido de los cuartos de final de la Euroliga, disputado en el Movistar Arena de Madrid ante 10.187 espectadores.