Un apagón de más de 12 horas paraliza España

Lunes, 28 de abril. A las 12:30 pasó lo que nunca había ocurrido. España se fue a negro. La luz desapareció y las comunicaciones dejaron de funcionar. Un apagón sin precedentes que, al cierre de esta edición, se prolongó más de 12 horas en muchos puntos del país.

El primer síntoma se sintió en la carretera. Los semáforos se apagaron y las calles de las capitales empezaron a colapsarse. Como piezas de tetris, los coches se quedaron bloqueados. Los conductores se comunicaban con los peatones por señas y aspavientos para dejarles pasar o pedirles que parasen.

Muchos bajaban de sus casas para encender la radio del coche, el medio de comunicación que ha acompañado durante toda la jornada a los españoles. Algunos incluso han comprado transistores a pilas.

El siguiente gesto, después de ver los semáforos apagados, ha ido dirigido a coger el móvil. Los whatsapps no llegaban y las rayas de la cobertura se esfumaron. España entera estaba incomunicada, aunque a ratos se podía hablar con conocidos que viven en otras provincias para confirmar que el problema era nacional.

Una de las mayores preocupaciones eran los hospitales y los ascensores, por si había gente atrapada. En Madrid, los centros sanitarios redujeron al mínimo el gasto durante el apagón para poder atender a los pacientes críticos.

En la calle, las ambulancias, los coches de bomberos y de Policía se abrían paso como podían, haciendo sonar las sirenas. Los agentes de movilidad de repartieron por los principales cruces, organizando una situación que sobrepasó a todos los efectivos en las primeras horas.

Carreteras colapsadas y sin transporte

Las colas llenaban las aceras en busca de subirse a un autobús que los llevara a casa de nuevo. Los metros y los cercanías fueron los primeros en cerrar. Los aviones podían aterrizar y despegar, pero las pasarelas aéreas no funcionaban.

La Policía Nacional desplegó a sus unidades de antidisturbios y de orden público. Los agentes de paisano se enfundaron los chalecos oficiales para dar una cierta sensación de orden dentro del caos. Incluso la Dirección General, en su puerta, desplegó comunicaciones satelitales.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció a las 18 horas. Explicó que no se habían producido accidentes graves ni actos de pillaje. Tampoco aclaró las causas del incidente, sin descartar ninguna posibilidad. El Gobierno aseguró que estaba en contacto con los distintos partidos políticos, los organismos europeos y con la OTAN.

Las calles, y los bares, se llenaron durante casi todo el día. El que tenía efectivo, pues ni las tarjetas ni los cajeros funcionaban, han acudido a su barra de confianza a comentar la jornada con los vecinos y compañeros de trabajo. Muchos, acompañados de una (o varias) cervezas.

Otros han preferido ir al supermercado más cercano. Las imágenes de acopio de bienes y agua recordaron a las de hace cinco años en la pandemia. La falta de información acrecentaba la incertidumbre de lo que podía durar la situación.

Investigación y seguridad

Desde primer momento del apagón, el Ministerio del Interior mantuvo el contacto con la oficina de ciberseguridad. España ha sido objetivo en los últimos años de ataques de grupos de hackers, sobre todo desde Rusia. Uno de las organizaciones que más ha golpeado a distintas instituciones es el conocido como NoName057. Fuentes de inteligencia señalan que hay una investigación en marcha y que «no hay nada confirmado, pero es cierto que este grupo es muy potente y tienen toda la capacidad de hacer algo así».

De todos modos, de ser un ciberataque podría no llegar a confirmarse de manera oficial por varias razones. La primera es que sería reconocer vulnerabilidades «muy críticas» al resto del mundo y, por tanto, a países en conflicto con España. Y, por otro lado, porque quedarían expuestos los protocolos de respuesta frente a un ataque de estas magnitudes.

Con la caída de la noche, llegó otro momento clave: la seguridad en calles donde todavía las farolas no tienen luz. Para ello, Interior ha desplegado unos 30.000 agentes de Policía Nacional y la Guardia Civil. El objetivo es que no se produzcan situaciones de inseguridad con motivo del apagón generalizado que la Península sufre desde mediodía.

Además, las unidades de reserva permanecieron en alerta, por si fuera necesaria su intervención, según Interior, que ha informado de que el Centro de Coordinación, reunido en el Ministerio, ha constatado la ausencia de incidentes reseñables de orden público.

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