Las llamadas de atención de los expertos en infraestructuras eléctricas hace tantos años que duran que solo una crisis de las dimensiones de la de este lunes, con un apagón masivo como el vivido, podría provocar una reacción de los gobiernos. Este octubre se cumplirá una década del estreno de la interconexión entre Girona y el sur de Francia tras más de 16 años de controversia, negociaciones, protestas vecinales y presiones. Ya entonces se insistía en que era imprescindible crear nuevas conexiones, redundar el sistema, buscar ‘atajos’ por si un día fallaba el transporte de alta tensión, ir por otro lado.
A la espera de que responsables políticos y técnicos aclaren la causa del fallo, igual que ocurre con las infraestructuras viarias o ferroviarias, contar con una fuente de suministro alternativa se antoja imprescindible. Ahora mismo la planificación de la red de transporte 2025-2030 de Red Eléctrica de España (REE) prevé construir nuevas conexiones internacionales, que nunca han sido fáciles en la negociación entre Madrid y París y que se arrastran hace lustros en las reuniones bilaterales entre ambos países. La Península ibérica sigue siendo una isla energética en lo que a líneas de muy alta tensión se refiere, las conocidas como MAT.
64,5 kilómetros soterrados
La interconexión eléctrica con Francia que atraviesa los Pirineos por el túnel de El Pertús arrancó la explotación comercial entre Santa Llogaia d’Àlguema (Alt Empordà) y Baixàs (Francia) por el tramo soterrado de 64,5 kilómetros en octubre de 2015. Duplicó la capacidad de intercambio eléctrico con el país vecino, pasando del 3% al 6% de la demanda (de 1.400 megavatios a 2.800 MW) y se llevó a cabo por la empresa franco española Inelfe (formada por REE y su homónima francesa RTE). Costó 700 millones de euros, de los que 225 los aportó la Unión Europea, consciente del carácter estratégico de una conexión así.
Interconexión eléctrica entre España y Francia. / EP
Los ejecutivos español y galo, trataron hace un año varios proyectos, pero sin concreción. Por su parte, los planes de REE insisten, para los próximos cinco años, en construir nuevos enlaces, como por ejemplo la interconexión eléctrica submarina por el golfo de Vizcaya, que fue designada proyecto de interés común en 2013. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) concreta que se trata de una interconexión de 400 kilómetros de longitud, de los cuales aproximadamente 100 kilómetros son terrestres y 300, submarinos, con un coste de unos 2.400 millones de euros. Con él, la capacidad de interconexión entre España y Francia alcanzaría los 5.000 MW.
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