Madrid no tenía ninguna necesidad de albergar un Gran Premio de Fórmula 1, pero los dirigentes de la Comunidad y el Ayuntamiento, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, decidieron lanzarse a por el proyecto, prometiendo además que no sería necesario ni un euro de los madrileños para financiarlo. Los equipos de los dos mandatarios del Partido Popular (PP), donde tan solo oír hablar de automovilismo trae oscuros recuerdos, se desviven ahora junto con el promotor, IFEMA Madrid, para sacar dinero de debajo de las piedras. La última idea han sido el número de entradas VIP.
El GP madrileño, cuya previsión es que albergue su primera carrera durante 2026 y se mantenga en el calendario hasta 2035, podrá acoger a 110.000 espectadores, según los propios responsables, y la idea es que 20.000 de ellos sean plazas de hospitality, como se conoce la experiencia VIP en este deporte. La cifra revelada por el presidente del comité ejecutivo de IFEMA, José Vicente de los Mozos, podría no sorprender a los no tan conocedores de la F1, pero lo cierto es que es cuatro veces mayor que la del circuito de Barcelona (5.000) y sobrepasaría la de todas las localidades europeas que celebran una de las pruebas del campeonato.
La explicación es sencilla, pues estos pases son muchos más costosos para el espectador que cualquiera de acceso general, independientemente de la localización en el circuito. Y Madrid necesita recaudación si quiere sostener los cientos de millones que van a costar los derechos de poder acoger una carrera para los diez años acordados (hasta 2035), cuya cuantía todavía no ha sido detallada. 20.000 entradas que por un precio de en torno a 3.000 euros dejaría la cuenta de ingresos por esta experiencia VIP en los 60 millones de euros al año.
La cuantía es abultada, pero no suficiente. Además, para alcanzarla se deberían vender la totalidad de las entradas de esta naturaleza exclusiva, algo que no tiene precedentes en Europa y menos con un número tan elevado de pases. No obstante, desde la empresa elegida por IFEMA para su gestión confían en que haya un retorno económico a largo plazo, aunque no se verá en las primeras citas del GP. Match Hospitality, implicada en el escándalo de reventa de boletos durante el Mundial de Fútbol de Brasil 2014, ha sido la compañía designada y llega con un compromiso de inversión de 400 millones de euros.
¿Cuánto les costará a los madrileños?
La Comunidad de Madrid se entregará “en cuerpo y alma” con su nuevo circuito, prometía la presidenta autonómica el pasado viernes. Gracias el esfuerzo y al trabajo de emprendedores, empresas y «gente brava que arriesga su patrimonio, tiene ganas y vuela alto» es como Ayuso quiere sacar adelante el proyecto, compatible con un papel testimonial de las administraciones, que «no tutelan ni entristecen” lo ha valorado la lideresa aunque en otros proyectos similares son las que han acabado pagando.
«Desde la Comunidad de Madrid nos vamos a volcar en cuerpo y alma, lo vamos a hacer con el Ayuntamiento, con los promotores, con todos los protagonistas, para que sea un éxito y también para demostrar al mundo lo que es capaz de hacer una sociedad pujante cuando piensa a lo grande y camina libre, como es la ciudad y la sociedad madrileña”, defendía la semana pasada desde IFEMA. Del coste, en contraposición, la baronesa del PP prefiere no hablar.
La oposición municipal y autonómica ya denuncia que el Madring, sobrenombre que ha recibido el trazado urbano, sí tirará de las arcas públicas para, por lo menos, la ampliación que requiere el complejo ferial para albergar el evento (47,5 millones de euros), la construcción del propio circuito (137 millones) y la obra (6,2 millones); sin embargo, la cuantía podría ser mucho mayor si no se consigue mayor financiación. “El gasto va a ser infinitamente menor que el destrozo que ustedes causaron con sus fiestas al Parador de Teruel”, ha sido la respuesta de Ayuso.
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