La Congregación de Cardenales ha fijado fecha para la elección del sucesor de Francisco. Los cardenales han anunciado que se encerrarán en cónclave el 7 de mayo, tres días después de haber terminado los novendiales (nueve días de misas por el Papa difunto) que empezaron el sábado, el día del funeral. La información ha sido confirmada por el Vaticano.
La tensión es muy elevada. Ningún periodo de sede vacante —el periodo de transición, en argot vaticano— se ha desarrollado bajo tanta expectación pública desde Juan Pablo II. En décadas el Vaticano había debido soportar el cerco de multitudes tan inmensas y la elevadísima atención mediática de los últimos días (2.700 periodistas acreditados sólo para el evento, que se suman a los 600 ya acreditados de forma permanente).
La presión sobre los cardenales también es muy alta porque, en verdad, el período de transición también es costoso. Según estimaciones, tan solo el encierro de los cardenales en la Capilla Sixtina puede costar entre unos 100.000 y 150.000 euros a las arcas de la Santa Sede, debido a que en ese período los Museos Vaticanos deben permanecer cerrados y los turistas no pueden entrar.