El dron ruso S-70 Okhotnik combina stealth y carga útil de 3 toneladas para misiones de ataque profundo, integrándose con el Su-57.
S-70 Okhotnik: Innovación rusa en drones furtivos
El S-70 Okhotnik, desarrollado por Sukhoi en colaboración con la Russian Aircraft Corporation MiG, representa un avance significativo en la tecnología de drones de combate rusos. Este vehículo aéreo no tripulado (UCAV) de diseño sigiloso, basado en el esquema de ala volante, está diseñado para realizar misiones de ataque profundo con una carga útil de hasta 2.8 toneladas. Su capacidad furtiva, lograda mediante materiales compuestos y recubrimientos absorbentes de radar, reduce su sección transversal de radar, permitiéndole infiltrarse en espacios aéreos defendidos. El dron, que realizó su primer vuelo en agosto de 2019, se posiciona como un componente clave en la estrategia aérea rusa, particularmente por su interoperabilidad con el cazabombardero de quinta generación Su-57 Felon.
El S-70 Okhotnik cuenta con un motor turbofan AL-31F o su variante mejorada AL-41F, que le otorga una velocidad máxima de 1,000 km/h y un alcance de hasta 6,000 km. Su diseño aerodinámico, inspirado en el Mikoyan Skat, optimiza la eficiencia y minimiza la detección. Equipado con bahías de armas internas, puede transportar misiles aire-tierra, bombas guiadas de precisión y, potencialmente, misiles aire-aire, lo que lo hace versátil para misiones de supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD), ataques a objetivos estratégicos y reconocimiento en tiempo real. En septiembre de 2019, el dron demostró su capacidad para operar en modo autónomo durante un vuelo conjunto con el Su-57, ampliando el alcance del radar del caza y facilitando el uso de armamento de largo alcance.
La producción inicial del S-70 Okhotnik comenzó en 2024, tras años de pruebas en el Chkalov State Flight Test Center en Akhtubinsk. A pesar de un incidente en octubre de 2024, cuando un Su-57 derribó un prototipo fuera de control sobre Ucrania, el programa ha avanzado hacia la integración operativa. Este evento, aunque desafortunado, subrayó la importancia estratégica del dron, ya que las fuerzas rusas priorizaron evitar que su tecnología cayera en manos enemigas, lanzando un misil Iskander para destruir los restos.
El desarrollo del S-70 Okhotnik responde a la creciente demanda de sistemas no tripulados en conflictos modernos, como se observa en Ucrania, donde los drones han transformado las tácticas de combate. Rusia busca posicionar al Okhotnik como un multiplicador de fuerza, capaz de ejecutar misiones de alto riesgo sin exponer pilotos, un concepto conocido como “loyal wingman”. Este enfoque permite al Su-57 actuar como nodo de mando, dirigiendo hasta cuatro drones simultáneamente desde una variante biplaza en desarrollo, maximizando la efectividad en escenarios de combate complejos.

Capacidades clave del S-70 Okhotnik para misiones furtivas
- Stealth avanzado: Materiales compuestos y recubrimientos absorbentes de radar minimizan la detección.
- Carga útil: Hasta 2.8 toneladas, incluyendo misiles Kh-59MK2 y bombas guiadas.
- Alcance operativo: 6,000 km, ideal para ataques profundos en territorios hostiles.
- Integración con Su-57: Extiende el radar y la designación de objetivos del caza.
- Autonomía: Operaciones autónomas con sistemas de control basados en inteligencia artificial.
Integración con Su-57 y desafíos estratégicos
La integración del S-70 Okhotnik con el Su-57 marca un hito en la doctrina de combate aéreo ruso. El dron actúa como un amplificador de sensores, volando por delante del caza para detectar objetivos y transmitir datos en tiempo real. Esta capacidad permite al Su-57 lanzar misiles de largo alcance, como el Kh-59MK2, desde fuera del alcance de las defensas aéreas enemigas. Andrey Yelchaninov, primer vicepresidente de la Comisión Militar-Industrial Rusa, afirmó: “Estos aviones y drones pueden interactuar no solo entre sí, sino también en varias formaciones de combate”. Además, Rostec ha destacado el enlace de datos basado en inteligencia artificial que permite una codificación inmune al ruido, asegurando una comunicación robusta entre el dron y el caza.
A pesar de estas innovaciones, el programa enfrenta desafíos. Las sanciones internacionales han limitado el acceso de Rusia a componentes avanzados, afectando la producción a gran escala. Además, el incidente de octubre de 2024 reveló vulnerabilidades en los sistemas de control del dron, ya que perdió contacto con el control terrestre, lo que llevó a su derribo. Analistas ucranianos, al examinar los restos, cuestionaron las afirmaciones rusas sobre la sofisticación del Okhotnik, señalando que carece de polímeros furtivos avanzados y sistemas de inteligencia artificial de última generación. Un experto ucraniano afirmó: “No es un dron de combate avanzado, sino más bien un planeador con capacidades básicas de vuelo y control por radio”.

Desde una perspectiva estratégica, el S-70 Okhotnik plantea preocupaciones para Israel, particularmente debido a la posible transferencia de su tecnología a Irán. La colaboración entre Moscú y Teherán en la producción de drones, como los Shahed, ha intensificado desde la guerra en Ucrania. Rusia ha dependido de drones iraníes para sus operaciones, y existe el riesgo de que la tecnología del Okhotnik, incluidas sus capacidades furtivas y de ataque profundo, pueda compartirse con Irán. Esto representaría una amenaza significativa para la seguridad de Israel, dado el historial de Irán en el uso de proxies armados en la región. La proliferación de armamento avanzado, especialmente drones furtivos, podría alterar el equilibrio militar en Oriente Medio, complicando las operaciones de defensa aérea israelíes.
Israel ha expresado consistentemente su oposición a la transferencia de tecnologías militares avanzadas a actores hostiles. La capacidad del S-70 Okhotnik para infiltrarse en espacios aéreos defendidos y ejecutar ataques precisos podría, en manos iraníes, fortalecer las capacidades de grupos como Hezbolá o las milicias respaldadas por Teherán en Siria e Irak. Aunque no hay evidencia concreta de que la tecnología del Okhotnik haya sido transferida, la cooperación ruso-iraní en drones sugiere un riesgo plausible que Israel monitorea de cerca.
Riesgos tecnológicos y panorama global
El desarrollo del S-70 Okhotnik no está exento de críticas. Expertos occidentales han cuestionado la efectividad de sus capacidades furtivas, especialmente en los prototipos iniciales, que presentaban un diseño de boquilla de escape convencional que aumentaba su firma infrarroja. Variantes posteriores han incorporado boquillas serradas y sistemas de supresión de infrarrojos, pero aún no alcanzan los estándares de furtividad de plataformas como el B-2 Spirit estadounidense. Además, la dependencia del dron en un enlace de radio básico para la guía, en lugar de sistemas de red avanzados como el Link-16 de la OTAN, limita su flexibilidad operativa.
El incidente de octubre de 2024 también destacó los riesgos de perder tecnología sensible. Aunque Rusia intentó destruir los restos del dron con un misil Iskander, las fuerzas ucranianas recuperaron componentes clave, lo que permitió a los analistas occidentales estudiar los sistemas del Okhotnik. Esta pérdida podría proporcionar información valiosa sobre las técnicas de furtividad rusas, potencialmente comprometiendo tanto al S-70 como al Su-57, que comparte materiales y tecnologías similares. La posibilidad de que adversarios descubran las frecuencias de radar a las que el dron es vulnerable podría reducir su eficacia en futuros conflictos.

A nivel global, el S-70 Okhotnik refleja una tendencia hacia la integración de sistemas no tripulados en la guerra aérea moderna. Países como Estados Unidos, con programas como el Collaborative Combat Aircraft, y China, con drones como el GJ-11, están desarrollando conceptos similares de “loyal wingman”. Sin embargo, las limitaciones industriales de Rusia, exacerbadas por las sanciones, podrían retrasar la producción en masa del Okhotnik, restringiendo su impacto inmediato en el campo de batalla.
En el contexto de Oriente Medio, el dron refuerza la necesidad de que Israel invierta en contramedidas avanzadas, como sistemas de detección de baja observabilidad y defensas antidrones. La capacidad del Okhotnik para realizar misiones de ataque profundo, combinada con el riesgo de proliferación tecnológica, subraya los desafíos estratégicos que enfrenta la región. A medida que Rusia continúa perfeccionando este UCAV, su papel en futuros conflictos y su potencial transferencia a aliados como Irán seguirán siendo temas de preocupación para la seguridad internacional.
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