El coste de la Fórmula 1 de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida en Madrid ya supera la mitad de lo que supuso el circuito de Valencia, anunciado -igual que este- a bombo y platillo, y que en la práctica supuso un despilfarro que mantiene consecuencias en la actualidad.
Tanto presidenta como alcalde defienden que se trata de uno de los proyectos más ambiciosos y que mejor resultado dará a la capital en términos económicos, de niveles de empleo y turismo; pero la experiencia que está sobre la mesa siempre la sombra de la duda sobre la ciudadanía y alrededor de la oposición, que se pregunta si llegará a los “más de 300 millones de desfalco de Valencia”.
Almeida miente con la Fórmula 1. De momento, se han comprometido más de 190 millones de euros de todos los madrileños y madrileñas:
– 47,5 de la ampliación de IFEMA
– 137 para construir el circuito
– 6,2 de dirección de obra¿Llegaremos a los más de 300 de desfalco de Valencia? pic.twitter.com/VzFOdyNLSQ
— Rita Maestre 🌾 (@Rita_Maestre) April 23, 2025
Situando el montante en esa cantidad -300 millones-, de las arcas públicas han salido ya 190, lo que supone entorno al 63% de lo que supuso el de la Comunidad Valenciana. En ese sentido, el es desglose de la oposición figuran 47,5 millones de euros por la ampliación de IFEMA, 137 para la construcción del circuito y 6,2 de dirección de obra.
El ejemplo valenciano
El expresident de la Generalitat también prometió, en su caso en 2007, que el desembolso del circuito no supondría ningún coste a los valencianos. Nada más lejos de la realidad terminó suponiendo una ruina de 300 millones de euros de la que la comunidad autónoma todavía se resiente.
El precedente de Ayuso y Almeida implicó un enorme agujero de pérdidas y guardaba similitudes con lo que prometen alcalde y presidenta. Para empezar, que también se trataba de un circuito urbano que no existía y cuyos gastos sufragaría una empresa privada -que se encargaría de la organización, el coste de las pruebas y el canon, que es lo más caro- mientras que los responsables de la comunidad disfrutarían de los beneficios.
Ese idilio no fue tal, y es que la compañía quebró y solamente emitió el canon de un premio. Los otros cuatro y el resto de gastos de gestión los asumió la Generalitat, que terminó a su vez rescatando a la empresa.
Del coste 0 que prometió el predecesor de Carlos Mazón hubo que añadirle 85 millones por la construcción del circuito urbano, 102 millones de euros de canon por las cuatro pruebas y 26 millones por la retransmisión televisiva. Eso sin contar con otros gastos como el alquiler de gradas, los servicios de jardinería, la adecuación del tratado o los procesos de montaje y desmontaje.
Esto le costará, como poco, a Madrid
El caso madrileño se desarrollará en IFEMA, cuya edificabilidad se aumentará en un 4% según las estimaciones. Esto, evidentemente, no solo no tiene un coste cero, sino que costará 47,5 millones de euros que asumirán sobre el papel el propio Ifema, una entidad consorciada y participada por la región, Cibeles, la Cámara de Comercio e Industria y la Fundación Montemadrid.
Es más, el propio plan reconoce que el “Plan Especial” se desarrollará “con capital propio de IFEMA”, por lo que estamos “ante una actuación realizada con capital público y una parte de una fundación sin ánimo de lucro”. A la cantidad mencionada, hay que sumarle 6,2 millones de euros para la dirección de la obra, que correrá a cargo de Conurma-Actiinfa.
Tal y como explica la oposición, tanto el consistorio como la autonomía tendrán que pagar su parte al ser participantes del consorcio -lo que es lo mismo, Ifema deberá asumir, por el momento, cerca de 200 millones de euros antes incluso de la celebración-. Esto es así porque Ayuntamiento y Comunidad participan de la sociedad a un 31%.
A su vez, la Cámara de Comercio pone otro 31% y la Fundación Montemadrid, un 7%; todos estos porcentajes se corresponden con entidades públicas, aunque dispongan de beneficios operativos que se sitúan al margen de la aportación.
Como sucediera en Valencia y ocurre en cualquier ciudad que acoja un premio de Fórmula 1, el sitio debe albergar un canon a Liberty Media, la compañía propietaria de la competición. Si bien esta cantidad se desconoce por el momento, habría que incluirla también en la lista de coste del que es el proyecto faraónico de la baronesa regional y el alcalde madrileño.
Ayuso volvía a salir en defensa del premio esta semana asegurando que «cualquier ciudad del mundo» querría albergar la F1 a la vez que acusaba a la izquierda de ser «unos tristes». La presidenta de la Comunidad de Madrid ensalzaba así el «orgullo» que siente de que la capital vaya a acoger el Gran Premio de Fórmula 1 y vertía esas acusaciones por no alegrarse de esta noticia, obviando que la oposición pone el acento en el coste. Asimismo, el pasado viernes la política ponía a modo simbólico la primera piedra del circuito.
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