Rossi, ídolo de masas también en el WEC / WEC
Jerez, la Catedral. Pongámonos en pie. No hay mejor lugar en el mundo para rendir homenaje al maestro, al número uno, al mejor: Angel Nieto. Y más este año, con ocasión de la celebración del 40 aniversario de este escenario, engalanado de faralaes como obliga la romería motorizada con mayor fervor en el mundo.
Estos días he tenido ocasión de leer quien reivindica que en Cheste se “descuelgue” el mural de la torre de control que recuerda las gestas de Valentino Rossi. El de Tavullia, por cierto, es quien ha ganado más veces en la pista andaluza en la categoría reina: siete. Piden que este lugar de privilegio lo ocupe un piloto español, y estoy bastante -o muy de acuerdo- en la demanda, pese a que respeto la decisión que en su momento tomaron en Valencia y que les honra por lo que de “fair play” acredita.
Pero de un tiempo a esta parte, la beligerancia del Doctor, sus miedos a que Marc Márquez iguale sus títulos mundiales (algo que pasará, sí o sí) hace que nos cuestionemos la sinceridad de aquella aparente “alegría” natural, de aquella espontaneidad que emanaba el rey del merchandising en las motos, del fenómeno con una capacidad de comunicación indiscutible que fue.
Hoy la miel se ha convertido en hiel, y la áspera agrura que transmite su proceder habitual más reciente se hace evidente en demasiadas declaraciones y actitudes. Le delata su reacción en cuantas ocasiones la presencia de un micrófono es correspondida como si le hubieran puesto dos dedos en la boca.
La última el pasado domingo, en su casa, con ocasión de las 6 Horas Imola, puntuables para el mundial de resistencia. Vale había marcado la pole, y cuando tenía a su alcance la victoria más importante de los cuatro años que lleva compitiendo en este ámbito de forma regular (ahora como oficial de BMW, y con la mirada puesta en el volante de un Hypercar para las 24 Horas de Le Mans), su ambición pudo más que su talento cuando estampó a un rival contra el muro en Rivazza, destrozando el coche de su oponente y mandando al garete las opciones de triunfo de su equipo. Esta actitud no es sino una muestra más del nerviosismo que atraviesa esa indiscutible leyenda que fue, y cuyo proceder actual emborrona tristemente su historial.
Con un trato muy ecuánime, en Ducati demostraron el año pasado una gestión impecable de la atención técnica dispensada a sus pilotos, incluso cuando se jugaban el título entre ellos. Hoy no falta quien apunta que los de Borgo Panigale ficharon a Marc como “castigo” a los errores de Bagnaia. Una solemne chorrada.
Y hoy, no falta quien quiere espolear a Pecco utilizando aquellos rejones ardientes de las corridas del pasado. Gigi d’Alligna ya ha salido al paso de algunas declaraciones de Rossi con algo parecido a aquello de “por que no te callas”. Como es normal, la casa boloñesa quiere ayudar Pecco a reducir las distancias respecto al catalán. Es legítimo, y hacen bien en intentarlo, pese a que Bagnaia se basta por si solo para, cuanto menos, intentarlo. Su palmarés, con la victoria en las tres últimas ediciones de la carrera jerezana, lo avala.

Seat Arona / Seat
El turinés, con una clase indiscutible como profesional y sobre todo como persona, es suficientemente listo y maduro para saber que no necesita ni envenenadores del aire, ni consejeros promovidos por intereses revanchistas personales anclados en un pasado ya muy lejano. El aura de Vale no debería mancharse con empecinamientos así, con vilezas impropias de su leyenda. Es una pena.