Es muy raro porque los precios de los bonos en los días anteriores no habían subido tanto como lo harían normalmente ante una fuerte caída del mercado bursátil. Provocando el adiós a la deuda pública como refugio en un momento de agitación, la referencia para los profesionales de la inversión es que cuando la bolsa cae los tipos de interés también caen pero eso implica un mayor precio de los propios bonos lo que normalmente indica una descorrelación entre los dos activos. La gran pregunta es por qué los rendimientos de los bonos se han comportado de esta manera.
La respuesta podría ser que los intermediarios e inversores en bonos están descontando el escenario más simple: una crisis económica a corto plazo seguida de un rápido retorno a la situación anterior. Los bonos también están siendo impulsados en dos direcciones diferentes: el temor a una recesión aumenta, pero los aranceles de Trump plantean la posibilidad de una inflación más alta o más continuada. Con una rentabilidad del bono americano a 10 años cercana al 4,3%, la deuda libre de riesgo podría frenar un posible repunte bursátil como el que comenzó a manifestarse la semana pasada.
Si se materializa una recesión prolongada, los bonos serían los grandes ganadores, especialmente si las acciones mantienen una alta valoración. Sin embargo, el mercado solo está descontando cierta moderación monetaria. En un horizonte temporal de un año, los rendimientos de los bonos se mueven en dos direcciones: los inversores anticipan un aumento de la inflación relacionada con los aranceles, pero también una desaceleración económica acompañada de una política monetaria más flexible en términos ajustados a la inflación o «reales».
Probablemente haya otras fuerzas en juego. Es probable que algunos inversores estén abandonando sus bonos para invertir en la caída de las acciones o para invertir en efectivo. La reciente caída del dólar podría indicar que los americanos se están quedando solos en su aventura.
Sin embargo, los bonos a corto plazo se han beneficiado de la idea de que habrá más recortes de tipos este año y por lo tanto la Reserva Federal y el BCE defenderán su posición ante previsibles avisos de entrada en recesión.
Por lo tanto, los inversores podrán tener donde refugiarse de la tormenta y volveremos a ver carteras repletas de renta fija.