Szczesny está a nueve partidos de ganar un triplete con el Barça. El tiempo dirá si él, y sus compañeros, lo logran, pero lo que nadie le va a quitar ya es el placer de haber estado ahí hasta el final luchando por ello. Flick le eligió por encima de Iñaki Peña y el Barça, durante ese periodo, solo ha perdido un partido que, además fue intrascendente porque se produjo en Alemania ante el Borussia Dortmund y los blaugrana se clasificaron tras el 4-0 de la ida.
De hecho, el guardameta resta méritos a sus actuaciones y lo hace de forma honesta, sin que en ningún momento parezca falsa modestia, sino sinceridad absoluta: «Creo que una gran parte ha sido coincidencia. Quiero decir, mi aporte para que no hayamos perdido ha sido bastante mínimo». En ese sentido, asegura que el mérito es de sus compañeros: «El equipo está jugando un fútbol muy bueno, marcando muchos goles. Intentas no estropearlo. Eso es todo. He tenido la suerte de entrar en la portería justo cuando el equipo empezó a ganar partidos». Eso sí, entiende que también puede sumar: «Hay partes del juego en las que creo que puedo ser un ejemplo perfecto para los jóvenes y para mis compañeros de equipo«.
En cambio, cuando le preguntan por su adicción al tabaco se pone serio y, al contrario de lo exhibido en otras ocasiones, se sincera: «Hay cosas en mi carrera que es mejor no imitar. En algunos aspectos, fallo en ser un buen ejemplo, pero intento ser la mejor versión de mí mismo, e intento dar el ejemplo correcto a mis compañeros y a los niños que nos ven». Se refiere, por supuesto, a los cigarrillos, algo de lo que no le gusta hablar, pero de lo que habla porque le preguntan. Así de simple.
Wojciech Szczesny, en un entrenamiento / Alejandro Garcia
No le gusta hablar de tabaco
«Pero en cuanto al tema de fumar, por favor, no me sigan y no lo hagan. He perdido esa batalla. Cuando era muy joven, creé un hábito que es muy negativo para mí, y lo sé. Simplemente no puedo ganarle. Así que, para cualquiera que esté viendo: No hagan lo que yo hice», comenta asumiendo que su mensaje puede servir para los más jóvenes, como así debería ser.
Cuando le cuestionan del porqué habla del tema, lo tiene claro: «Porque no soy un político. Tal vez sea por eso. Solo soy un portero. Tengo que atrapar un balón y patearlo. Es mucho, mucho más fácil mantenerte coherente con tus entrevistas anteriores si eres honesto, nunca mientes y simplemente eres abierto». Lo cierto es que Szczesny tiene una personalidad a prueba de bombas: «Si me haces una pregunta, te respondo lo más honestamente posible. Hay cosas de las que preferiría no hablar. El tema que mencionamos, preferiría no hablar de él«.
De hecho, confiesa que «si alguien me pregunta, sí, pero preferiría que no me hicieran la pregunta porque no quiero ser un mal ejemplo». De todas formas, siempre haciendo gala de su particular sentido del humor y hablando del fútbol que exhiben sus compañeros en defensa, facilitándole la vida, suelta una de las suyas: «De la forma en la que defendemos me facilita mucho el trabajo porque bloquean todos los tiros, ganan todos los duelos, todos los cabezazos… así que yo puedo, por decirlo de alguna manera, salir a fumarme un cigarro«. Genio y figura.