Con la segunda derrota en dos partidos (92-79) y sin dar muestras de impedir la tercera salvo giro radical, que no se adivina, regresa el Barça de Mónaco. Al borde de la eliminación en el play off frente a un rival al que había batido las dos veces en la liga regular. Obligado está el conjunto de Joan Peñarroya a ganar los dos partidos del Palau (miércoles, 30 y viernes 2 de mayo) y forzar el quinto partido que le devuelva al matadero.
La Salle Gaston Médecin no es un lugar inhóspito ni mucho menos. Pero el pequeño pabellón monegasco alberga un equipo de quinquis muy al estilo del que acuñó Detroit Pistons con sus ‘bad boys’. A golpe de palos que acompañaron sus canastas ha logrado el conjunto de Vassilis Spanoulis descentrar a un Barça huidizo a la refriega y al contacto. Incapaz de igualar el listón de belicosidad del adversario, tampoco pudo mantener el ritmo anotador que le caracteriza. Lo único que destaca de la personalidad de este equipo. Abandonado por su máximo responsable, Josep Cubells, que prefirió volver para acudir a la final de Copa de Sevilla del fútbol.
Satoransky, pitado, se corrige
El juego de contactos corporales y de manos tratando de forzar robos caracterizó el segundo episodio. El Mónaco mantuvo su empeño de impedir los puntos fáciles de las carreras azulgranas en contraataque. Su mayor agresividad se manifestaba también en las ganas de luchar por los balones sueltos, una virtud que afeó la actitud barcelonista, que en contraste podría calificarse de pasividad.
Satoransky enmendó su primer partido. Sus ridículos dos puntos los transformó en cinco en apenas cuatro minutos. Pitado desde el inicio por su descalificación del miércoles, permaneció inmune a la presión popular de la grada y a la profesional de la pista. Le buscaron para que se enfadara y Strazel volvió a la carga. Parker, también provocado, igual que Punter, mejoró muy pronto su bajísima cota anotadora del estreno (de 7 a 16 puntos), pero en la acera contraria había otros que querían corregirse. A Alpha Diallo le invadió la prisa, al anotar 14 de los 16 puntos iniciales del Mónaco.
Vesely desaparece
Comenzó el duelo con el quinteto local decidido a reanudarlo como había acabado dos días antes, y así tuvo sujetado al Barça. La ventaja azulgrana del marcador se esfumó pronto, y el guion consistió en ir a remolque. El segundo cuarto lo empezó con diez puntos abajo (29-19) y lo acabó con nueve abajo (49-40) que en la reanudación pasaron a ser 11.
Estaba en pista por primera vez Willy Hernangómez, cuyos buenos minutos no se tradujeron en nada beneficioso. Vesely no estaba en el banquillo, señal de su iindisposiciónpor lesión. El Mónaco se escapó hasta los 14 puntos, con una cota máxima de 19 y, sin embargo, sus jugadores no cejaron en su instinto macarra, provocando de nuevo otra trifulca que acentuaba el hundimiento anímico barcelonista, que nunca encontró amparo en el rigor arbitral, inexistente.
La diferencia se fue ampliando hasta que quedó decidida la victoria. Entonces pudo adecentar el Barça su imagen porque el Mónaco le dejó. Y le dejó de pegar.
AS Mónaco, 93 – FC Barcelona, 79
MÓNACO: James (5), Okobo (11), Bloosomgame (2), Diallo (21), Theis (6) –cinco inicial–; Jaiteh (20), Strazel (12), Loyd (13), Tarpey (2).
8 de 26 triples (Loyd, 3), 30 rebotes, 10 ofensivos (Bloosomgale, Diallo, Jaiteh, Tarpey, 2), 28 asistencias (Okobo, 8).
BARCELONA: Satoransky (9), Punter (14), Parra (9), Parker (16), Vesely (2) –cinco inicial–; Brizuela (11), Fall (0), Abrines (3), Anderson (4), Hernagómez (8), Villar (2), Grujicic (1).
8 de 21 triples (Brizuela, 3), 29 rebotes, 8 ofensivos (Parra, 5), 17 asistencias (Parker, 6).
PARCIALES: 26-19; 23-21; 31-24; 12-15.
ÁRBITROS: Robert Lottermoser, Milijove Jovcic, Michele Rossi.