Pasados seis meses de la mayor catástrofe natural acontecida en la Comunidad, incluso en Europa, la instrucción de la jueza Nuria Ruiz pone todo el foco en la responsabilidad del envío tardío de la alarma Es-Alert en la exconsellera Salomé Pradas y su segundo, Argüeso, los dos únicos empapelados. Justamente los responsables políticos que estuvieron en sus puestos durante aquel fatídico día en el que se fueron concatenando errores de procedimiento en la sede del Cecopi, con la presencia de expertos en emergencias. Un abogado y víctima de la dana confesó el grado de afectación de Pradas, quien se nos antoja chivo expiatorio de una situación encabronada por el indeseable tacticismo partidista. Que las ramas no tapen el bosque.
De perfil
El Gobierno, constituido en gabinete de crisis la noche del 29-O, optó por el cálculo de ponerse de perfil y obviar la emergencia nacional cuando la dana golpeaba a tres autonomías. La magnitud del desastre y su complejidad debe trascender a la instrucción del juzgado de Catarroja. Entre tanto, continúan las comparecencias de los afectados y el miércoles oímos al hijo de un fallecido: «Lo que no es de recibo es que estuviéramos totalmente desatendidos los cinco días hasta que sacaron a mi padre del garaje, nadie nos ayudó. Estuvimos cinco días sin que viniera ningún militar». La delegada del Gobierno, Bernabé, siguió la crisis telemáticamente y hoy es la número 4 de Ferraz y futura candidata a la alcaldía de Valencia. Sánchez no ha vuelto a L’Horta Sud desde su huida, mientras la zona sigue muy necesitada.
Periodista y escritor