Retirar dinero en efectivo del banco sin haberlo comunicado a Hacienda puede gravísimas consecuencias. Aunque aparentemente estamos ante una actividad habitual, dicho proceso ha sido sometido a una elevada revisión de los mecanismos de control por parte de Hacienda, quien ha incrementado el control incluso en importes pequeños siempre que se repitan con mucha frecuencia y carezcan de justificación. Las multas pueden llegar a los 150.000 € dependiendo del nivel de la infracción cometida.
Hacienda vigila las operaciones en efectivo
Desde hace varios meses, las entidades bancarias están obligadas a informar de forma automática a Hacienda cualquier tipo de ingreso o retirada de efectivo que supere los 3.000 euros. El objetivo de la medida es evitar que se lleve a cabo un posible tipo de evasión fiscal y detectar posibles movimientos sospechosos. Pero, además, la atención no solo reside en las cantidades grandes, también el realizar operaciones de cantidades menores como 800 o 900 euros si estos son repetidos.
Incluso pequeñas retiradas frecuentes están bajo la lupa
La Agencia Tributaria ha dejado meridianamente claro que no solo se penalizan grandes cantidades de dinero. La existencia de un patrón de extracciones pequeñas pero muy frecuentes podría ser entendida como una táctica para eludir el control fiscal. En el caso de que no se encuentren justificadas mediante los documentos oportunos (es decir, facturas, contratos o recibos), esto podría traducirse en sanciones económicas. La clave está radica en acreditar siempre la procedencia y finalidad del dinero.
Multas de Hacienda de hasta 150.000 euros
Tres niveles de infracción con consecuencias económicas severas
Las infracciones administrativas por justificar mal movimientos en metálico por parte de Hacienda se clasifican en tres tipos. La infracción leve puede comportar sanciones administrativas a abonar de hasta 3.000 euros, la grave puede llegar al 100% del importe no declarado y la infracción muy grave, que se produce cuando hay ocultamiento o falsedad documental puede comportar hasta un importe del 150%. Esto supone que una infracción de 100.000,00 euros puede comportar 150.000 euros y, además, posibles repercusiones en el ámbito de la responsabilidad penal si el importe de la infracción se supera el límite correspondiente al límite de la cuota defraudada ( 120.000 euros al año).
¿Cuáles son los movimientos más vigilados?
Existen también otras situaciones contempladas dentro de las que llevan a activar la alerta fiscal, y que presentan patrones de comportamiento inusuales, como son aquellos pagos en billetes de 500 euros, aquellas retiradas de efectivo por encima de los 3.000 euros, aquellos créditos y préstamos en efectivo que sean superiores a 6.000 euros, o todo aquello relacionado con transferencias o giros en efectivo superiores a 100.000 euros que exigen que sean presentadas en la forma y manera establecidas en el correspondiente formulario S1.
Cómo evitar sanciones de Hacienda
Si vas realizar un movimiento de efectivo importante o inusual, es preferible que lo avises a tu entidad de crédito, y que además, siempre debes conservar todos los documentos que justifiquen la operación, contratos de alquiler, facturas, certificados de donaciones, justificantes de herencias, justificantes de ingresos laborales… En definitiva estos documentos te ayudarán a defenderte frente a la eventual inspección de la Agencia Tributaria.
Asesoramiento fiscal y planificación como claves de prevención
Consultar con un asesor fiscal también puede ayudar a prevenir errores y asegurar que se actúe conforme a la ley. Es conveniente también declarar todos los ingresos, cumplir con los plazos fiscales y evitar realizar grandes operaciones únicas y exclusivamente en efectivo. La transparencia evita no sólo las sanciones, sino que mejora la seguridad financiera.
Por lo tanto, sacar dinero del banco sin la información correspondiente puede resultar ser un gasto muy elevado. La Agencia Tributaria también presta atención a las cantidades, sino que controla los hábitos y patrones que pueden ser la ocultación de irregularidades. La respuesta es muy sencilla: declarar, justificar y documentar. Siempre será mucho más barato que la multa, que puede ir hasta 150.000 euros.