«Me encantaría ascender con el Dépor antes de retirarme»

Ximo Navarro (Guadahortuna, 1990) ha encontrado en A Coruña el lugar ideal para vivir el final de una envidiable carrera en la élite del fútbol nacional. Llegó al Deportivo de la mano de Lucas después de dos veranos bromeando, y ahora continúa lo que su amigo empezó con un objetivo claro: devolver al club a la élite, el lugar que, considera, le pertenece.

¿Qué tal está? ¿Cómo evoluciona su lesión?

La verdad es que bien. Es un proceso un poco lento. Se me está pasando rápido. Pasé mucho tiempo las primeras semanas en casa sin poder venir a Abegondo. Ya he empezado hacer un poco más de cosas y por el momento, bien. Aún me queda. Lo llevo con paciencia sobre todo. Las primeras semanas estaba muy mal, me costaba caminar, tenía mucho dolor… El hecho de levantarme de la cama para ir al salón ya era duro. No tenía ganas de hacer nada. Me era imposible salir aunque fuera debajo de casa. Ahora ya puedo hacer vida normal, caminar sin hacer gestos muy bruscos. No puedo saltar, correr, pero poco a poco a mejor.

¿Hace algo de ejercicio? ¿Qué plan físico tiene por delante?

Estoy empezando a hacer un poco de movimientos de core sobre todo. Puedo mover un poco la espalda de forma suave, trabajo con los fisioterapeutas, y empiezo a moverme un poco más en el agua, que me ayuda sobre todo para el impacto. Es una lesión un poco lenta las primeras cinco o seis semanas. Cuando se me quite ese pequeño dolor que me queda, podré seguir avanzando. Queda todavía bastante, creo. Ojalá me diese tiempo a llegar a la recta final de liga, pero es imposible saberlo. Con esta lesión me di cuenta que debía ir día a día. No me marco plazos. Si llego, pues bien, y si no, me prepararé lo mejor posible para la próxima temporada.

Acaba de renovar hasta 2026. ¿Qué supone para usted?

Estoy contento. Llevo toda la temporada muy tranquilo, a pesar de terminar contrato. Estaba feliz porque me estaban saliendo las cosas bien. Hasta la lesión creo que estaba haciendo una temporada muy buena. Con sus altibajos como todo el mundo. Creo que es una de mis mejores temporadas. No tenía dudas de querer seguir aquí y el club desde hace tiempo tenía esa idea.

¿Qué le ha faltado al equipo para poder pelear el ‘play off’?

Segunda División es una categoría muy complicada, con mucha igualdad. Veníamos de cuatro años en Primera RFEF y no es sencillo. A nosotros nos costó mucho al principio. Sobre todo en casa creo que no hemos sido un equipo demasiado fuerte. Hemos dejado escapar muchísimos puntos. Si hubiéramos sido un poco más regulares en casa, con los que hemos sacado fuera, estaríamos hablando de que estaríamos en puestos de play off. Pero cuando acaba todo, la liga te pone en el puesto que mereces. Sé que la gente, por lo que es el Dépor, quizá quieran más. A mí también me gustaría pelear por ascender a Primera, pero no es fácil, aunque se vea diferente desde fuera.

¿Puede el Dépor pelear el ascenso la próxima temporada?

Por el club en el que estamos tenemos que hacerlo. La temporada luego es muy larga. Todos quieren conseguir los 50 para salvarse y a partir de ahí pelear. Pero este equipo tiene que pelear por ascender. Me encantaría ascender con el Deportivo antes de retirarme. Hay que ver también qué hace el club en verano; dónde estamos al acabar y la entidad tiene que ver dónde mejorar para dar ese salto y pelear la temporada que viene.

Habla de retirarse. ¿Lo ve cerca?

Yo he renovado una temporada con opción a otra. Si vuelvo a tener otra como esta, me siento importante y juego, querrá decir que estoy a un nivel físico bueno, que me sentiré bien y podré alcanzar el objetivo de ese ‘+1’. Me lo tomaré campaña a campaña. No sé cuándo se me acabará.

¿Ha pensado en su futuro después del fútbol?

A veces le doy vueltas, pero no lo sé. El fútbol es un trabajo un poco complicado. De entrenador no me veo dirigiendo a un vestuario. Luego es muy inestable. Estás en un sitio y en cuatro meses te pueden echar. Tienes que mover a la familia y todo. No me llama la atención.

¿Estabilidad?

Sí, un poco de tranquilidad. Echas mucho de menos tu casa. Llevo muchos años fuera de Mallorca, que es donde está mi familia y mis amigos. Después del fútbol habrá tiempo para pensar, de momento disfrutaremos de A Coruña.

¿Cuando llegó al Dépor le sorprendieron los jóvenes?

Sí, en el día a día y los entrenamientos. No les conocía. Miraba los resultados que es algo que hago siempre el fin de semana. Al Dépor lo seguía, estaba Lucas que es mi amigo. El que más me sorprendió fue Yeremay porque técnicamente es muy bueno.

Le toca marcarlo en muchos entrenamientos.

Buf. La verdad es que sí, normalmente siempre que hacemos partidos es el jugador que tengo que cubrir. Muchas veces en broma les decía que me pusieran a otro jugador. Bastante tenía los fines de semana para defender también a Yeremay entre semana. Pero me lo paso bien defendiéndole. Al final, me ayuda el tener a un jugador con esa calidad en frente para marcar al que me toca el fin de semana. Tiene mucha calidad, muchas veces me ha hecho el lío, otras le he defendido bien.

A un jugador como Yeremay, ¿cómo se le convence para que siga en Segunda División?

No lo sé. No sé qué habló con el club. Supongo que fueron unos meses difíciles para él. Se habla mucho de ti, te quieren equipos importantes, se hablan de cantidades de muchísimo dinero… lo cual quiere decir que tú vas a ganar también mucho. Como se suele decir, te puede arreglar la vida. Yo no he tenido la suerte de llegar a esos niveles, no me lo puedo imaginar. Él lleva aquí muchos años, lo han cuidado como siempre ha dicho, han apostado por él, está teniendo la oportunidad de ser un jugador importante en un club grande como es el Dépor y supongo que él tiene la ilusión también de ascender con este club a Primera División y ser tratado como uno de los mejores jugadores que ha tenido el Dépor.

¿Cómo vivió la salida de Idiakez? ¿Fue difícil de digerir?

Yo creo que teníamos la sensación de hacer buenos partidos, pero los resultados no llegaban. Fueron momentos difíciles porque veníamos de hacer una buena temporada la anterior, con una segunda vuelta que todo era muy bonito, ganábamos siempre, luego la fiesta del ascenso… Fue difícil que decidieran sustituirlo. Afecta porque la relación era muy buena con el míster, con Mario, con el resto del cuerpo técnico… Nunca es agradable. En el día a día era gente muy cercana, muy divertida.

¿Qué tal con Óscar? ¿Afectó que no tuviese experiencia?

Desde el principio, bien. Es una persona de la casa que lleva mucho tiempo aquí. Ha tenido resultados muy buenos y eso habla bien de él. Cambiamos un poco, le gusta más el orden, anteriormente éramos un equipo que saltaba mucho a presionar y a veces nos costaba. A Óscar le gusta tener más control. El equipo ha rendido muy bien, ha sacado buenos números.

No depende de usted, pero, ¿entendería que no le renovaran?

Los números son buenos, ¿no? El equipo está en una posición cómoda. Obviamente nos gustaría haber dado un pequeño salto más. Hemos tenido oportunidades para acercarnos y no hemos sido capaces de encadenar esas tres o cuatro victorias consecutivas que te dan el salto. Pero los resultados están ahí.

Antes mencionaba a Lucas Pérez. ¿Cuánta culpa tiene de que esté en el Deportivo?

Hablamos mucho del Dépor. Incluso antes de llegar aquí ya hablábamos. El año que se pierde el play off ante el Albacete es el que yo termino contrato en Vitoria. Yo le decía: ‘si asciende, voy para allí si tú vas’. Luego yo me fui a Holanda y fue al acabar. A menudo durante la temporada hablábamos. En verano estuvimos y poco a poco te va soltando la idea. Yo no sabía muy bien qué hacer. Tenía claro que quería volver a España. Nos acabamos entendiendo. Soriano también me llamó y me convencieron.

¿Cómo vivió su salida?

Me enteré el mismo día que todo el mundo. No sabía absolutamente nada. No me lo esperaba. Me pilló de imprevisto. Incluso le dije que cómo no me había dicho nada. Entiendo su decisión, era algo muy personal.

Usted también jugó en Holanda. ¿Fue difícil verse sin club?

Fue mi primer verano sin equipo, el fútbol está complicado para muchos jugadores aunque vengas de Primera. Esperé a ver qué podía salir en Primera. El mercado se fue acabando. Las opciones buenas de Segunda que has podido tener no las coges desde un principio porque esperas que te pueda salir algo por arriba y los equipos van fichando. Decidí seguir libre con un riesgo: pensé que se podía acabar. Pero no sé por qué en ese momento estaba tranquilo. Después de tantos años fuera de casa, me vi con mi gente, tranquilo. Pensé: ‘Lo que tenga que ser, será’. Julio Velázquez me convenció para ir. En diez días estaba jugando todo.

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