Quedan muchos casquillos de balas israelíes en la Franja de Gaza. Allí, la violencia no se detiene ni un segundo. Al contrario, se intensifica. Sólo desde la madrugada de este miércoles, al menos 25 palestinos han muerto en ataques israelíes. El más brutal ha tenido como objetivo una escuela en la ciudad de Gaza, en el barrio de Al Tuffah, que albergaba a familias desplazadas. El ataque ha provocado un incendio y al menos una decena de personas, entre ellas un niño, han muerto calcinadas. La Defensa Civil de Gaza ha dicho que sus equipos no pueden acceder a las múltiples personas que aún siguen bajo los escombros.
A su vez, los aviones de combate israelíes también han atacado las tiendas de campaña que albergaban a gazatíes desplazados en Jabalia, al norte del enclave. Allí ha muerto otro niño. Otra persona ha perdido la vida tras la agresión de un dron israelí en una tienda en el campo de al Mawasi, en el sur de Gaza. El campamento, previamente designado por los israelíes como «zona segura» y hogar improvisado de cientos de miles de palestinos desplazados, ha sido objeto de repetidos ataques en los últimos días. Como resultado de esta violencia, decenas de personas han muerto.
El día anterior el Ejército israelí asesinó a unas 32 personas, provocó daños en el hospital pediátrico El Dorra de la ciudad de Gaza y destruyó maquinaria pesada en el campo de refugiados de Jabalia. Otras 11 personas fueron quemadas vivas en el interior de su hogar este martes como resultado de un ataque israelí. Entre el material perdido, hay nueve excavadoras utilizadas para limpiar escombros y rescatar a personas atrapadas por los bombardeos, que entraron en el enclave con la aprobación israelí durante los dos meses de alto el fuego.
«Tierra de desesperación»
«Se había llegado previamente a un acuerdo con el comité egipcio-qatarí sobre la ubicación de los refugios de las excavadoras», denunció el funcionario de la defensa civil gazatí, Mohammed el Mougher, señalando que sus coordenadas habían sido compartidas con Israel. «El ataque a sedes municipales por parte de aviones de ocupación israelíes y el bombardeo de equipo pesado destinado al rescate y la remoción de escombros, incluidas excavadoras y otra maquinaria, es una continuación criminal de la guerra de exterminio», añadió la organización en un comunicado. “Gaza se ha convertido en una tierra de desesperación”, ha declarado Philippe Lazzarini, comisario general de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés) en X.
Casi 3.000 camiones con suministros de UNRWA y ayuda humanitaria permanecen varados fuera de Gaza, sin poder entrar, mientras que los alimentos y los medicamentos dentro de la Franja se están agotando rápidamente. No entra nada al enclave desde el pasado 2 de marzo. «El hambre se está extendiendo; la ayuda humanitaria se está utilizando como moneda de cambio, como arma de guerra”, ha denunciado Lazzarini. «La Franja de Gaza se enfrenta a una catástrofe humanitaria sin precedentes», ha dicho Hamás en un comunicado, citando la grave escasez de alimentos, agua, combustible y medicamentos.
Declaración de Alemania, Francia y Reino Unido
En una declaración conjunta, los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia y el Reino Unido han instado a Israel a permitir la entrada sin trabas de la ayuda humanitaria a Gaza. «La ayuda humanitaria nunca debe utilizarse como herramienta política, y el territorio palestino no debe verse reducido ni sometido a ningún cambio demográfico», han afirmado los ministros en el texto. Una delegación de Hamás se dirige a El Cairo para retomar las conversaciones del alto el fuego. Según el periódico saudí Asharq Al Awsat, se espera que el grupo palestino proponga un nuevo marco de tregua para Gaza.
De acuerdo al informe, la propuesta incluye la liberación de todos los rehenes restantes retenidos en la Franja en una sola fase a cambio de un número acordado de prisioneros palestinos, la retirada de las fuerzas israelíes del enclave a las posiciones mantenidas bajo el reciente acuerdo de alto el fuego, el cese de las operaciones militares y la entrada de ayuda humanitaria. Además, Hamás también exigirá un alto el fuego de cinco años con garantías internacionales. Las conversaciones para alcanzar una tregua llevan semanas bloqueadas después de que Israel dinamitara el acuerdo posterior con bombardeos sobre el enclave el mes pasado.
A su vez, otra nueva crisis se ha desatado en el seno del Gobierno israelí. Esta pasada noche el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ha tenido un enfrentamiento verbal con el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el teniente general Eyal Zamir, sobre la distribución de ayuda humanitaria en Gaza durante la reunión del gabinete de seguridad. Este miércoles Smotrich ha señalado que el primer ministro Binyamín Netanyahu “es el último responsable” del manejo de la guerra en Gaza, y que si no ocupa el territorio e instala un gobierno militar temporal, entonces su “Gobierno no tiene derecho a existir”, en lo que se está interpretando ampliamente como una amenaza de derrocar al Ejecutivo.