Las declaraciones de Leo Román después de su gran actuación en el Estadi Lluís Companys han sentado muy mal en el Mallorca. El portero ibicenco, que cuajó una actuación soberbia que no impidió la derrota ante el Barcelona (1-0), se reivindicó cargando contra la entidad. «No estoy recibiendo las oportunidades suficientes. Hoy se puede ver que mi situación igual no es la que tocaba, no por mi compañero, sino por la gestión del club», declaró en Movistar.
Pero es que minutos antes, y a los medios del propio Mallorca, ya había deslizado su gran malestar, sin pronunciar sus nombres, con el director deportivo, Pablo Ortells, y el técnico, Jagoba Arrasate. «Al final es complicado porque llevo meses sin jugar. Intento estar concentrado y muy metido en los entrenamientos para aprovechar las oportunidades y demostrar a la gente de puertas para fuera porque de puertas para dentro no tendría que haber ninguna duda, de que mi situación es un poco… no sé cómo clasificarla, la verdad», confesó visiblemente molesto.
Román no jugaba en Liga desde el 3 de diciembre, precisamente ante el Barcelona, y desde entonces siempre que tuvo oportunidad manifestó su incomodidad con la situación que vive este curso, siendo el suplente de Dominik Greif. En el club entendían como lógicas sus quejas en sus anteriores intervenciones en los medios de comunicación, pero las palabras pronunciadas tras su exhibición en Barcelona han indignado a la planta noble de Son Moix. Consideran que son una falta de respeto al cuerpo técnico liderado por Arrasate, que es el que decide quién juega, y al propio club, que apostó por tener en su plantilla a dos guardametas de gran nivel que en el pasado habían sido suplentes de Rajkovic, vendido este verano.
Además, consideran que ha perdido una gran oportunidad para que se hable más de sus increíbles paradas, más de una docena, que evidencian su gran nivel, que de su enfado por sus pocos minutos en el equipo. Tanto Greif como el propio Román han dejado claro desde el pasado verano que no les gustaba la idea de alternar en la portería, algo que decidió Arrasate en la primera vuelta cuando había encuentros entre semana. Con contrato hasta 2026 y con los salarios más bajos de la plantilla, ambos cancerberos tienen una propuesta para ampliar su vinculación, pero en los dos casos quieren sentir que son el elegido para ser el meta titular.
El guardameta balear tuvo opciones de marcharse este verano tras recibir una suculenta oferta del Genoa italiano, pero finalmente no hubo acuerdo entre las tres partes. Román, que llegó libre en el verano de 2020 procedente de la Penya Deportiva, ha disputado seis encuentros este curso, en los que también ha recibido la llamada de la selección española sub-21.
Debutó en Primera de la mano de Luis García Plaza el 8 de enero de 2022 en un duelo ante el Levante en el Ciutat de València y el curso anterior brilló en su cesión al Oviedo, en Segunda. A sus 24 años, su cotización se ha disparado tras su exhibición en Barcelona, pero está por ver la gestión que hace Arrasate de las críticas públicas de su pupilo, sobre todo porque le dio la oportunidad después de dos porterías a cero de Greif ante la Real Sociedad (0-2) y Leganés (0-0). Es un asunto que ha enfadado en la entidad y una patata caliente que Ortells deberá resolver este verano.