Un nuevo informe del Estado Mayor del Ejército israelí ha revelado detalles estremecedores sobre el ataque perpetrado el pasado 24 de marzo contra un convoy de ayuda humanitaria en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza. La investigación interna, desvelada a primera hora de esta tarde por el diario israelí Haaretz, confirma que fuerzas israelíes dispararon de forma continua durante tres minutos y medio contra una caravana de ambulancias claramente identificadas, causando la muerte de 15 trabajadores humanitarios.
Disparos sostenidos a pesar de señales claras
El ataque fue protagonizado por tropas de la unidad de élite Sayeret Golani, quienes, según el informe, actuaron sin autorización y en contradicción con las órdenes iniciales de su misión. El convoy atacado, compuesto por ambulancias con luces activadas, sirenas encendidas y personal con chalecos fluorescentes, fue blanco de disparos a quemarropa. Durante el tiroteo, los soldados recargaron municiones varias veces mientras las víctimas intentaban huir a pie o gritaban para identificarse como personal médico.
Un video encontrado en el teléfono de una de las víctimas muestra que los vehículos estaban visiblemente señalizados como ambulancias. A pesar de ello, la unidad israelí disparó durante un lapso sostenido de tres minutos y medio, y luego regresó al lugar para atacar un segundo convoy humanitario, donde se encontraban incluso vehículos de la ONU. En este segundo ataque murieron otras 12 personas.
Violaciones de los protocolos militares
La investigación revela una serie de irregularidades operativas: las tropas cruzaron sus propias líneas de fuego, actuaron sin autorización del comando superior, y abrieron fuego sin que existiera una amenaza clara. Además, algunos soldados abandonaron sus posiciones defensivas para acercarse a los convoyes humanitarios y disparar a corta distancia.
El informe también indica que, tras el ataque, las FDI procedieron a enterrar los cuerpos de las víctimas y destruir los vehículos con el fin de ocultar el operativo militar que se llevaría a cabo horas más tarde en la zona. Esta acción ha sido duramente criticada por organismos humanitarios y defensores de los derechos humanos, que la consideran una posible violación del derecho internacional humanitario.
Repercusiones internas y presiones externas
Tras los hechos, el subcomandante del batallón fue destituido y el comandante de brigada recibió una amonestación oficial. No obstante, hasta el momento no se han presentado cargos penales contra los responsables directos del tiroteo.
La fiscal militar jefe, Yifat Tomer-Yerushalmi, ha confirmado que está evaluando la apertura de una investigación penal sobre lo ocurrido. Diversas organizaciones internacionales, incluyendo Naciones Unidas, han pedido transparencia y rendición de cuentas, al tiempo que exigieron el fin inmediato de los ataques contra trabajadores humanitarios en Gaza.
El ataque ha exacerbado las tensiones ya existentes por la operación militar israelí en Rafah, que ha sido objeto de numerosas críticas debido al alto número de víctimas civiles y a los obstáculos que enfrenta la distribución de ayuda humanitaria en el enclave palestino.