Roma se prepara para la gran invasión. Las autoridades aún no han difundido cifras exactas, pero lo que se calcula es que serán centenares de miles los peregrinos, y curiosos, que llegarán a la capital de la cristiandad en los próximos días para unirse a las sin duda larguísimas colas que se formarán a partir de este miércoles para ver por última vez al papa Francisco y, posteriormente, para asistir este sábado a sus funerales.
La capital italiana espera además para los exequias del Papa a numerosos jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el estadounidense Donald Trump y el francés Emmanuel Macron. Algo que supondrá un enorme despliegue de policías para garantizar su seguridad.
Nivel 1
Tanto es así que, para la semana del adiós al Papa, Italia ya ha activado el nivel 1 de seguridad nacional, el más alto previsto por el protocolo, equivalente al que se utiliza durante eventos como el G7 o el Jubileo. A cargo de coordinar todas las operaciones estará el Centro de Coordinación para la Seguridad Vaticana, una estructura que trabaja en colaboración con la Gendarmería Vaticana, la Guardia Suiza Pontificia y las principales fuerzas del orden italianas: Policía del Estado, Carabineros, Guardia de Finanzas y Fuerza Aérea.
El espacio aéreo sobre Roma y el Vaticano quedará temporalmente cerrado el sábado
La zona de máxima atención será la plaza de San Pedro, la cual, especialmente el día del funeral, se transformará en una verdadera «zona roja«. Con ello, el acceso allí estará permitido solo a residentes, autoridades religiosas, personal y fieles autorizados, a través de entradas equipadas con detectores de metales y escáneres de rayos X. Cada documento, se prevé, se verificará manualmente, a la vez de que la seguridad también se reforzará con barreras móviles antichoque instaladas a lo largo de la vía della Conciliación. Además, equipos caninos antiexplosivos patrullarán toda el área en turnos de 24 horas.
Cierre del espacio aéreo
Al mismo tiempo, la ENAC (Autoridad Nacional de Aviación Civil) y la Fuerza Aérea Italiana han dispuesto el cierre del espacio aéreo sobre Roma y el Vaticano. Se ha establecido una zona de exclusión aérea temporal, vigilada por helicópteros de la Policía y los Carabineros (policía militar) que patrullarán constantemente el cielo de la capital. Drones equipados con cámaras de alta resolución se utilizarán para la vigilancia táctica y enviarán imágenes en tiempo real a diversos centros operativos.
Paralelamente, el sistema de videovigilancia urbana ha sido reforzado. Más de 200 cámaras estarán activas las 24 horas del día en los puntos neurálgicos de la capital italiana. Todo ello parte de uno de los más complejos dispositivos de seguridad elaborados en los últimos años por Italia, razón por la que, según las autoridades, ya desde hace meses se pusieron en marcha simulacros de evacuación, manejo del pánico y respuesta ante posibles ataques.
Otro detalle, más curioso, es también que Italia ha dispuesto que el 25 de abril, que es el día del 80 aniversario de la liberación del nazifascismo, se festeje, pero de manera discreta. Lo que significa que las tradicionales ceremonias del día se llevarán a cabo, pero en tiempos más breves.