Francisco
César García Magán, secretario general de la Conferencia Episcopal
Española y obispo auxiliar de Toledo, se muestra también
sorprendido por la muerte del Papa Francisco después de la aparición
el Domingo de Resurrección. “Aunque hizo un esfuerzo grande, quiso
estar ahí presente y tiene también ese signo de ser como ese último
testamento espiritual que nos ha dejado el Papa Francisco de Feliz
Pascua, que implica la celebración de la Resurrección. Y máxime
porque cuando durante su larga hospitalización, como dijeron los
médicos, hubo dos momentos críticos, que ciertamente su vida corrió un serio peligro y había superado esos dos momentos, parecía
que estaba en un proceso ascendente. Habíamos visto que ya salía
sin la asistencia del oxígeno. Y entonces, bueno, y también el detalle, según se nos ha informado, que él esta mañana se levantó, que estaba trabajando. Entonces, podemos
decir que ha fallecido con las manos en el timón de la Iglesia y
hasta el último suspiro y nunca mejor dicho, nunca mejor dicho”.
Cuando
se confirmó la muerte del Papa Francisco, García Magán se
encontraba en su casa, en Toledo, donde escuchó las campanas de la
Catedral que tocaban a difunto: “Me he sorprendido y pensé que el Papa no puede ser porque el Papa salió ayer
a dar la bendición a Urbi et Orbi. Y bueno, cuando me he ido a los
medios de comunicación a ver, pues me he quedado así, sorprendido, a esa sorpresa ha seguido un momento,
lógicamente, de pesar, de pena, de dolor, por haber perdido a
nuestro Papa, al pastor de la Iglesia Universal. Pero juntamente con
eso me ha venido también de inmediato un sentimiento de esperanza,
qué día tan significativo que ha muerto el Papa al día siguiente
cuando hemos celebrado la Pascua, que es la solemnidad más
importante para todos los cristianos y que lo que dice es que la
muerte no es la última palabra en la vida de ninguna persona,
tampoco del Papa y de ningún pastor, sino que está el encuentro con
Jesucristo. Y también me
he acordado del paralelismo, porque San Juan Pablo II también murió
en ese tiempo pascual, aquel 2 de abril de 2005. Entonces digo, pues ha habido dos Papas que se han encontrado
cara a cara con el Señor resucitado, como se lo encontraron los
apóstoles en las apariciones, como se lo encontró María Magdalena,
pues el sucesor de Pedro, confiamos en la fe y en la esperanza que se
ha encontrado cara a cara con el resucitado”.
El gesto del Papa Francisco con García Magán
El
obispo auxiliar de Toledo guarda algún recuerdo personal de este
tiempo en el que ha podido coincidir con el Papa Francisco en sus
viajes a Roma: “Cuando llevaba apenas 15 días ordenado obispo, yo
se lo dije en ese encuentro y tuve un recuerdo muy especial y muy
cariñoso para mis padres difuntos, porque yo llevaba como anillo de
la ordenación episcopal, había hecho el anillo con las alianzas de
boda de mis padres, que estaban ya difuntos. Y yo se lo dije,
entonces el Papa me cogió la mano, acarició el anillo y me dijo que
era muy importante, porque gracias a ese matrimonio, yo había
nacido, había sido cristiano y era obispo, y le dije, sin duda,
Santo Padre, y por eso lo llevo puesto, para recordarlo”.

Herrera entrevista al Papa Francisco
El
Papa Francisco conocía perfectamente a la Iglesia Española, pero
quedó pendiente la visita a nuestro país. A pesar de ello, tenía
previsto, si la enfermedad le hubiera permitido, ir a Canarias. “Nos
ha quedado a todos una cosita en el corazón de que él que quería a
España, conocía España, había estado aquí en España en un
periodo de su formación como jesuita, y parecía que tras esa
invitación reiterada de los obispos del archipiélago canario y del
presidente de la comunidad autónoma, para visitar, él se había
mostrado receptivo a eso por esa
sensibilidad que él tenía por esas periferias, en concreto por la
inmigración, y yo creo que sí, hubiera venido, pero bueno, aunque
no ha venido, España estaba en su corazón, las iglesias de España
estaban en su corazón, y los emigrantes, no digamos, estaban en su
corazón, porque él ha hecho realidad lo que dice Jesús en el
Evangelio. ¿Quiénes son los preferidos del reino? Los pobres, los
marginados, la pobreza en sentido amplio, eran los preferidos de
Jesús y han sido, ciertamente, los preferidos del Papa”, recuerda
García Magán.
Un legado ejemplar
Resumir
12 años de un pontificado es imposible en una respuesta, pero el
secretario general de la Conferencia Episcopal Española trata de
destacar un aspecto del legado que nos deja Francisco: “No es
fácil. Ciertamente, el papá yo creo que una de sus preocupaciones,
que nos habló del primer momento, esa idea de una Iglesia en salida,
que es ni más ni menos que llevar a la Iglesia al inicio de lo que
es, los apóstoles en Pentecostés no se quedan encerrados en el
cenáculo, son Iglesia en salida, y si hoy estamos nosotros aquí
como cristianos es porque aquellos apóstoles salieron, por lo tanto,
esa Iglesia en salida está en la esencia de la Iglesia, un resituar
en la misión, en el anuncio de la Iglesia, lo esencial que es el
Evangelio, la buena nueva del Evangelio, la evangelización. Y sacar a
la Iglesia a las periferias, porque el Evangelio es buena nueva para
todos los hombres y todas las mujeres”.

Del
Pontificado de Francisco, se ha destacado mucho como el Papa de los
pobres, el Papa de las periferias, el Papa de la misericordia, el
Papa de los migrantes, etc., pero no se pone acento en que él ha
sido muy combativo en la defensa de la vida, ha sido un Papa que ha
reivindicado permanentemente la dignidad del ser humano, de la vida
humana, desde el no nacido hasta el anciano excluido. “A lo mejor,
en cierta opinión pública o publicada, hay más interés en
subrayar esos aspectos más de perspectiva social, que lo que atañe
a la defensa de la vida, pero ahí está el Magisterio del Papa, que
ha defendido todo el bloque de lo que es la doctrina social de la
Iglesia. Ha sido el Papa de la defensa de la vida, pero en todo el
arco de lo que es la existencia humana, desde la vida humana existente no nacida, hasta la vida en ese momento último
que todavía existe, y la etapa intermedia, y en ese arco se explica
incluso su preocupación por los pobres, su preocupación por los
emigrantes, en la base de ese magisterio social está esa defensa y
esa enseñanza fundamental de la dignidad inviolable de la vida”.
Mucha
gente se pregunta qué retos va a tener que afrontar el nuevo Papa,
en un contexto histórico como el actual, de guerras, de populismos
ideológicos, de ese drama de la inmigración permanente en Europa y
en otras partes del mundo. García Magán considera que hay dos
perspectivas: “Por una parte, hay una perspectiva de que el magisterio de la Iglesia avanza desde una perspectiva
de la continuidad. No hay rupturas, sino que hay transformaciones,
profundizaciones. Y esas profundizaciones o esas transformaciones
tienen como consecuencia de la segunda perspectiva. Y es que, desde
el principio en que la palabra del Dios se hizo carne, la revelación es
encarnada en el espacio-tiempo, es encarnada en la historia. Jesús
nació en un contexto cronológico y geográfico determinado y la
Iglesia tiene que realizar su misión, no en una nube hipotética,
sino en contextos históricos, sociales, culturales determinados.
Entonces, evidentemente, en cada momento, hay que salir a la escucha
del Espíritu para ver cómo hay que encarnar ese mensaje, qué retos
hay a nivel social, a niveles económicos, a niveles antropológicos,
no solamente dentro de la Iglesia, sino de fuera”.