«El futuro de los CACT pasa por un modelo más equilibrado y sostenible»

Ángel Vázquez ocupa el cargo de Consejero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo CACT de Lanzarote, dependientes del Cabildo Insular. Cuenta con amplia experiencia en gestión pública habiendo liderado proyectos clave enfocados en el desarrollo turístico sostenible y cultural de la Isla. 

Lanzarote es uno de los pocos lugares en Europa y en el mundo donde naturaleza y arquitectura convergen de forma armónica reflejando su idiosincrasia. ¿Es así como lo perciben los millones de turistas que visitan Jameos del Agua, Montañas del Fuego o Mirador del Río?

Sin duda, Lanzarote es vista por nuestros visitantes como un lugar incomparable, donde el legado extraordinario de César Manrique sigue latiendo con fuerza en cada rincón. Esa fusión maravillosa de naturaleza volcánica, cultura y arquitectura singular crea experiencias inolvidables que cautivan profundamente a quienes nos visitan, llevándolos no solo a regresar una y otra vez, sino a convertirse en embajadores entusiastas que comparten su fascinación por Lanzarote con el resto del mundo, fortaleciendo aún más nuestra posición como destino turístico único y excepcional. 

¿Cuántos visitantes reciben anualmente los Centros Turísticos de Lanzarote?

Anualmente, nuestros Centros reciben alrededor de tres millones de visitantes. Pero estas cifras van más allá de un simple recuento de entradas. Lo verdaderamente relevante es cómo, bajo la gestión actual, hemos logrado transformar el enfoque: una ligera bajada en el número de visitantes se ha traducido en una experiencia más sosegada, exclusiva y satisfactoria, tanto para quienes nos visitan como para los propios espacios. Este equilibrio ha sido posible gracias a una estrategia valiente, como la actualización de tarifas, que ha permitido aumentar la facturación y reinvertir con mayor impacto en la mejora continua de los centros. 

¿Cómo valoran estos enclaves los propios lanzaroteños?

Para los lanzaroteños, estos enclaves son mucho más que espacios turísticos. Son referentes de nuestra identidad y reflejo de lo que hemos sido y seguimos siendo como isla. Hay una conexión real y cotidiana con ellos, no solo por su valor estético o natural, sino porque forman parte de la vida de muchas generaciones. Existe un respeto profundo y un orgullo compartido al saber que estos espacios han sido creados desde lo nuestro, y nuestro deber es mantenerlos vivos, activos y en constante diálogo con la sociedad lanzaroteña. Desde la institución, impulsamos constantemente iniciativas que refuercen ese vínculo con la población local. Bajo la gestión actual, esa relación se ha visto fortalecida gracias a una clara apuesta por mejorar la gastronomía de los Centros, una propuesta que muchos lanzaroteños ya valoran y disfrutan. Además, la programación cultural que desarrollamos en nuestros espacios ha permitido que cada vez más residentes los sientan también como lugares de encuentro, de disfrute y de conexión con la vida cultural y artística de la Isla. 

¿Es complicado mantener, gestionar y proteger los CACT de Lanzarote? ¿Cuántas personas trabajan en estas instalaciones dependientes del Cabildo?

No es sencillo, y sería injusto no reconocer el mérito que tiene el equipo humano que hay detrás. Gestionar estos centros requiere un equilibrio constante entre conservar lo esencial y adaptarse a los nuevos tiempos. Bajo la gestión actual, hemos hecho un esfuerzo notable en optimizar los recursos económicos, apostando por una administración eficaz que garantice la viabilidad futura de los CACT. Hoy contamos con cerca de 400 personas que, con profesionalidad y compromiso, hacen posible que cada día los centros sigan ofreciendo lo mejor de sí mismos. Y eso se nota. 

Desde la institución han apostado por actualizar los CACT con gastronomía, actividades musicales, ocio, excursiones premium en Timanfaya, exposiciones, entre otras acciones. ¿Enriquece esto la experiencia del visitante?

Totalmente. Estamos apostando fuerte por la gastronomía como una forma de contar nuestra historia y de dar valor a nuestros productos, a nuestra tierra. No es solo comer bien: es probar Lanzarote. Esa apuesta se ha consolidado gracias al trabajo conjunto con productores, agricultores y pescadores locales, que son parte esencial del alma de esta isla. A esto se suma nuestra participación en eventos culturales y gastronómicos de alto nivel, que no solo enriquecen la experiencia del visitante, sino que también acercan a la comunidad local a nuestros espacios. 

¿Qué otros proyectos tienen en mente para continuar ampliando el atractivo de los CACT?

Tenemos claro que el futuro pasa por avanzar hacia un modelo más equilibrado y sostenible. Queremos liderar ese camino porque los Centros fueron el punto de partida del turismo en la isla, y es justo que también marquen su evolución. Apostamos por el turismo experiencial, por la digitalización bien entendida y por seguir promoviendo el arte, la cultura y el respeto por nuestro patrimonio natural. Los Centros seguirán siendo un motor de cambio no solo en el plano turístico, sino también en el social. Por eso, nuestra política de responsabilidad social corporativa es firme: reinvertimos parte de nuestros beneficios en proyectos que impactan positivamente en la vida de las personas de la isla. Educación, deporte, cultura, bienestar social… queremos que lo que generamos aquí, se quede aquí y contribuya a una Lanzarote mejor. 

Sobre la problemática del tráfico hacia Timanfaya, ¿prevén alguna acción específica como limitación de visitas diarias o servicios de guaguas lanzaderas desde Yaiza y Tinajo?

Estamos en la fase de desarrollo de un sistema de venta online por cupos y horarios específicos, una herramienta que mejorará la forma de acceder a Timanfaya. No se trata solo de facilitar la visita, sino de garantizar la experiencia más fluida, ordenada y respetuosa con el entorno. Esta medida, que ya ha demostrado su eficacia en la Cueva de los Verdes con resultados muy positivos tanto en la gestión como en la satisfacción del visitante, permitirá regular el flujo diario de personas, reducir la presión sobre la carretera de acceso y favorecer visitas más cómodas, seguras y de mayor calidad. 

¿Cree que César Manrique estaría satisfecho con la evolución, uso y mantenimiento de sus proyectos en los CACT?

Estoy convencido de que César Manrique estaría orgulloso. No solo por la manera en que los Centros han sabido evolucionar sin perder su esencia, sino, sobre todo, por la implicación humana que hay detrás de cada detalle. Cada acción que emprendemos se hace con el respeto absoluto a su legado, teniendo siempre en cuenta la sostenibilidad, el equilibrio estético y el cuidado del entorno que él defendió con tanta pasión. Pero, por encima de todo, creo que sentiría un especial orgullo por las personas que cada día hacen posible que su obra siga viva: los trabajadores y trabajadoras de los Centros. Son ellos, con su vocación, entrega y cariño, quienes han sabido custodiar lo que Manrique nos dejó, incluso en los momentos más difíciles. Un ejemplo muy simbólico de ese compromiso es la reciente restauración del Monumento a la Fecundidad, un icono de nuestra identidad que se ha recuperado con enorme éxito, respeto y sensibilidad. Nuestro compromiso es seguir siendo fieles a esa filosofía, para que sus ideas no solo se conserven, sino que sigan inspirando a las nuevas generaciones.

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