La opa hostil de BBVA con Sabadell sigue avanzando. Esta semana ha acabado el plazo para presentar la documentación al segundo test de mercado planteado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre la oferta de compra lanzada por el BBVA en mayo del año pasado. La información recibida tiene carácter confidencial, pero fuentes del mercado explican que entre las alegaciones contempladas por el Sabadell se encuentra el mantener la cuota de crédito a todas las pymes que tengan el 20% de su financiación en alguna de las dos entidades o con la suma de ambas.
En este segundo test para garantizar la competencia, la CNMC avanzó a los encuestados algunas de las condiciones mejoradas por el BBVA en las últimas semanas. La compañía que lidera Carlos Torres propone separar el crédito a corto plazo (a menos de un año), lo que se llama el circulante, para mantener los volúmenes y las condiciones -que no las cuotas- que tenga el Sabadell. El circulante es cerca del 20% del crédito total. El 80% restante es crédito a medio y largo plazo, donde se plantea mantener el préstamo a todos aquellos que el 100% de su cuota sea de la suma de BBVA y Sabadell. Desde la entidad catalana calculan que en esa situación se encontrarían un 5% de las empresas, que suman un 1% del volumen de crédito; ya que se ha excluido previamente a todos los autónomos y a todas las empresas que facturen entre 50 y 100 millones de euros. En los planteamientos del Sabadell se argumentaría que una negociación no se hace sobre el circulante o sobre el medio y largo plazo, sino que se hace sobre el conjunto del crédito para no alterar volúmenes ni condiciones.
De este modo, la entidad catalana considera que, en caso de integración, hay que olvidarse del corto, medio o largo plazo y mantener la cuota de crédito a todas aquellas empresas que dependan en un 20% de la financiación conjunta de ambos bancos. Es decir, todas aquellas que tengan una quinta parte de su deuda con alguna de las dos entidades o con ambas. Además, en su opinión, hay que incluir a los autónomos y a las empresas que generan un volumen de negocio de entre 50 y 100 millones de euros, aunque la definición oficial de pyme en la Comisión Europea sea la de empresas que facturen hasta 50 millones.
Después de recibir todas las consideraciones, la CNMC emitirá un informe que deberá incluir los requisitos (remedies, en terminología técnica) que el BBVA debería cumplir en caso de una fusión. Este análisis en fase dos tiene un plazo legal máximo de tres meses, pero el tiempo se ha detenido cada vez que el regulador ha pedido información.
Este informe final será el que recibirá también el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y contará con 15 días para decidir si eleva el dictamen de Competencia al Consejo de Ministros. En ese caso, el Ejecutivo dispondrá de 30 días más para estudiar la operación y decidir si la aprueba con los compromisos aceptados por la CNMC, los suaviza, los endurece o propone otros nuevos de interés general. En ningún caso podrá vetar la operación.
El último paso será que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apruebe el folleto de opa y abra el periodo de aceptación. Los accionistas de Sabadell tendrán entonces 30 días para decidir si acuden a la opa, aunque BBVA tiene la opción de ampliar dicho plazo hasta 70 días.
Nuevo plan estratégico
Antes de llegar a este período de aceptación, el Sabadell espera poder presentar el plan estratégico 2025-2027, con el que la entidad quiere demostrar a sus accionistas que les aportará más valor en solitario que si aceptan la opa. «Queremos presentar el plan estratégico con un entorno de mercado algo más sereno y con antelación al período de canje», ha indicado recientemente el consejero delegado del Banco Sabadell, César González-Bueno. El banco busca tener una visión más clara de los impactos que podrían tener los aranceles estadounidenses en las previsiones económicas de España y en los tipos oficiales del Banco Central Europeo (BCE) por su potencial efecto en su negocio; sin descuidar cuándo se abre el período de canje «para que los accionistas puedan tener toda la información a tiempo para decidir».
Precisamente, González-Bueno considera que pese a «los momentos complejos y de turbulencias, que son preocupantes para todos», España va a ser, «en términos relativos, de los países del mundo que menos va a sufrir y, sin duda, de Europa» porque el grueso de sus exportaciones se dirigen a otras partes del mundo que no son Estados Unidos. Del mismo modo, reflexiona que poco va a afectar a su negocio, ya que muchas de las pymes «son empresas de servicios y ocio, que están en auge». No así para el BBVA porque «la inestabilidad de México y de Turquía y el peso que tienen en su negocio es en estos momentos una dificultad añadida».
Con todo, el consejero delegado del Banco Sabadell ha manifestado en diversas ocasiones en estas últimas semanas que sería «muy lógico» que el BBVA renunciara a su oferta pública de adquisición del Sabadell a la vista de que «han cambiado muchas cosas».