Las tensiones comerciales derivadas de la escalada arancelaria, así como otros importantes eventos que entrañan riesgos geopolíticos, pueden provocar caídas importantes en la bolsa, y esas caídas pueden generar volatilidad e incluso amenazar la estabilidad financiera. Ante este riesgo, es importante que gobiernos, bancos centrales e instituciones financieras tomen medidas para tratar de prevenir lo que podría suceder. No lo dicen ya profesores de universidad ni tampoco inversores, empresarios o bancos de inversión, sino el Fondo Monetario Internacional en un capítulo de su próximo informe, que publicará la próxima semana.
“Las tensiones comerciales, lo que incluye aranceles, guerras comerciales y sanciones, pueden impactar en las relaciones internacionales y en la economía”, dicen los economistas en el informe del club de 191 países miembros y que tiene entre sus objetivos “alentar la expansión del comercio internacional y del crecimiento económico” y también “desalentar políticas que vayan en perjuicio de la prosperidad”. El documento analiza los riesgos geopolíticos en un momento clave, justo cuando Trump ha pausado gran parte de su plan arancelario tras una semana de fortísima volatilidad de las bolsas a nivel mundial, que contagió también a la deuda pública estadounidense.
“Los eventos geopolíticos de más riesgo pueden suponer una amenaza para la estabilidad macrofinanciera. La bolsa puede caer y la deuda pública puede dispararse tras estos eventos, sobre todo por conflictos militares internacionales. El análisis sugiere que los países con reservas fiscales limitadas son especialmente vulnerables a un aumento en las primas de riesgo soberanas. Y aunque los riesgos geopolíticos parezcan afectar solo a la bolsa, si la percepción es que dichos riesgos geopolíticos son mayores, puede afectar a las instituciones financieras bancarias y no bancarias, con graves consecuencias para la estabilidad financiera global”, ha advertido el organismo.
Por eso, el FMI pide que los gestores de las instituciones financieras y también de los bancos centrales que las controlan que “consideren” las implicaciones de los riesgos geopolíticos y pide que dediquen “los recursos adecuados” a identificar, cuantificar y gestionar esos riesgos. “Además, los legisladores deben explorar las implicaciones de estos riesgos para la supervisión y regulación de las instituciones financieras, y asegurarse de que tienen la herramientas apropiadas para hacer frente a las consecuencias para la estabilidad financiera de estrés en intermediarios no bancarios”, advierte.
“Hay que reforzar los marcos de preparación y gestión de crisis para hacer frente a posible inestabilidad financiera que surja de una escalada de las tensiones geopolíticas”, insiste.
El informe analiza las consecuencias de los aranceles en el pasado
Como es habitual, el FMI no ha hecho referencia a los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump en su documento, pero sí centra parte de su informe en analizar las consecuencias que tuvieron los que aprobó durante su primer mandato. Por otro lado, el organismo con sede en Washington ha publicado este capítulo de su informe apenas dos semanas después del gran anuncio del presidente que ha provocado fuertes caídas en las bolsas de todo el mundo.
En el documento remarca que los indicadores que se utilizan para medir el riesgo, entre los que se incluyen las guerras, los ataques terroristas, pero también los aranceles y el gasto militar se han disparado con fuerza desde 2022, y en particular destaca que la bolsa reaccionó negativamente a los anuncios de aranceles por parte de China y de Estados Unidos entre 2018 y 2024.
Resalta que, entonces, después de los anuncios de aranceles a China por parte de Estados Unidos, la cotización de la empresas chinas cayó casi un 4%, de media, lo que afectó tanto a compañías de los sectores directamente afectados como a las de otros sectores, un efecto que también experimentaron las empresas americanas. “Los resultados muestran que un aumento en los riesgos geopolíticos (…) tienen importantes efectos adversos en los mercados financieros de los países envueltos en el conflicto”.
En esa línea, la institución ha pedido a los bancos centrales que mantengan colchones de capital y la liquidez suficientes para ayudarles a afrontar posibles pérdidas ligadas a los riesgos geopolíticos que hoy existen, y en ese marco les pide que usen los test de estrés y otros métodos para identificar y hacer frente a esos riesgos.
El FMI publicará su informe completo la próxima semana, en el encuentro anual que celebra junto con el Banco Mundial, y donde los aranceles de Trump serán los protagonistas.
5,8 billones de dólares perdidos en bolsa
La semana pasada, Wall Street registró su peor día desde el estallido de la pandemia del covid-19, en marzo de 2020. El martes, el índice de referencia S&P cayó por debajo de los 5.000 puntos por primera vez en casi un año. En total, hasta el miércoles el indicador había perdido 5,8 billones de dólares en capitalización bursátil de las empresas que lo conforman desde que el presidente estadounidense desvelase su plan arancelario solo una semana antes.
Al mismo tiempo la confianza de consumidores y empresas se está deteriorando; el miedo a la inflación está, según las encuestas, en máximos desde 1981, y los bancos de inversión están revisando a la baja sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos, al igual que los bancos centrales.
Asimismo y al contrario de como es habitual, ha caído el valor del bono estadounidense, es decir, se ha disparado la rentabilidad de la deuda pública del país pese a que en este tipo de situaciones los inversores tienden a refugiarse en los valores considerados seguros como suelen ser los bonos soberanos. Estos movimientos en el mercado de la deuda habrían llevado a Trump a terminar cediendo y a paralizar los aranceles durante 90 días, aunque él insiste en que se trata de una medida temporal mientras negocia los gravámenes país por país.