El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no descarta reconocer la soberanía rusa sobre Crimea y levantar algunas sanciones impuestas a Moscú si logra sellar un acuerdo de paz con el Kremlin, según fuentes cercanas a las negociaciones consultadas ayer por Reuters y Bloomberg . La posibilidad de este gesto, que supondría un cambio drástico en la política exterior estadounidense desde 2014, ha generado preocupación entre los aliados europeos y una rotunda negativa por parte del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
La iniciativa forma parte de una ofensiva diplomática liderada por Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, que busca detener la guerra a través de un acuerdo amplio. La propuesta presentada este jueves en París a los aliados europeos en París incluye, además del reconocimiento de Crimea como territorio ruso, el congelamiento de la línea de frente actual —donde Rusia ocupa vastas zonas del este y sur de Ucrania—, y la renuncia formal de Kyiv a ingresar en la OTAN.
Aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva, la administración Trump ha dejado claro que está dispuesta a “tomarse un descanso” de sus esfuerzos de mediación si no hay avances inmediatos. “Queremos que esto se resuelva rápido. Pero si una de las partes lo hace muy difícil «vamos a pasar página’”, declaró Trump el viernes desde la Casa Blanca.
Presiones y líneas rojas
La presión de Washington ha sido constante. En París, Rubio advirtió que los actores involucrados tienen “días, no semanas” para mostrar voluntad real de avanzar hacia un acuerdo. “No vamos a prolongar esto durante meses”, insistió tras reunirse con representantes de Francia, Alemania, Reino Unido, Ucrania y la propia administración estadounidense.
Sin embargo, cualquier concesión en torno a Crimea supone un punto de ruptura para Ucrania. Zelenski denunció públicamente a Steve Witkoff, enviado especial de EE. UU., por “adoptar la estrategia rusa” al poner sobre la mesa territorios ocupados. “No discutimos nuestros territorios. Pertenecen a nuestro pueblo. No aceptaremos que se consideren rusos”, afirmó con contundencia desde Kyiv.
La península de Crimea fue anexionada por Rusia en 2014 tras una invasión y un referéndum ampliamente rechazado por la comunidad internacional. Reconocerla como rusa implicaría validar una toma de territorio por la fuerza, contraviniendo el derecho internacional.
Europa, entre la diplomacia y la cautela
Durante las conversaciones en París, también se exploraron posibles garantías de seguridad para Ucrania tras un eventual alto el fuego, así como la creación de una fuerza de “reaseguro” liderada por países europeos. La intención sería dotar a Ucrania de una defensa sólida en caso de un nuevo ataque, con respaldo logístico y militar de los aliados.
No obstante, la propuesta de aliviar sanciones a Rusia mientras continúa ocupando territorios ucranianos podría generar fricciones dentro de la Unión Europea, donde levantar restricciones —como el desbloqueo de activos rusos— requiere el consenso de todos los Estados miembro.
Moscú se mantiene firme
Por ahora, el presidente ruso, Vladímir Putin, no ha aceptado los términos de Trump. Rusia exige el reconocimiento de la soberanía sobre Crimea y sobre regiones del este ucraniano como Zaporiyia, Jersón, Lugansk y Donetsk. A cambio, se muestra dispuesta a estudiar un alto el fuego, aunque no ha cesado sus ataques contra ciudades ucranianas. Hace solo una semana, un misil ruso con munición de racimo mató a 35 personas en Sumy. Además, Moscú ha condicionado cualquier acuerdo a una suspensión total de las entregas de armas a Ucrania y al levantamiento de todas las sanciones internacionales.
Un ultimátum con reloj en marcha
El tiempo se agota. Trump y Rubio han reiterado que la ventana para la paz es estrecha. Si en los próximos días no hay señales claras de que Rusia y Ucrania están dispuestas a pactar, Washington abandonará el proceso. “Estamos en una encrucijada”, dijo Rubio en su despedida de París. “Si esto no es viable en semanas, tendremos que priorizar otras cosas. Lo hemos intentado, pero no esperaremos indefinidamente”.
La próxima reunión clave tendrá lugar en Londres la semana entrante. Mientras tanto, las posturas siguen ancladas: una Ucrania que no quiere ceder territorio, una Rusia que no acepta retrocesos, y una Casa Blanca dispuesta a forzar una salida rápida, aunque eso implique reescribir las reglas del orden internacional.