Han pasado cerca de dos décadas desde que Lola salió a la calle por última vez. Su nombre no es real porque su familia prefiere preservar su anonimato. Sin embargo su historia sí lo es. La mujer, asentada desde hace años en Alfafar, está diagnosticada de múltiples patologías, algunas de ellas cuyo tratamiento no se puede llevar a cabo de manera cotidiana. Esta situación ha mermado su salud y ha agravado los problemas de obesidad que padece hasta superar los 210 kilos que pesa en la actualidad. Un hecho que impide que desde hace años pueda salir a la calle y tenga que permanecer atrapada en su casa, entre otros motivos, porque el edificio en el que reside no está adaptado a personas de su tamaño.
Precisamente para poner fin al encierro al que ha estado sometido la mujer que ahora roza los 70 años de edad, sus familiares han intervenido y han decidido trasladarla a una vivienda más accesible, ubicada en su municipio natal en una ciudad de Castilla La Mancha. Dicha vivienda ha sido adaptada con el objetivo de garantizar una mejor atención y calidad de vida de la paciente, y sus familiares han impulsado una serie de reformas en la casa para ello.
Un dispositivo complejo coordina el traslado
Tras años atrapada en su casa, la mujer volvía a pisar la calle este sábado. Desde la última vez que lo hizo España ha cambiado tres veces de presidente del Gobierno y la Comunitat Valenciana ha tenido cuatro presidents de la Generalitat, mientras que la sociedad valenciana ha afrontado algunos de los momentos más críticos de su historia, como la pandemia o la dana.
Precisamente este último episodio la mujer lo vivió de cerca ya que Alfafar, el municipio en el que reside, resultó gravemente afectado por la riada. Esto agravó todavía más el aislamiento al que estaba sometida, lo que acrecentó la necesidad de efectuar el traslado cuanto antes. Sin embargo, para poder llevarlo a cabo ha sido necesario organizar un complejo dispositivo en el que sus allegados ha estado trabajando durante más de dos semanas.
«Se han tenido que pedir permisos por registro de entrada al Ayuntamiento de Alfafar para poder cortar la calle y proceder a la evacuación. Además, al ser una paciente de gran tamaño se ha tenido que coordinar un convoy de dos vehículos medicalizados y una unidad de bomberos», esta última encargada de extraer a la mujer por la ventana de la casa ya que «era la única manera de poder sacarla por sus dimensiones», explican a Levante-EMV fuentes del entorno.
Servicios obsoletos y no adaptados
Estas mismas fuentes subrayan que se trataba de una operación muy delicada en la que se ha tenido que prestar atención a múltiples aspectos, como la reacción de la mujer tras años sin salir a la calle. Así con todo, estas mismas fuentes indican que el aspecto más complejo ha sido el traslado.
«El problema es que en España, como son casos aislados en comparación a otros países como Estados Unidos, no se le presta la atención necesaria, lo que hace que actualmente los servicios de Emergencias se hayan quedado de alguna manera obsoletos porque no están preparados para atender casos particulares como el de esta mujer, pero tampoco el de personas de una longitud fuera de lo común como pudiera ser una persona de más de 2 metros».
Así, reivindica la necesidad de realizar inversiones para dotar el sistema con ambulancias bariátricas, vehículos equipados para realizar el traslado de pacientes con sobrepeso con un peso superior a los 150 kilos, y poder así garantizar la correcta atención de todo tipo de pacientes, incluido el de esta mujer que este sábado ha vuelto a salir a la calle veinte años después.