Durante los días de Pasión los pasos procesionales y los costaleros suelen llevarse prácticamente todas las miradas, pero este Sábado de Gloria los sentidos estuvieron puestos en los músicos, de todas las edades, que tocan el tambor.
La tercera Tamborrada de Elche hizo que el suelo del centro temblase al mediodía algo más de 40 minutos de forma ininterrumpida, gracias al tesón de los cientos de participantes en esta iniciativa que en 2023 impulsó la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades precisamente para realzar la importancia del acompañamiento musical durante estos días de liturgia, y más en una jornada, tras el Santo Entierro y en víspera del Domingo de Resurrección, en la que apenas hay actos en el programa de la Semana Santa, con lo que este encuentro, que va camino de consolidarse, propició que multitud de personas disfrutasen por el día de esta otra muestra de fervor.
Más niños y adolescentes
Y lo cierto es que cientos de ilicitanos y visitantes acudieron a la cita, móvil en mano, para inmortalizar el atronador momento en el que, a diferencia de las dos ediciones anteriores, se notó más presencia de niños y adolescentes al tambor, lo que para la organización es síntoma de que el relevo está asegurado.
Como ya informó este diario, tres de cada diez nuevos músicos que están accediendo a las bandas de cornetas y tambores suelen ser menores, reduciéndose la edad media de las plantillas, y especialmente este año se ha notado que las ganas de los más jóvenes de participar en las procesiones fue latente. Esa realidad, por tanto, también se palpó hoy. Cuando dieron las doce el alcalde, Pablo Ruz, dio el pistoletazo tocando el bombo acompañado de la edil de Festejos, Inma Mora, del concejal de Espacios Públicos, Claudio Guilabert y del presidente de la Junta Mayor, Joaquín Martínez.
Participantes
Entre los presentes se encontraban integrantes de una docena de agrupaciones musicales de la ciudad, la mayoría pertenecientes a cofradías y hermandades, así como del Centro Aragonés de Elche y músicos de Agramón, pedanía del municipio manchego de Hellín, donde estos encuentros son referentes. «Invito a que gente de todos los entornos de la provincia vengan, todo el que tenga el instrumento es bienvenido», destacaba David Calderón, vecino de esta localidad albaceteña que lleva la pasión por el tambor en la sangre.