En España comemos peor que hace una década. Así lo confirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que acaba de realizar un estudio que demuestra que en nuestro país nos alimentamos peor que en 2014. A pesar de que tenemos acceso a una amplia oferta gastronómica, no por ello nuestra dieta es más variada y saludable, sino todo lo contrario. «Un análisis minucioso del consumo de alimentos de los españoles en la última década corrobora que nos vamos alejando de la dieta mediterránea, de la que antaño presumíamos. En paralelo, observamos que en el mismo período se ha producido un aumento de los índices de exceso de peso y enfermedades estrechamente relacionadas con la alimentación», aseguran desde la OCU.
La organización ha analizado nuestros hábitos de alimentación en la última década utilizando los datos del Panel de consumo alimentario en los hogares del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) entre enero de 2014 y diciembre de 2023. La investigación se dividió entre alimentos que debemos comer todos los días (frutas, verduras, pan integral…), alimentos para tomar dos o tres veces a la semana (arroz, huevos, legumbres…), y alimentos prescindibles, de consumo ocasional (dulces, platos preparados, sal…)
Los resultados indicaron que ya en 2014 los alimentos necesarios a diario no se tomaban lo suficiente y la evolución ha ido a peor. La única excepción son los frutos secos. La OCU advierte, además, que «con los hábitos actuales no alcanzamos el consumo mínimo recomendado de legumbres, arroz, pasta, pescado y huevos». Inciden también en la necesidad de reducir el consumo de carne y de recurrir a las legumbres, combinadas con cereales, como fuente de proteínas. «Un dato favorable es que ha descendido el consumo de carne, tanto fresca como procesada (carne ahumada, curada, fiambres, etc.) pero es posible reducirlo aún más».
Igualmente, la OCU lamenta que debido al encarecimiento del aceite de oliva haya aumentado el uso de mantequilla y margarina, que son grasas menos saludables. También advierten un aumento en el consumo de platos preparados y de bebidas alcohólicas. «La comodidad que ofrecen las pizzas, rebozados industriales y todos los platos precocinados lo pagamos con una ingesta adicional de sal, grasas saturadas y azúcares, además de los aditivos e ingredientes ultraprocesados», recuerda la organización. El punto positivo, señala la OCU, es que en 2023 sí se ha tomado menos sal y menos bebidas no alcohólicas.
Como consecuencia de estos cuestionables hábitos de alimentación, la organización pone de relieve la afectación en la salud. «En los últimos 10 años, en la población española ha aumentado el número de personas con exceso de peso, enfermedades cardiovasculares y con diabetes tipo 2«, informan. «Aunque la correspondencia no es directa, pues hay otros factores que influyen como la actividad física, salud medioambiental, factores genéticos, etc., no hay duda de que cuidando nuestra alimentación nuestra salud se verá beneficiada», añaden.
Alimentos saludables
Llevar una dieta saludable pasa por optar por productos que nos nutran, pues son imprescindibles para una buena salud. La dietista-nutricionista Marisol Pérez, trabajadora del Servicio Gallego de Salud, aclara que una dieta sana debe estar formada por productos frescos, que sean de cercanía preferentemente, y abarcar todos los grupos de alimentos. «Dentro de los lácteos debemos elegir leche, leches fermentadas y quesos que no sean muy grasos y no podemos olvidarnos de los alimentos que aportan proteínas de origen vegetal como son las legumbres, ni de los que aportan las proteínas de origen animal como los pescados». De hecho, dice, «son necesarios más pescados que carnes, y especialmente pescados azules, de pequeño tamaño a ser posible, por su aporte de ácidos grasos saludables como son los omega 3», señala la experta.
En este punto la nutricionista aclara los beneficios que proporciona en la salud reducir el consumo de carne y optar por las legumbres como fuente de proteínas. «Las legumbres son más beneficiosas especialmente si las combinamos con cereales porque de esta manera obtenemos el mismo aporte de proteínas que con la carne, pero además conseguimos otros nutrientes interesantes como son las fibras y otro tipo de compuestos que son protectores frente a muchas enfermedades crónicas. Las carnes se asocian a grasas saturadas, que son perjudiciales para la salud. Es más interesante el consumo de legumbres, de hecho, el 50% de las proteínas que tomemos deberían ser de origen vegetal, pero siempre asegurándonos de que procedan de alimentos naturales porque en el mercado existen muchos comestibles con proteínas vegetales que son ultraprocesados», aclara.
Para comer saludablemente, la experta recalca que el consumo de vegetales es básico y señala que siempre deber existir variedad en nuestro menú y lo mismo sucede con las frutas. Tampoco debemos olvidarnos, recuerda Marisol Pérez, de ingerir hidratos de carbono. «En cada una de nuestras comidas debe existir representación de este grupo: o bien pan, o bien arroz, o pasta o patatas, pero en su proporción adecuada». Eso sí, aclara que no deben ser los protagonistas del plato, pues el papel principal lo tienen las verduras. Por último, indica que no podemos dejar de lado las grasas saludables como pueden ser el aceite de oliva o de semillas y los frutos secos. En este último caso, mejor naturales o tostados.
Aceite de oliva
Con respecto al aceite de oliva, cuyo aumento del precio ha provocado, según indica la OCU, un incremento en el consumo de grasas menos saludables como la margarina o la mantequilla, la nutricionista señala que «todos los aceites de semillas, como el de girasol, son saludables«. La diferencia en usar uno u otro, aclara, es que el de oliva soporta mejor las temperaturas a la hora de cocinar. Por ello, indica que si el precio es muy elevado, «siempre se puede apostar por un aceite de girasol alto oleico, que está diseñado para soportar bien las temperaturas, sin deteriorarse». Y es que explica que el problema de las grasas al calentarse es que «ese efecto térmico hace que los enlaces de esa grasa varíen y se transforme en una grasa no saludable».
Aceite de oliva / PEXELS
Comida preparada
El análisis de la OCU hace hincapié en el aumento del consumo de comida preparada, una alternativa por la que optan muchos ante la falta de tiempo para cocinar. Marisol Pérez recuerda que podemos elaborar platos saludables y completos en cuestión de minutos sin tener que recurrir a comidas cargadas de grasas saturadas y azúcar. «Hay conservas que son muy saludables y podemos tener siempre en casa como emergencia. Una opción es, por ejemplo, un pisto de verduras que no lleve azúcar, pero hay que fijarse bien en los ingredientes para que sean todos naturales. Añadimos algo de arroz integral y unos huevos a la plancha, y en 20 minutos tenemos una comida completa, pues lleva sus verduras, su hidrato y su proteína», indica. También recomienda, cuando el tiempo apremia, recurrir a las ensaladas. «Si tenemos siempre en la nevera lechuga lavada, unos tomates cherri, unos daditos de queso feta, nueces, zanahoria rallada y calabacín rallado, nos hacemos una ensalada añadiendo algo de atún en conserva o sardinillas, un poquito de arroz, maíz o pasta y tenemos un plato completísimo», dice. Señala que también existen en el mercado cremas con buena composición, generalmente las refrigeradas. «Solo hay que leer los ingredientes y si los conocemos todos, si es lo mismo que nosotros utilizaríamos en casa, entonces son perfectamente adecuadas».