Ulises pasó diez años procurando regresar a casa y, después de conseguirlo, el rastro de su historia se diluye, tal vez para deshacer los pasos que dibujaron un camino que acabó siendo Ítaca en sí mismo. Cada regreso a Córdoba se antoja bien distinto, cuánto más en estos días en que la Fe, la ilusión o la tradición llevan a recorrer sus calles a quienes la habitan o la visitan.
Fuente