La Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, popularmente conocida como El Cachorro, es una de las cofradías más emblemáticas de Sevilla, especialmente en el barrio de Triana. Su relación con el mundo del toro es profunda y se remonta a la llamada «Edad de Oro» del toreo, cuando la religiosidad y la tauromaquia se entrelazaban en la vida social y cultural de la ciudad.
El caso más destacado es el del mítico torero Juan Belmonte, fervoroso devoto del Cachorro. Belmonte no solo participaba activamente en la hermandad, sino que cada Viernes Santo procesionaba vestido de nazareno, llegando a crear tal expectación que debía retirarse al llegar a la Catedral para evitar tumultos. Su vínculo fue tan intenso que, tras su muerte, fue enterrado con la túnica de nazareno de la hermandad. Además, Belmonte donó a la cofradía las potencias que hoy luce el Cristo de la Expiración, un gesto que simboliza la entrega y la devoción de los toreros hacia sus imágenes de referencia.
No solo Belmonte: otros toreros como Tomás Campuzano, José Antonio Campuzano y Curro Romero han estado históricamente ligados a la hermandad, participando activamente en sus cultos y procesiones. Estos vínculos no son solo personales, sino que reflejan la simbiosis entre dos universos que comparten valores como el sacrificio, la valentía y la fe.
La presencia de toreros en la vida de la hermandad se ha manifestado en actos de caridad, donaciones y participación directa en la estación de penitencia. Se han celebrado festivales taurinos a beneficio de la bolsa de caridad de la corporación, y la hermandad ha sido refugio espiritual para muchos profesionales del toreo, que han encontrado en el Cachorro un apoyo ante los retos y riesgos de su profesión.
Una tradición viva
Hoy en día, la relación entre la Hermandad del Cachorro y el mundo taurino sigue vigente. La devoción de los toreros por el Cristo de la Expiración y la Virgen del Patrocinio es reconocida y celebrada cada Semana Santa, cuando Triana se convierte en el epicentro de la fe y la pasión taurina. La hermandad, con su historia y su patrimonio, sigue siendo un punto de encuentro para figuras del toreo y para los sevillanos que viven intensamente ambas tradiciones.
La simbiosis entre El Cachorro y la tauromaquia es, en definitiva, una de las señas de identidad de la Semana Santa de Sevilla, un ejemplo de cómo la cultura, la religiosidad y el arte del toreo se funden en una misma expresión de sentimiento y comunidad.