Alemania excluye a Rusia de los actos para conmemorar el 80º aniversario de la derrota nazi en la II Guerra Mundial

Las conmemoraciones por el 80º aniversario del fin de la II Guerra Mundial se han convertido en otro foco de disputa entre los socios de la Unión Europea y Rusia. Si esta semana la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, pidió dar plantón a Vladímir Putin en el desfile de la Victoria del 9 de mayo en Moscú como gesto de solidaridad con Ucrania, Alemania, uno de los principales protagonistas de la efeméride, ha dado un paso más allá.

El Bundestag ha excluido al embajador ruso (y también al bielorruso) de los eventos conmemorativos que tendrán lugar en la Cámara Baja el próximo 8 de mayo —Rusia celebra el Día de la Victoria la jornada siguiente porque cuando los nazis firmaron su capitulación incondicional ya era 9 según la hora de Moscú—. Se trata de una decisión preventiva adoptada por las autoridades germanas ante una posible «instrumentalización» de la efeméride por parte del Kremlin y su propaganda.

«Se tuvo en cuenta la valoración del Gobierno federal en cuanto a la invitación de representantes; esta valoración llevó a no invitar, entre otros, a los embajadores de la Federación Rusa y Bielorrusia». Así lo confirmó este jueves el servicio de prensa del Bundestag en un mensaje remitido a la agencia Efe.

El próximo 8 de mayo se celebran los 80 años del final de la II Guerra Mundial en suelo europeo, una conmemoración que contará con una ceremonia en la Cámara Baja del Parlamento alemán. En la jornada se espera contribuir a la reflexión pública sobre el día «de liberación de la tiranía nacionalsocialista». Una fecha, según el Bundestag, «indisolublemente ligada a la instauración de la dictadura inhumana de Hitler en 1933 y a la II Guerra Mundial iniciada por alemanes y en nombre de Alemania en 1939, con sus millones de víctimas».

La decisión de no invitar a Rusia y Bielorrusia, en su día parte de la Unión Soviética y enemigos del Tercer Reich junto a los aliados occidentales, se produce después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores recordara la víspera que el Ejecutivo germano ve riesgo de «instrumentalización» por parte de Moscú. A principios de año, Berlín distribuyó una serie de directrices ante los más que probables fines propagandísticos del Kremlin, recomendando a los municipios no invitar a representantes rusos.

«Este año es otro año especial porque es el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial», dijo el miércoles en una rueda de prensa ordinaria Christian Wagner, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. Pero, reiteró, «es aún más importante que esta conmemoración no sea instrumentalizada, y es de temer que sea instrumentalizada por Rusia y utilizada indebidamente para justificar su guerra de agresión contra Ucrania».

Según el Kremlin, numerosos dignatarios extranjeros participarán en los actos con los que Rusia celebrará el 9 de mayo el triunfo en la Gran Guerra Patriótica. «Próximamente publicaremos la lista completa de invitados. Aún es pronto para hacerlo. Habrá numerosos jefes de Estado, líderes de Gobierno y delegaciones de diversos niveles», explicó Dimtri Peskov, el jefe de prensa de Putin. No obstante, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, el principal aliado del autócrata ruso en la UE, ha confirmado que no asistirá al evento.

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