Dura sentencia contra Google. La filial de Alphabet, que opera el mayor buscador del mundo, ha recibido una sentencia en Estados Unidos en la que se acusa al gigante tecnológico de operar un monopolio en la industria de la tecnología publicitaria.
«Los demandantes han demostrado que Google ha participado deliberadamente en una serie de actos anticompetitivos para adquirir y mantener poder monopolístico en los mercados de servidores de anuncios para editores y de intercambios de anuncios para publicidad en la web abierta», dicta la resolución dictada por Leonie Brinkema, jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Este de Virginia.
La demanda, presentada por el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) y un grupo de estados argumentaba que su monopolio en tecnología publicitaria permitía a la compañía cobrar precios más altos y llevarse una mayor porción de cada venta.
Según el DOJ, Google monopolizó ilegalmente tres mercados distintos en el espacio de la tecnología publicitaria: el de las herramientas publicitarias para editores, las redes publicitarias para anunciantes y los intercambios de anuncios que facilitan las transacciones. También argumentaron que Google vinculó ilegalmente su servidor de anuncios para editores y su intercambio de anuncios en violación de la ley antimonopolio.
La acusación ha afirmado que Google utilizó tácticas clásicas de construcción de monopolios, como eliminar a los competidores mediante adquisiciones, cerrar a los clientes en el uso de sus productos y controlar cómo se realizaban las transacciones en el mercado de anuncios en línea.
El resultado, según el Gobierno estadounidense, es que Google ha sido capaz de obtener ganancias monopolísticas a expensas de los editores y anunciantes, quienes tienen una experiencia peor sin alternativas reales.
Con esta sentencia, la jueza Brinkema tendrá la oportunidad de forzar algunos cambios de calado en los negocios de Google. En su demanda, el DOJ pidió al tribunal que la compañía vendiera su Google Ad Manager, que incluye el servidor de anuncios para editores de la compañía y su intercambio de anuncios.
Google argumentó que el caso se centraba en el pasado, cuando la compañía aún trabajaba en hacer que sus herramientas pudieran conectarse con los productos de los competidores.
Ahora, Google se enfrenta a la posibilidad de que dos tribunales de EEUU le ordenen vender activos o cambiar sus prácticas comerciales, ya que un juez en Washington celebrará un juicio en abril sobre la solicitud del DOJ de que Google venda su navegador Chrome y tome otras medidas para poner fin a su dominio en la búsqueda en línea. Juntas, las dos resoluciones y los ‘remedies’ propuestos podrían frenar la influencia de Google y dar lugar a una revisión completa de la compañía, que podría enfrentarse a una importante y profunda reestructuración.
La presión sobre la compañía de Mountain View y el dominio de sus productos en la forma en que las personas obtienen información y hacen negocios en línea se ha intensificado en los últimos tiempos. Esta misma semana, la compañía ha recibido una demanda antimonopolio en Reino Unido por presunto abuso de su «dominio casi total» en el mercado de búsquedas en línea para cobrar de más a cientos de miles de empresas por la publicidad digital. De ser declarada culpable, la compañía se enfrenta a una potencial sanción de 5.000 millones de libras.