Desde que aterrizó en Montilivi, Míchel ha subrayado la importancia de la afición en la consecución de todos los objetivos que ha ido logrando. «Jugamos por ellos», recuerda a menudo a la vez que les pide el apoyo recordando que el equipo es «más fuerte» con el calor de la gradería.
La temporada pasada ir a Montilivi era un sinónimo perfecto de diversión. Como ir a La Planeta o al Liceo a ver una obra de teatro diferente cada quince días. Esto, aun así, se ha acabado y este año la historia es radicalmente diferente. Tanto, que incluso da miedo y ha hecho despertar el sentimiento de temor que los aficionados ‘gironins’ se pensaban que habían olvidado.
Nueve jornadas sin ganar, un equipo que transmite muy poca cosa, regalos en defensa día sí día también y estériles en ataque son ingredientes que no invitan a ser optimistas. El único aspecto positivo son los cinco puntos de ventaja respecto al descenso, que se tienen que administrar, como sea, en las siete jornadas que restan hasta final de temporada.
La incertidumbre causada por los resultados se ha trasladado también al entorno, que más de una vez se ha manifestado con pitos hacia, sobre todo, Abel Ruiz o Miovski, los dos delanteros fichados el verano pasado para jugar la Champions y que no han ofrecido el rendimiento esperado.
Mientras tanto, Cristhian Stuani, pichichi, y Portu, jugador de la casa, se lo miran desde el banquillo ante el clamor general de la afición para que tengan más minutos. «Qué tenemos que hacer?», que se suele decir en estos casos.
El ‘Diari de Girona’ se puso en contacto con tres exdelanteros del Girona para escuchar la voz de la experiencia. A priori, el resumen es fácil: comunión entre equipo y afición. «Pediría comunión máxima entre el equipo y la afición. Los jugadores necesitan el apoyo de su gente para poder encarar cada partido como si fuera una final», dice Fran Sandaza, delantero del club (2014-15 y 16-17).
En la misma línea se expresa Dani Planagumà (2005-07). «Cuesta en los momentos difíciles, pero la afición tiene que estar más unida que nunca y si los jugadores no llegan, ayudarlos. Hay que hacer más piña que nunca. Durante los partidos y también antes. Hago un llamamiento para que la gente se vuelque en Montilivi con el Girona. Hay que calentarlo como sea, si hay que recibir a los jugadores o lo que haga falta», pide.
Cristhian Stuani, celebra el primer gol de su equipo durante el encuentro correspondiente a la jornada 28 de Laliga EA Sports que disputan hoy sábado Girona y Valencia / EFE/David Borrat
Por su parte, Felipe Sanchón (2005-06, 08-09 y 2012-17) opta por ser positivo. «Estoy confiado de que saldrán a pesar del mal momento de resultados. ¿Cómo? Con un par de victorias y algún empate que seguro que caerán. ¿La gente se preguntará cuándo? Pues en el siguiente partido contra el Betis», afirma.
Más complicado es hablar de la gestión del once. Aun así, retirados desde hace tiempo, no tienen ningún problema en señalar quién tiene que jugar. «Stuani tiene que jugar de titular. Los otros delanteros que han tenido más minutos y oportunidades y no las han aprovechado, que sean los revulsivos», dice Sandaza que recuerda que es «el emblema».

Portu posando con la camiseta de la Champions del Girona / @gironaFC
Para el castellano la receta es clara: «actitud de final, comunión con la afición y Stuani y, también Portu en el campo. Están comprometidos al cien por cien«. Piensa lo mismo Planagumà. «Cuando la cosa va mal, la gente de casa tira del carro. Si fuera por mí, Stuani titular, con el brazalete de capitán y el martillo en la cabeza para rematarlo todo. Además, Portu siempre lo da todo y rinde. Son de la casa y aman el club. Tienen que ser los escogidos».
Más salomónico es Felipe, que tiene «confianza ciega» en Míchel. «Sabe mucho y ha demostrado que es muy bueno. Seguro que controla los tempos de todos los jugadores. Evidentemente, Stuani, Portu o Juanpe hace mucho de tiempo que están en el club y pueden tener un sentimiento y un plus a su favor. Aun así, cualquiera que salga dará el cien por cien».