Remco Evenepoel ha pasado por un período particularmente difícil. Durante su larga rehabilitación, después de un accidente que sufrió durante un entrenamiento en diciembre, el doble campeón olímpico encontró apoyo en la fe. Más específicamente: en el Islam. Así lo dijo durante la rueda de prensa previa a su regreso al Brabantse Pijl.
«El año pasado descubrí la fe. Es algo que comparto con Oumi y algo de lo que estamos orgullosos. Creo que cada uno debe tener su propia relación con la fe. Es lo que me da un asidero, algo que me ayuda en la vida. Es algo hermoso. ¿Es el islam? Sí, es el islam.», aseguraba uno de los ciclistas modernos con mayor talento.
A principios de esta semana, Evenepoel escribió en Instagram que había rezado mucho durante su rehabilitación. Lo hizo en homenaje a su esposa Oumi Rayane, quien lo apoyó incondicionalmente durante su rehabilitación y le enseñó muchas cosas.
Remco Evenepoel es el gran reclamo de la Flecha Brabanzona 2025 / EFE
«Cómo superar los momentos difíciles, cómo enfocarnos, cómo ser felices en momentos difíciles. Hemos orado mucho juntos y seguiremos haciéndolo. Esa es otra gran enseñanza que me has dado. Es maravilloso compartirla contigo«.
El ciclista belga no compite desde octubre de 2024, cuando finalizó segundo en Il Lombardía, y regresa a la competición una vez superadas graves lesiones que sufrió al impactar con la puerta de una furgoneta de correos mientras entrenaba, a consecuencia de la cual sufrió fracturas en costillas, en el omoplato derecho y en la mano derecha.
«Tengo una fractura en la costilla, el omóplato, la mano, contusiones en los pulmones y una dislocación en la clavícula que hace que se rompan todos los ligamentos circundantes. Será un largo viaje, pero estoy concentrado en la recuperación y volveré más fuerte, paso a paso», aseguró el ciclista, una vez conocidos los resultados del accidente.
Vuelta a la competición
Ahora, después de unos largos meses, Evenepoel vuelve a la competición en la Flecha Brabanzona, después de un periodo muy difícil para él. «Ha sido la lucha más dura de mi vida. Mental y físicamente estaba muy deprimido, y tuve muchas dudas sobre mi futuro».
Con la necesidad de coger ritmo de competición y adaptarse al pelotón, las expectativas no deberían ser las más altas para esta primera clásica belga. El objetivo pasa por el Tour de Francia, que comenzará el próximo 8 de julio en Lille, por lo que tiene dos meses por delante para ponerse a tono.