El portal digital de videojuegos Steam, la mayor plataforma de distribución de videojuegos, ha retirado de su catálogo un juego violento y explícito, calificado como un “simulador de violaciones”, denominado como No Mercy (Sin piedad). El juego permitía que los usuarios encarnaran a un hombre y que este violase a las mujeres de su familia. A este juego virtual tenían acceso 132 millones de personas en el mundo desde edades tan tempranas como 14 o 16 años.
Existen numerosos estudios que evidencian cómo la exposición a contenidos de carácter misógino está vinculada con la aceptación y reproducción de comportamientos discriminatorios y violentos contra las mujeres en la vida real, sin embargo, las plataformas siguen comprando este tipo de videojuegos.
Los creadores del mismo, lo describieron como un simulador de “sexo no consentido” que permitía ponerse en la piel de un hombre que definían como “la peor pesadilla de una mujer” y que nunca acepta “un no por respuesta”.
La carta de presentación de No Mercy era la siguiente: “Después de pillar a tu propia madre traicionando a tu padre, descubres la naturaleza de las mujeres, especialmente la suya. No es una ama de casa corriente: está escondiendo un oscuro secreto que la persigue desde hace años. Ahora es tu turno para descubrirla, chantajearla, exponerla y reconstruir tu familia en tus propios términos. Poseerla. Tu objetivo es simple: no dejar ningún coño sin follar, porque eso es lo que todas quieren”.
La retirada del videojuego se debe a las múltiples denuncias que lo acusaban de fomentar la dominación masculina, el incesto y la violencia sexual. Estas se originaron en Reino Unido, donde comenzó la oleada de protestas y la cancelación del mismo, y le siguieron Australia y Canadá, lugares donde tampoco se puede comprar No Mercy. En España, aunque se puede acceder a la descripción del videojuego, no está disponible en la tienda de Steam. A pesar de la cancelación del juego digital los usuarios han tenido acceso a él durante dos semanas.
El pasado 10 de abril, sus creadores, Zerat Games, emitieron un comunicado después de que hubiese sido retirado en los distintos países, diciendo que lo retirarían a nivel global y donde lamentaron que “mucha gente confunda la realidad con ficción”. Además, como si no fuera poco, pedían que se estuviera “un poco más abierto a los fetiches humanos que no hieren a nadie, aunque puedan resultar repugnantes. Esto es solo un juego y, aunque mucha gente intente convertirlo en algo más, sigue y seguirá siendo un juego”.
Aunque los desarrolladores del juego se exculpen diciendo que las violaciones son fetiches de los hombres y hay que estar “un poco más abiertos” o que el problema está en que la gente no sabe diferenciar entre “realidad y ficción”, la realidad no está muy alejada de las vejaciones y el maltrato que los jugadores podían experimentar, ya que, millones de mujeres en el mundo siguen sufriendo este tipo de situaciones. Así, lo explicó la plataforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destinada a la prevención de la violencia contra las mujeres y niñas, ONU Mujeres, calculó el pasado año 2024, que 1 de cada 3 mujeres, 736 millones en total, han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja; de violencia sexual fuera de la pareja o de ambas al menos una vez en su vida (el 30 por ciento de las mujeres de 15 años o más).
Portugal abre una investigación
La Fiscalía portuguesa ha decidido abrir una investigación con el videojuego por su violencia sexual explícita y tras las numerosas críticas y denuncias por parte de los usuarios y organizaciones feministas.
El pasado lunes, una fuente del Ministerio Público con la que contactó la Agencia Efe sostuvo: “El Departamento de Investigación y Acción Penal de Lisboa ha abierto una investigación que está actualmente en curso”. De la misma manera, la Comisión para la Ciudadanía y la Igualdad de Género (CIG) portuguesa anunció, el pasado viernes, que iba a presentar una denuncia contra No mercy por comercializar contenido que propagaba “un discurso de odio contra las mujeres, apología de la violencia sexual e incitación a la práctica de delitos sexuales”.