Tres policías locales de Utebo acusaron este miércoles a tres obreros de agredirles cuando les advirtieron de que no cogieran el coche en estado ebrio y les recriminaron que orinaran sobre la puerta de un vehículo estacionado en un descampado a las afueras de este municipio zaragozano.
Así lo resumieron los tres agentes al tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza, aunque lo hicieron desde el banquillo de los acusados ya que los tres civiles también les acusan a ellos de excederse en las formas. «Pensarían que éramos ladrones, pero no estábamos haciendo nada. No sabemos por qué nos detuvieron», declaró Silvino S. S. (Colombia, 1965).
Nada tiene que ver el relato que ofrecieron este acusado, su hijo -Joaquín D. S. P. (Colombia, 1989)- y su yerno -Luis B. L. (España, 1992)- con el que defendieron los tres policías locales en relación a esta intervención que se remonta a la noche del 11 de febrero de 2023.
«El requerimiento fue algo confuso. Al llegar vimos a Silvino tirado en el suelo y a los otros dos participantes de pie. Nos acercamos a ellos para ver qué ocurría, les advertimos de que no condujeran y amablemente nos fuimos. A lo lejos permanecimos observando que no cogieran el vehículo y, en el momento en el que vimos a uno de ellos orinando sobre la puerta de un vehículo, nos bajamos, le solicité su identificación y ahí fue cuando comenzó el altercado», declaró uno de los policías locales cuyo rango es el de oficial. «Su actitud era muy desafiante, le insistí y él acometió hacia mí en una actitud chulesca», añadió el mismo agente.
Justo en ese momento llegó al descampado un vecino de Utebo que ayudó a los agentes a inmovilizar a los agresores porque les vio «muy apurados», tal y como describió este miércoles ante el tribunal presidido por la magistrada Nicolasa García Roncero. «Les eché una mano, pero no sabía lo que pasaba… solo que la Policía no podía con ellos. Iban borrachos, estaban gritando, braceando, forcejeando, pero no hubo porras ni puñetazos ni amenazas», aclaró el testigo.
«Estaban muy agresivos»
Y, a los minutos, llegó una patrulla de la Guardia Civil para apoyar a sus compañeros después de que ellos mismos solicitaran refuerzo a la Benemérita. «Vimos a tres individuos engrilletados, uno estaba en el suelo y los otros dos forcejeando. Estaban muy agresivos, ebrios y entre ellos hablaban balbuceando, en alto estado de excitación, era una resistencia total para evadir la detención y, dada la situación, fue una detención brillante porque prácticamente no necesitaron nuestro apoyo», afirmó uno de los dos guardias civiles.
«El que estaba en el suelo estaba fuera de sí, no paraba de revolcarse, soltó una patada y me dio en la ingle», prosiguió su compañero.
Junto a ellos también compareció un amigo de los civiles después de que estos le llamaran para que fuera a recogerlos al término de su jornada laboral en la obra que habían prolongado en el bar ‘El Rincón de Paco’. «Me llamó Silvino porque habían estado bebiendo y cenando en un bar y no estaban en disposición de coger el coche. Cuando llegué al descampado me encontré a la Policía intentando reducir a todos. Paré el coche y estuve esperando a que me aclararan cuándo iban a terminar. Eso parecía una película, no se tenían casi en pie», contó este testigo.
La prueba pericial
Sobre las lesiones que sufrieron unos y otros se pronunció el médico forense Salvador Baena, quien aclaró que las abrasiones que presentaba Silvino en el rostro se debían a «una caída acelerada», la misma que sería compatible con su estado de embriaguez. «Llama la atención que tiene un perfil de golpe en zonas de salida y eso es típico de una caída, lo que indica que hay cierto grado de inercia. La patada habría lesionado más el párpado y esa sería la hipótesis más improbable», explicó Baena.
Al final de la vista, la fiscal retiró su petición de condena contra los tres policías locales, por lo que defendió su absolución y mantuvo la solicitud de nueve meses de cárcel contra los otros tres acusados como autores de un delito de atentado a agente de la autoridad, por el que también pide el pago de varias multas cuyos importes suman 1.440 euros. Los tres agentes, defendidos por los abogados Marco Antonio Navarro y Sergio Escobedo, estuvieron arropados en el juicio por un buen número de sus compañeros del Cuerpo e incluso por la propia alcaldesa de Utebo, María Jesús Sariñena (PP).