Las bolsas tratan de estabilizarse tras los últimos anuncios arancelarios de Donald Trump. En las últimas jornadas, el presidente de Estados Unidos ha anunciado una tregua temporal a las tarifas sobre productos electrónicos procedentes de China, al tiempo que ha dejado caer que estudia una exención a los coches y partes automovilísticas importadas.
Todo ello y más ha servido para que los mercados cojan aire tras varias semanas de muchísima volatilidad, pero BlackRock cree que esta situación es simplemente la calma que precede a la tormenta.
«Esperamos volatilidad continua en los activos de riesgo y grandes giros en las bolsas a corto plazo», afirman los expertos de la gestora neoyorquina en su último informe de mercados.
CAOS ARANCELARIO
Según BlackRock, la pausa de 90 días de los aranceles recíprocos, anunciada la pasada semana, así como las medidas ya mencionadas, sugieren dos cosas. En primer lugar, que Washington está teniendo en cuenta algunos riesgos financieros de seguir adelante con sus planes originales; y en segundo, la disposición de los países a dialogar pese a la ofensiva arancelaria de Trump.
«Esto demuestra que hay factores que pueden limitar la postura arancelaria maximalista de la administración. Como resultado, a fines de la semana pasada ampliamos nuestro horizonte táctico nuevamente de tres a un rango de entre seis y doce meses para asumir más riesgo», afirman estos analistas, que consideran que el peligro «inmediato» de un colapso financiero ha disminuido.
Sin embargo, estos estrategas continúan pensando que los aranceles pueden afectar el crecimiento y aumentar la inflación, por lo que persiste una gran incertidumbre en los mercados. Y es que, incluso con la pausa, la tasa arancelaria efectiva promedio de EEUU sigue siendo de alrededor del 20%, porcentaje en el que se incluyen los aranceles de hasta el145% en el caso de ciertas importaciones chinas.
«Una incertidumbre prolongada aumenta el riesgo de recesión. Esto podría frenar la inversión corporativa, retrasar compromisos a largo plazo. El consumo podría verse afectado por una posible erosión de la riqueza y de los ingresos reales, así como por el aumento de la inflación. Una menor confianza en EEUU podría reducir el apetito de los inversores extranjeros por activos estadounidenses. Las tensiones comerciales con China parecen destinadas a profundizarse. Creemos que los aranceles reducirán el crecimiento en China, y que los posibles estímulos de política solo compensarán parcialmente ese impacto», explican.
ESTRATEGIA
La gestora argumenta que el repunte de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo pareció ser un factor en el cambio de táctica arancelaria.
Como les venimos contando en los últimos días, la venta masiva de bonos del Tesoro elevó la rentabilidad del bono a 10 años hasta superar el 4,5%, circunstancia que la mayoría de los expertos señalan como principal argumento a favor de echar el freno con los aranceles. Distintas voces también destacan que tras esta venta masiva podría estar China, y quizás también Japón, los dos mayores tenedores de deuda estadounidense del mundo.
Por ello, BlackRock mantiene su infraponderación en bonos del Tesoro a largo plazo. La firma defiende esta postura por la suma de los potenciales efectos perniciosos de los aranceles a una inflación «ya persistente» y a los planes presupuestarios del Congreso presentados la semana pasada, que refuerzan las perspectivas de déficits fiscales persistentes.
«Preferimos el oro como diversificador de cartera», afirman. Razones no les faltan para pensar así, ya que el oro viene cotizando en máximos históricos, por encima de 3.200 dólares la onza, y algunos analistas, como los de Goldman Sachs, pronostican que podría llegar hasta los 3.500. «El argumento para incorporar oro a las carteras de inversión es más fuerte que nunca», afirman los estrategas de UBS.
¿Y en renta variable? Pues la gestora considera que la venta masiva de acciones ha creado «oportunidades» para aprovechar ciertos sectores, porque es «clave» ser selectivos con las compras.
La firma estadounidense ha renovado su sobreponderación en acciones de EEUU y Japón. Por un lado, la gestora argumenta que las acciones estadounidenses están respaldadas por «el auge de la inteligencia artificial (IA), sólidos beneficios corporativos y una economía aún robusta». «Seguimos apostando por la tecnología estadounidense beneficiada por el desarrollo y adopción de la IA. También favorecemos a los bancos globales, incluidos los de EEUU, dado el potencial de desregulación, incluso con cierto dolor económico», apuntan.
En cuanto a la renta variable nipona, BlackRock afirma que sigue beneficiándose de mayores beneficios empresariales y reformas favorables para los accionistas, y recomiendan fijarse en sus bancos ante el mayor crecimiento de los préstamos.
¿Y en Europa? Pues la visión es positiva, pero algo más cautelosa. Recientemente, la gestora ha mejorado su visión sobre las acciones europeas a ‘neutral’, pero recomendando centrarse en oportunidades «selectivas» mientras se desarrollan avances en algunos de los desafíos estructurales que presentan. En este contexto, BlackRock se muestra a favor de los bancos del Viejo Continente, gracias a unos tipos de interés más altos en comparación con los niveles prepandemia.
Cabe señalar dos cosas: una, que al Banco Central Europeo (BCE) parece que no le quedará más remedio que seguir bajando los tipos de interés; dos, que la semana que viene comienza la presentación de resultados de los bancos españoles, para los que las perspectivas son algo mixtas, especialmente por el impacto de la política monetaria del BCE y, claro está, de los aranceles de Trump.