El fundador de Vox y exvicepresidente del Parlamento Europeo Alejo Vidal-Quadras se ha mostrado convencido de que el régimen iraní está detrás del atentado que sufrió el 9 de noviembre de 2023. Así lo ha explicado en su declaración como perjudicado que se ha celebrado este martes en la Audiencia Nacional ante el juez Santiago Pedraz.
Este magistrado trata de determinar si el Gobierno de Teherán mantiene alguna implicación en la causa. Para eso ha enviado al menos tres comisiones rogatorias a Francia, Países Bajos e Italia. Las autoridades del Gobierno de Ámsterdam han aportado a la causa información relevante sobre la actuación de los implicados en el ataque contra Vidal-Quadras contra un opositor iraní residente en la localidad de Haarlem.
En este país permanecen encarcelados el supuesto sicario, el francotunecino Mehrez Ayari y la ciudadana neerlandesa Chahinez Kadid, novia del supuesto cerebro de la organización criminal, Sami Bekal, nacido en Palma de Mallorca y que está fugado de la justicia. La Policía neerlandesa ofrece una recompensa de 50.000 euros a cambio de una pista que lleva a su detención.
La conexión entre los responsables de los dos intentos de asesinato, el del político catalán, quien ha criticado públicamente al régimen de los ayatolás, y el del periodista disidente Siamak Tadayon Tahmasbi, hace más plausible la hipótesis que barajan los investigadores de que ambos atentados puedan estar inspirados por el Ejecutivo iraní.
Una lista negra
En una rueda de prensa que concedió el fundador de Vox ya avanzó su convencimiento sobre el auténtico instigador del atentado: “El régimen iraní publicó una lista negra de enemigos y el primero era Alejo Vidal-Quadras”, explicó.
En esa lista estaba también la organización In Search of Justice International Commitee, asociación de apoyo a la resistencia iraní que él mismo preside. Pero ni a él ni a su asociación lo han perseguido agentes secretos o ejecutores militares iraníes, sino asesinos comunes.
Además, Vox admitió que su campaña para las elecciones europeas de 2014, que encabezó Vidal-Quadras, estuvo financiada en un 80% por donaciones procedentes del exilio iraní.
Vidal-Quadras argumentó que los servicios secretos iraníes “recurren a mafias internacionales, criminales comunes y gente de la droga sin conexión directa con el régimen” para seguir con “40 años de terrorismo y asesinatos extraterritoriales”. Tanto la investigación desarrollada por las autoridades francesas como la de las neerlandesas ponen de manifesto que los opositores iraníes han sido atacados por delincuentes comunes de ambos países. En el caso de Francia, recibieron cantidades que no superaban los 2.000 euros.